miércoles, 4 de enero de 2012

CRITICA Y SUGERENCIAS! Los programas interactivos deben hacerse con criterio, independencia de conceptos y disciplina en la expresión de las ideas

LA CRITICA Y NUESTRAS SUGERENCIAS.
Los programas interactivos deben hacerse con criterio, independencia de conceptos y disciplina en la forma de expresión de las ideas. Llevar mensajes propositivos, antes que el negativismo permanente.

Por Mayobanex De Jesús Laurens.
Los pronunciamientos vía telefónica y a través de los micrófonos que durante dos días sucesivos escenificaron conductores del programa "Acción de la Tarde" y su director Domingo Silfa (Tito J. Vargas) es sensurable y criticable. Entendemos que el segundo se pasó un poco y los primeros no se portaron a la altura debida.

Lo acontecido es propicio para plantear reflexiones sobre los programas interactivos radiales que se transmiten por las emisoras locales.

Entendemos que los mismos deben servir de base para impulsar el desarrollo de Barahona, llevando al debate una agenda de temas que incidan sobre los asuntos gubernamentales, municipales y sociales de nuestra provincia.

Podrían hacer un híbrido diario entre los termas de actualidad nacional y el desarrollo de una agenda local, con seguimiento permanente de los puntos, para lograr que los actores principales de la cotidianidad barahonera asuman el compromiso con la provincia.

Debe haber un equilibrio en los staff de los programas: uno del PLD, del PRD, del PRSC y otro de los partidos emergentes.

Los temas deben también girar en el orden municipal, en adición a los asuntos gubernamentales, no inclinar la balanza de un solo lado todo el tiempo.

Hay que pensar en los oyentes de todos los bandos, obrar como empresa, entender que el PLD y el PRD representan más del 90% del electorado, pero que hay otras fuerzas políticas, incluyendo los llamados independientes.

Imparcialidad se llama criticar al gobierno, a los ayuntamientos, a los funcionarios estatales y muncipales y al sector privado, siempre que hayan cometido errores o incurrido en hechos que merezcan las censuras. Pero también reconocer las cosas positivas de cada uno de ellos, cuando hayan actuado correctamente.