Juan Arias Rio de Janeiro 1 OCT 2011 – TOMADO DE ELPAIS.ES
Atasco en Sao Paulo. El ascenso de la clase media ha multiplicado la venta de coches. En la capital financiera del país ya circulan siete millones de vehículos. / Nacho Doce (Reuters)
En el centro del debate político brasileño reina la novedad de la nueva clase media, que ya es mayoritaria en la sociedad y por tanto capaz de decidir unas elecciones. Políticos, sociólogos, periodistas y analistas sociales bucean en esta nueva realidad preguntándose cómo es esta clase media que, de minoritaria hace sólo 10 años, hoy ocupa el centro de la antigua pirámide social. La estructura social brasileña ya no es piramidal, gracias a los 30 millones de pobres que, en los ocho años de la presidencia del exsindicalista y tornero mecánico Lula da Silva, saltaron de la pobreza a la clase media baja.
¿Cuáles son los anhelos de esta clase que ya representa hoy el 52% de los votos? Muchos interrogantes rodean el nuevo cuerpo social. ¿Es conservadora o progresista? ¿Es favorable o contraria al aborto, al matrimonio de los homosexuales y a la despenalización del consumo de las drogas? ¿Está a favor o en contra de la pena de muerte? ¿Es más o menos sensible a la corrupción política y a los instintos autoritarios?
Las respuestas a esas preguntas dibujarán el nuevo mapa social brasileño. Los analistas consideran que el fenómeno de una clase media mayoritaria “podrá cambiar el futuro rostro de Brasil”.
Pobres y miserables representan un 28% de la población
La estructura social en Brasil se ha modificado, en efecto, radicalmente. Ya no es aquella pirámide en la que la base mayoritaria la formaban los pobres, con un centro minoritario de clase media y una punta de un 5% de ricos. Hoy el 52% de aquella pirámide lo representa la clase media, un 10% los ricos, un 28% es aún de pobres y un 10% de miserables. Juntos, pobres y miserables (estos últimos generalmente analfabetas) ya son minoría y no deciden los destinos del país.
Los expertos no se ponen de acuerdo acerca de lo que significa ser clase media. ¿E solo no ser ya pobre y poder adquirir electrodomésticos? ¿O es la clase media un “concepto cultural”? Hoy se consideran en Brasil de clase media aquellos que ganan desde 1.200 reales (unos 500 euros) hasta 4.000 (unos 1.800 euros). En realidad se trata de varias clases medias, pero que ya han salido de la atávica zona de la pobreza y de la miseria.
Según los analistas políticos, esta nueva clase media, sobre todo la llamada “emergente”, la que acaba de subir el escalón hacia el consumo, es más bien conservadora. Teme volver hacia atrás y tiene aspiraciones de mejora, sobre todo para sus hijos. Por ello no es partidaria de excesivas novedades y aventuras. Prefiere lo conocido. No le gustan los radicalismos ni de izquierdas ni de derechas. Es tradicional y defiende los valores éticos y religiosos.
La política y el mercado intentan comprender los anhelos de la nueva clase
El miedo de la izquierda marxista es que esta nueva clase media, esté más movida por simbolismos religiosos como el “Dios me ayudará a estar mejor”, predicado por las iglesias evangélicas, que preocupada por la “lucha de clase”, la reivindicación de sus derechos sociales o la lucha por las libertades individuales.
Las diferentes fuerzas políticas están con los ojos puestos en lo que piensa, quiere y reivindica esta nueva clase. De ahí también su mayor sensibilidad a los escándalos de corrupción política como peligro de malversación de dinero público.
Y junto con los políticos, están atentos a los anhelos de esta nueva clase media tanto el mercado de bienes comerciales -pues ya puede y le gusta consumir lo que nunca tuvo gracias también a la apertura del crédito- como el mercado cultural.
Se trata de un universo nuevo aún en ciernes que deberá moldearse y aclimatarse conviviendo con la clase media tradicional “más cultural”, pero también cada vez más sacrificada económicamente ya que no ha crecido en la proporción con lo que ha hecho la clase pobre que de tal se ha convertido en clase media, un salto cuántico para ella.