Por Frank Jiménez/Tomado de El Biran NY
La muchachada de los 50’s y los 60’s fuimos marcados por las producciones cinematográficas que se exhibían en los cines de Barahona. Todos esperábamos con ansias que llegara el domingo para vestir nuestras mejores galas y encaminarnos hacia el cine de nuestra preferencia o de nuestras posibilidades.
Barahona a la sazón, contaba con tres cines: El cine Teatro Ercilia y el Teatro Unión, pertenecientes a la familia Lagares y el Teatro Bahoruco, propiedad de la familia Suero.
Durante el transcurso de la semana, cada vez que teníamos la oportunidad, los muchachos nos dirigíamos a ver los “cuadros” (fotos de instantáneas de la película en exhibición) y así podíamos apreciar de que se trataba, si era buena o era un “clavo”(nombre usado cuando el tema de la película no llenaba las expectativas) y la preferencia eran las películas de Vaqueros, a los que llamábamos “el drama” y la serie (película que terminaba en el suspenso para continuar a la semana siguiente).
El Matinée se ofrecía en una tanda que se iniciaba a las 4:15 de la tarde, en el Teatro Unión y se conectaba un timbre continuo como indicio de que estaba abierto al público. En el frente siempre encontrábamos al paletero con las golosinas y los vendedores de “maní tostado” y Gofio que eran vendidos en cartuchitos al precio de 1 centavo, ofreciendo además el maní o el gofio premiado con un centavo dentro del cartucho. La entrada era por el valor de 10 centavos la taquilla que se vendía en una ventanilla ubicada al lado derecho del edificio y luego se le entregaba al viejo Triano que era el portero. Inmediatamente entrabamos al recinto, se armaba un corre, corre por los juegos infantiles (el loco, el agachao y caman ahí) en lo que llegaba la hora en que se iniciaba la proyección de la cinta cinematográfica.
Recordamos situaciones muy peculiares en nosotros los muchachos, y era las que se daban durante la trama de la película, por ejemplo cuando el protagonista era golpeado por los bandidos y reaccionaba logrando vencer al contrario, se iniciaba una algarabía tremenda, incluso por cada golpe que lanzaba era muy frecuente escuchar a coro el “toma” “toma’ cada vez que golpeaba. Lo mismo ocurría cuando en la montaña aparecían una gran cantidad de indios, la expresión más común era un “uuuhh uuuhhh” indicando la numerosidad que se aproximaba.
Las películas más frecuentes en el Matinée eran los Western Americanos (vaqueradas) donde con regularidad actuaban los actores Bill Elliot, Charles Starrett, John Wayne, etc. y las series más famosas eran de Tarzan, El Fantasma, Batman y Robín, etc.
El Matinée del Teatro Bahoruco, tenía más preferencia por los dramas y serie mexicanos, aunque también tenían sus vaqueradas. Un dato curioso era la preferencia de Don Negro Suero, propietario del teatro, por los bandidos de las películas y siempre decía que iba a los bandidos porque ellos tenían que ganar algún día. El Bahoruco cautivaba a los muchachos de todos los sectores periféricos y la parte alta del sector de Villa Estela.
Para nosotros es grato recordar la ingenuidad con que asistíamos al Matinée, todos los muchachos de la época jugábamos “caman ahí” por la influencia gringa de la época, ver la película mientras comíamos