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La posposición de las elecciones que estuvieron pautadas para el pasado 16 de febrero, ante el sabotaje electoral no identificado todavía, favoreció a la oposición política, que capitalizó ampliamente la crisis electoral generada con "cacerolazos", caminatas, marchas caravanas y hasta actividades artísticas denominadas “trabucazo”.
La realización posterior de las elecciones municipales en fecha 15 de marzo, desaceleró el empuje del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y sus aliados, provocando un efecto positivo hacia el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que obtuvo una gran cantidad de alcaldías, directores, concejales y vocales en todo el país, quedando en primer lugar, aunque por poco margen, en lo relativo al voto general o popular.
Pero un nuevo ingrediente de crisis electoral venía permeando el panorama político, haciendo explosión con las medidas dispuestas por el Gobierno para contrarrestar la pandemia del coronavirus en nuestro país.
Inmediatamente concluyeron las elecciones, vinieron las disposiciones gubernamentales, sin dejarles espacios a la oposición siquiera para celebrar, pues la urgencia con el letal virus era prioridad, cambiando de inmediato el discurso político y volcando todas las miradas a las medidas y esfuerzos para aportar soluciones ante el denominado Covid-19.
Desde el ámbito oficialista, el equipo de campaña del candidato presidencial del PLD y aliados redefinieron de inmediato una estrategia tendente a introducirse en el tema del coronavirus, contribuyendo con acciones diversas, entre donaciones de efectivo, compras de insumos, aportes de aviones para trasladar personal que estaban varados en otras naciones, manteniéndose la ofensiva en el día a día hasta la fecha.
De su lado, desde el Gobierno se ha estado poniendo en ejecución una serie de medidas de impacto económico, beneficiando con ellas a muchos sectores, que están siendo bien valoradas por la población.
En principio, Luís Abinader y su equipo, que no tenían una estrategia definida, se recluyeron, diluyéndose en criticas y discursos, hasta que por fin se dieron cuenta del error en que estaban sumergidos, saliendo ellos a flote con anuncios de aportes de casetas tipos centros móviles de salud, entregas de insumos y donaciones de ambulancias a alcaldes electos.
De su lado, desde el ámbito del ex presidente Leonel Fernández, y su partido la Fuerza del Pueblo (FP), su estrategia la han estado basando en retóricas de propuestas, sugiriendo ideas al Gobierno, pero sin hacer a la fecha el primer aporte que se pudiera apreciar que contribuya a ser parte de la solución de la actual crisis sanitaria.
El tiempo ha ido avanzando, poniendo ahora sobre el tapete la Junta Central Electoral (JCE), los partidos y toda la sociedad civil, la alternativa de contemplar posponer las elecciones congresuales y presidenciales, que están pautadas para el 17 de mayo, dándose como un hecho que el organismo de elecciones fijará nueva fecha para la celebración de las mismas.
Nuevo escenario, nueva fecha, mayor tiempo de campaña, con la variable de que estamos en cuarentena por el coronavirus, lo que obliga a una campaña electoral distinta, con más creatividad e identificación plena con el actual problema sanitario en la República Dominicana.
Visto lo anterior, en cualquier momento vendrán las encuestas, que se estarán realizando de forma virtual, vía telefónica o por método de selección de muestras de electores desde las redes sociales.
Sea cual fuere el método, lo cierto es que las encuestas, mediciones o sondeos deberán reflejar la realidad política actual de los candidatos, sus partidos y el impacto de su involucramiento en el manejo para combatir el coronavirus..
Esperemos…
LIc. Mayobanex De Jesús Laurens
10 de abril de 2020.-