lunes, 9 de enero de 2012

HIPOLITO O DANILO! Castillo Semán ve gran reto del 2012 es mantener la estabilidad macroeconómica ante la crisis global


El mayor reto del 2012



Vinicio A. Castillo Semán /tomado de listin Diario/tomado de Listin Diario
viniciocastilloseman@gmail.com

No hay ninguna duda de que ante el sombrío panorama mundial que se avecina en el año que recién inicia, el mayor reto de la República Dominicana será mantener su estabilidad económia, el crecimiento de su económica y el clima de gobernabilidad, estabilidad política y social que hemos disfrutado en los últimos 8 años.

El próximo 20 de mayo ese reto será el eje fundamental que decidirá la suerte de los dominicanos para la próxima década. Hipólito Mejía, y su escuadrón de la muerte económica: Jose Lois Malkún, Andy Dahuajre, Jaime Aristy Escuder, Arturo Martínez Moya representan sin duda la ruptura de la estabilidad económica, matizada con un alza extraordinaria en la prima del dólar, fuga masiva de capitales, y pérdida total de la confianza de inversionistas nacionales y extranjeros como ya lo han evidenciado los informes de JP Mogan Chase, City Bank y Nomura.

Una posible vuelta al poder de Hipólito Mejía y su grupo PPH, en momentos de graves crisis mundial, con un petróleo a mas de 100 dólares (suministrado en condiciones blandas por el Presidente Hugo Chávez contra quien el gobierno de Mejía conspiró) no deja brecha en el análisis de que la República iría directo a una debacle total con la quiebra masiva de negocios pequeños, medianos y grandes y a una crisis de mayor envergadura que la del 2003-2004.

En la actualidad el Banco central de la República Dominicana tiene un stock de más de 250 mil millones de pesos en certificados de inversión del público, proveniente del llamado déficit cuasifiscal generado una impune violación grosera de la Ley Monetaria y Financiera del gobierno pepehachista en su pésimo manejo de la crisis bancaria del año 2003.

La actual autoridad monetaria y financiera, logró con gran éxito reducir las tasas de interés pagadas por estos certificados en la administración de Malkún que llegaron a superar un 50% hasta reducirla a un promedio menor al 10% en la actualidad, lo que permitió al país disminuir drásticamente el costo anual de este déficit. Pero que nadie se engañe, todo eso se ha podido hacer por una palabra mágica: “confianza”, la misma que logró reducir en el periodo de transición 16 de mayo, -16 de agosto del 2004 la prima del dólar de más del 50 a 28 por 1. Esa confianza tiene un nombre propio. Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernandez Reyna y la actual Autoridad Monetaria y Financiera.

Si a los tenedores de los certificados de depósito del Banco Central se les dijera, que Hipólito Mejía y el grupo economistas de triste recordación que le acompañan, van a ser los nuevos administradores de la cosa publica, no le quepa duda a nadie de que como decía el Profesor Juan Bosch este pueblo lloraría lágrimas de sangre con consecuencias absolutamente imprevisibles en todos los órdenes.

Y como si faltara elementos preocupantes al panorama antes descrito, cabría agregarle al tema económico, la crisis de gobernabilidad que implicaría un posible gobierno de Mejía y su PPH enfrentado desde el primer día a el Congreso Nacional, el Tribunal Constitucional y la Suprema Corte de Justicia, contra quien ya ha expresado enfrentamiento y desafíos inexplicables, el último de ellos (de apenas el viernes) cuando dijo que él iba a ganar “con Suprema y sin Suprema por encima de quien sea” en un típico gesto de troglodismo político muy característico en su manera de actuar.

Las implicaciones políticas e institucionales que tendría un enfrentamiento entre los poderes más importantes del Estado dominicano, sumado a un desastre económico, llevaría sin dudas al país a graves crisis políticas como las que no se han visto en esta nación en décadas.

La opción de Hipólito Mejía en la coyuntura descrita anteriormente representa el caos, el desorden y el retroceso; quienes más interesados deben estar en prever la magnitud de la crisis que puede sobrevenir en el 2012 si el pueblo dominicano se equivocara, es el empresariado, y el sector productivo de la República Dominicana así como sus ciudadanos mas conscientes de todas las clases sociales.

Crear conciencia de lo que estará en juego el 20 de mayo del 2012 es una tarea imperativa. No se trata de una elección normal, en la que el dominicano pueda decidir por simples simpatías partidarias o personales. Ese voto decidirá de forma inmediata la suerte de los bolsillos de todos los dominicanos, y el futuro de nuestra joven democracia.

En este crucial reto para el 2012, Danilo Medina acompañado de la más grande coalición de fuerzas políticas que se haya formado en la historia democrática del país, tendrá en sus manos la enorme responsabilidad de representar la opción de la estabilidad y el progreso que evite al país caer en el abismo en todos los órdenes que representaría la vuelta al poder de Hipólito Mejía y su PPH.