Por Adriano Miguel Tejada/Tomado de Diario Libre
El gobierno del presidente Danilo Medina y el país tienen un grave problema: hacen muchas cosas bien, pero parece que nadie se las reconoce.
Los ejemplos son incontables, y el resultado es siempre el mismo: las quejas en esta época de la posverdad tienen más peso que la realidad misma.
La inversión extranjera sigue fluyendo para proyectos importantes de desarrollo, mas nos negamos a aceptar que mucha gente fuera de este país cree en nosotros.
Creamos un plan que es modelo para regularizar a la población extranjera indocumentada, pero sólo recibimos críticas por el mismo.
Nuestro cacao florece por el mundo; nuestros ajíes viajan a las estepas y nuestros aguacates y mangos son bocados apetecibles en las mesas extranjeras, sin embargo lo único que escuchamos son quejas sobre el campo.
El gobierno ha mantenido contra viento y marea su programa de construcciones escolares y sus esfuerzos en educación, aunque los titulares sólo se ocupan de los problemas.
El programa de “visitas sorpresa”, con todas las críticas que pueda recibir, ayuda tremendamente a la esperanza de la gente del campo, y ni hablar del 9-1-1 y otros tantos esfuerzos que son contribuciones notables a mejorar las condiciones de vida de la gente.
Es evidente que los que programan las críticas al Gobierno están haciendo mejor trabajo que la Administración al dibujar la imagen de lo que está pasando en el país, y si el Gobierno no quiere que los meses por venir sean mucho más complicados que los actuales, va a tener que sentarse a reflexionar para enderezar el rumbo. La gente necesita razones para mirar al futuro con esperanza. Dar esas razones es el deber de todo estadista.
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