Guarionex Rosa
Santo Domingo, RD/Tomado de Listin Diario
Aunque el expresidente de la República, doctor Leonel Fernández, hubiese ganado las elecciones primarias del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), por un margen más o menos como el que obtuvo Gonzalo Castillo, de todas maneras habría perdido moralmente.
Fernández, que la JCE dice que perdió las elecciones y ya se le considera así en medios de comunicación independientes, de la sociedad civil y las redes sociales, tuvo un pobre desempeño considerando que es el presidente del partido y la tabla de salvación de muchos.
Probablemente el mismo Fernández no habría creído que Castillo, quien reemplazó al presidente Medina cuando optó a última hora por no postularse, lo derrotaría visto aparte el apoyo estatal. Fernández anunció varias veces que lo derrotaría 70% a 30.
El expresidente no calibró el daño que hizo a sus relaciones con el presidente Medina su ataque acérrimo al decir que se encaminaba a la dictadura y su maridaje como estrategas de Roberto Rosario, expresidente de la JCE, y Fernando Fernández, exdirector de Aduanas.
El primero salió mal parado de la JCE. La auditoría que hizo la Cámara de Cuentas tras su gestión, lo obligó a presentar reparos y a buscar padrinos para que al final esa institución emitiera un veredicto salomónico que habría dejado con mal sabor a los auditores.
Fernández era un conocido en su zona electoral y posiblemente en el círculo de estudio. Trabajó por la candidatura del presidente Medina en las elecciones del 2016 pero su nombramiento sorpresivo en la Dirección General de Aduanas, no tuvo mayor entendimiento.
Tras llegar al importante puesto de recaudación echó de sus sitios a muchos empleados que tenían largo tiempo, llevó a la institución a miembros de su circunscripción electoral y, peor que eso, abochornó a ministros del Palacio Nacional, a quienes no ponía caso.
Cuando el político, ahora relevante estratega del doctor Fernández, fue removido del cargo de director de Aduanas, luego de tanta rogatoria al presidente Medina, tomó un duelo de disimulo, y en la segunda salida de Marcha Verde se unió a la lucha contra la corrupción.
El doctor Fernández levantó el puño contra Medina cuando muchos suponían que el gobernante iría a la reelección, al grito de “defensa a la Constitución”. Volvió a hacerlo frente al local de la JCE al grito de “fraude” tras el organismo dictar que había ganado Castillo.
Clama por revolución
En la última ocasión, acorado por la improvisación y el apoyo de una multitud que lo acompañó hasta la sede electoral, hizo la siguiente advertencia: “Cuando se obstaculiza el acceso democrático al poder la respuesta de los pueblos es la revolución”.
Muy discretos en sus juicios, algunos de su lado y otros tal vez asombrados por la referencia, los medios de comunicación, excepto algunas voces radicales, ni parecieron tomar nota de lo dicho por el tres veces gobernante, que traía al “momentum” una mala palabra.
Sin embargo, el público que opina por las redes sociales y en programas que admiten comentarios directos de oyentes y televidentes, la mención de la palabra revolución por parte del doctor Fernández, encontró muchas críticas.
Mientras el PLD se debate en su crisis, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) contemplaba proclamar mañana domingo a Luis Abinader, afortunado candidato presidencial que venció sin derramamiento de sangre o lágrimas al expresidente Hipólito Mejía.
¿Se va o no se va?
La salida del doctor Fernández del PLD para formar un nuevo partido que algunos han adelantado se llamaría La Fuerza del Pueblo, es objeto actualmente de las mayores disquisiciones en los mentideros de la política y en las salas familiares.
Pese a que según las encuestas el doctor Fernández ha tenido una elevada tasa de rechazo desde que abandonó el poder, fue en uñitas que Castillo le ganó las elecciones primarias, aunque sería una vergüenza para un líder estimado como inconmovible.
Ya sea que el doctor Fernández monte su tienda aparte, otro capítulo en las divisiones partidarias o que decida a último momento reconocer los dictámenes de la JCE, dando a Castillo ganancia de causa, su futuro en la presidencia del PLD nadie lo puede garantizar.
Quedar al frente de un partido cuya mayoría del Comité Político lo repudió y avaló que Castillo ganó las primarias, sería algo nunca visto en las pugnas y divisiones partidarias. El historial de esas divisiones y la presente, se prestaría a escribir un encarte político, que como la Encarta Africana reunió a toda la diáspora. Ni Olivorio Mateo quedó afuera.
Para el doctor Fernández su salida del PLD implicaría un comenzar de nuevo en un partido naciente, perjudicar su refugio de la Fundación Global y estar a merced de las buenaventuras del poder, que encarnaría Castillo y quien cuidaría la memoria de Medina.
Moderados y radicales
Moderados y radicales discuten qué pasará en el PLD. Mientras el estratega de Palacio, José Ramón Peralta aboga porque el partido no se divida y porque queden todos en su seno, Rosario ya ha advertido que si el presidente Fernández concilia, él se iría. Peralta dijo el jueves que su apuesta es por la unidad.
El candidato escogido por la mayoría del PLD de acuerdo con las cifras de la JCE, Castillo, tras aceptar el jueves la proclamación que hizo la alta dirección de su nombre y de los demás seleccionados dijo: “A todos ellos (los leonelistas) les digo aquí que cada quien tiene su espacio en las grandes tareas y acciones que emprenderemos”.
Las palabras de Castillo guardan relación con la moderación de su lenguaje durante la campaña eleccionaria, en contraposición al ataque del doctor Fernández, que a veces rayó en lo personal y urticante al llamarle “cualquiera” al exministro de Obras Públicas.
Fernández tiene la enorme presión de las decisiones de la JCE y de algunos políticos que apoyarían su fórmula nueva de La Fuerza o lo que decida hacer salvo tranzar con el oficialismo. Una revelación del voto disidente de un miembro del Tribunal Superior Electoral (TSE) vino a ayudarlo.
Se publicó ayer que el miembro del TSE, Ramón Madera Arias habría planteado ante ese organismo que casi todos los sectores del país han sufrido daños, porque el presidente de la JCE, Julio César Castaños Espaillat “no cumplió la ley al no suspender el cómputo de las primarias el pasado 6 y la proclamación de los ganadores hasta tanto sea realizada la auditoría forense” (que reclamó el doctor Fernández).
En un escrito furibundo como réplica a la decisión de la JCE de seguir adelante con el conteo de parte de los votos automatizados y luego del 100% manual, Madera Arias dice que “con la decisión se perjudicó a Leonel, a Castillo, al PLD, a los equipos automatizados, al sistema de partidos, a la democracia dominicana, a la modalidad de primarias y hasta a la JCE”.
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