El juego habló
Escrito por: Julio Martínez Pozo (eltribunaldelatarde@yahoo.com)
Tomado de El Nacional.
Un dato de la encuesta Gallup-Hoy, de
agosto del 2011, prevenía a los perredeístas contra celebraciones
anticipadas, pese a que su candidato exhibía una ventaja de 14.5%, sobre
el candidato del PLD (47.9 HM 33.4 DM),13.7 de los que en esos momentos
votaban por Hipólito eran peledeístas.
¿Qué iba a pasar cuando el PLD
desarrollara una jornada de fidelización de sus votantes? Que la ventaja
de Hipólito se desvanecería, y el cuadro apuntaría hacia la situación
en la que permaneció unos meses atrás, en la del empate estadístico.
Pero una vez que el PLD se reconciliara con sus votantes, ¿cuál era el
paso siguiente? Procurarse a los indecisos y mermar el voto duro del
adversario.
Dando por un hecho que Hipólito Mejía se
emplearía en procurar la unidad de su partido, la militancia de la
organización le adelantaba el respaldo de un 90%, mientras Danilo tenía
el de un 73% de los suyos, pero como Mejía se entendía ganado, jugó a
que la unidad llegara por ósmosis, mientras Danilo, antes de poner un
pie en la calle, se empleó, con el apoyo invaluable de Leonel Fernández,
a poner todos los sentimientos del PLD en un solo propósito.
Tiene a todo su PLD, mientras Hipólito
no tiene a todo su PRD y los indecisos le están llegando en camada
arrastrados por dos factores: sus propuestas, y los errores de
Hipólito y sus allegados, que están convenciendo a todos los que tenían
dudas de la grave amenaza que él representa para la estabilidad de la
economía y la institucionalidad democrática.
Dos prendas de esta semana, se unen a
las anteriores, para proyectarlo como el candidato que en más dislates
ha incurrido en una campaña electoral. Si es presidente destituirá, sin
tener facultad para ello, a varios miembros de la Suprema Corte de
Justicia a los que ha tachado de pelafustanes y sinvergüenzas, y otro
lado, se mete en problemas con las domésticas, diciendo que son
ladronas, porque toman los filetes de las neveras para sus novios.
Y si los escándalos sobre una presunta
trama para derrocar al presidente haitiano, o sobre las intenciones de
propinarle un tiro al presidente del PRD, no fueran lo suficientemente
estremecedores, se producen las declaraciones de uno de los personeros
que le apoyan, hablando de sus intenciones de reventar adversarios.
Eso explica la evolución ascendente que
ha marcado Danilo en Gallup y en otras encuestas, que de 33.4 en
agosto sube a 42.6 en noviembre, y a 48.7 en marzo 2012 y 50.6 en abril;
mientras la de Hipólito ha sido primero de estancamiento y luego de
descenso.
Su rechazo, sin embargo, no deja de
crecer. En Gallup-Hoy de noviembre de 2011 39,8 dijeron que nunca
votarían por él, lo que se ha elevado en la entrega de abril 2012 a un
41,7, en cambio la de Danilo disminuyó de 28,8 a 26,4.
Gallup le ha dado el zarpazo final a
cualquier posibilidad de engañar a los electores, que ya no discuten que
el próximo presidente será Danilo, sino el margen con el que ganará,
que de seis en adelante hay distintas versiones, pero que nadie se
duerma, que se requiere que sea amplio para ahorrar trastornos.