FEDERICO MÉNDEZ/Tomado de Listin Diario
Julio Rafael Pérez Alejo, el denominado “hombre del maletín”,
presuntamente trabajaba para Alejandro Isidro de los Santos Serrano.
SD.
La directora de la Procuraduría Especializada de Persecución de la
Corrupción Administrativa (PEPCA), Laura Guerrero Pelletier, reveló que
el abogado Julio Rafael Pérez Alejo, supuestamente visitaba las
construcciones de escuelas de la Oficina de Ingenieros Supervisores de
Obras del Estado (OISOE), para hacer entrega de dinero cuyo origen
confiesa desconocía.
“Es
decir, a él les dicen el hombre del maletín porque supuestamente abría
un maletín con dinero, y de alguna manera les llenaba los ojos a los
contratistas que estaban en problemas”, significó.
Reveló
que según las investigaciones, el presunto personaje llegó a entregarle
al arquitecto David Rodríguez RD$450,000, quien se suicidó en un baño
de la OISOE el 25 de septiembre.
Guerrero
Pelletier indicó que el imputado sostiene que las cantidades de dinero
que recibía para repartirlas no las puede precisar, porque eran variadas
y se los entregaba el imputado Alejandro Isidoro de los Santos Serrano,
quien era encargado del Departamento de Edificaciones Escolares, para
el cual trabajaba.
“Él dice que era Alejandro el que le daba todo eso y que él que sabía de esa situación era él”, explicó la funcionaria.
En
el expediente figura una carta de cancelación de De los Santos del
cargo, cuando fue designado Francisco Pagán como director de la OISOE.
Pero Guerrero reveló que también hay una comunicación de renuncia del
imputado.
Subrayó que la carta a la cual se le dio curso en la OISOE fue la de renuncia.
Guerrero
informó que fue solicitada una declaratoria de complejidad del
expediente, aplicándole el procedimiento especial que establece el
Código Procesal Penal. “Esto así, porque nos amplía los plazos de
investigación, y nos permite una serie de medidas, como pruebas masivas,
acuerdos con los imputados de menor gravedad, testimonios también de
manera confidenciales”.
Además
de De los Santos Serrano, figuran en el proceso Joel Soriano Fabián,
coordinador del Departamento de Edificaciones Escolares, y Julio Rafael
Pérez Alejo, quien era empleado del primero.
Guerrero sostuvo que todas las pruebas que han sido recabadas indican que Rodríguez se suicidó.
Las
pruebas de absorción atómica arrojan positivo. Asimismo, las
experticias caligráficas de las notas manuscritas dan positivo sobre las
letras de la víctima. “Inclusive, con el bolígrafo con que se escribió
aparece en la carpeta”.
Consideró
que la posición de la Conferencia del Episcopado Dominicano y de toda
la sociedad, que reclama la aplicación de todo el peso de la ley, sin
importar cargos, de quienes estén involucrados en las irregularidades en
la OISOE.
“En
una institución donde se establezca o se diga, aunque sea por simple
rumor, que se están cometiendo ilícitos, se debe investigar hasta las
últimas consecuencias”.
La
funcionaria dijo que el punto de partida fue la muerte de Rodríguez,
pero se sigue investigando para llegar al fondo del asunto.
Observó que todo proceso va diciendo cuáles son las personas posiblemente imputadas y las que deben ser investigadas.
Entiende que las indagatorias llevan un curso bastante ágil, desde que fue iniciada hace cuatro días.
De
los Santos Serrano, quien se identificada como arquitecto, era
estudiante de esa carrera, de la cual se graduó en agosto, luego de su
salida de la OISOE, declaró la directora de la PEPCA.
la denuncia
En
la denuncia presentada el 26 de septiembre, el director de la OISOE,
Francisco Pagán sostiene que el día anterior, aproximadamente a las 3:30
p.m., David Rodríguez García se presentó a la entidad solicitando un
pase a los fines de entrevistarse en el Departamento de Escuelas.
Asimismo, que cuando se dirigía hacia allí, se desvió a uno de los baños
públicos del primer nivel, lugar donde se quitó la vida propinándose un
disparo en la boca.
También
que en el baño fueron encontradas dos cartas manuscritas, en las cuales
señala a Soriano y Santos de haberle hecho falsas promesas que lo
llevaron a endeudarse por cantidades que fueron imposibles de pagar,
refiriéndose a ellos como “ladrones”.