Por Alejandro Santana
Me llena de satisfacción la decisión del ingeniero Pedro Peña Rubio de aspirar a cualquier posición electiva en esta provincia de Barahona.
Peña Rubio, ha puesto sus oídos en el corazón del pueblo, un pueblo que lo quiere y que aspiraba a que se decidiera a aceptar cualquier posición electiva que el partido le asignara.
Aunque estamos conscientes que Peña Rubio tiene el poder suficiente para aspirar a la más alta posición política de la Provincia, nos alegra que se haya decidido por la que su partido le otorgue
En otras elecciones el ingeniero Pedro Peña Rubio ha estado aspirando a la senaduría, la que no le ha sido posible debido a compromisos de su organización.
También aspiró a la candidatura a la alcaldía del municipio la que tampoco fue posible porque le aplicaron el tiempo que establece la ley en torno a la residencia que debía tener para esas aspiraciones.
En esa ocasión Peña Rubio no aceptó la nominación a diputado por ser un hombre coherente y respetuoso de las amistades, un amigo aspiraba a esa posición y por tal razón no se animó en decidirse por ser el diputado del pueblo.
Hoy, entendiendo a su partido y entendiendo también el accionar político dominicano donde no es el que tenga las condiciones sino el que convenga a acuerdos y conveniencia de grupos, ha decidido cambiar de opinión y aceptar lo que se le presente.
De Peña Rubio los ciudadanos tienen el mejor concepto como profesional, político y ser humano y si lo valoramos en su condición de funcionario público de seguro que el pueblo le dará la mejor puntuación.
Es un trabajador a tiempo completo, es de esos ciudadanos que sabe lidiar con los demás aún en los momentos de tensiones, sabe asumir compromisos porque está adornado de la mejor prenda, sensibilidad humana, sabe escuchar, sabe razonar aún en el conflicto, por eso ha sido valorado como el mejor Gobernador Provincial que hemos tenido en los últimos años.
Peña Rubio, senador, diputado, alcalde o en su defecto ministro sería una buena decisión de su partido de su Presidente porque es un hombre del partido, político disciplinado, inteligente y fiel intérprete de las políticas que su organización pueda tomar en el poder y hasta en la oposición.