Observación razonable
La ONG Participación Ciudadana
no tiene razón en su pleito con la Junta Central Electoral y le está
haciendo mucho daño a su propia imagen, ya de por sí marchita, con su
insistencia en no “certificar” a sus observadores electorales.
La razón es evidente: un
observador electoral es un “integrante” oficioso del proceso electoral,
tiene acceso a las mesas y a los procesos que se realizan el día de las
elecciones. El observador porta una identificación que otorga la Junta
Central Electoral. No puede ser un cualquiera y mal puede la JCE otorgar
un carnet sin una verificación elemental de a quién se lo está
entregando. Eso es razonable y es lógico.
Es más, la JCE sería irresponsable si obrara de otra manera.
Se podrá alegar que todo este
asunto es el producto de un choque de personalidades entre el presidente
de la Junta y los directivos de Participación Ciudadana, quizás azuzada
por uno de los partidos, y se alega que en el pasado no se solicitaban
esos requisitos.
Aunque fuese así, los tiempos
cambian y el reglamento de observación electoral, que contiene los
nuevos requisitos, fue aprobado por el Pleno de la JCE y es obligación
de la institución hacerlo cumplir.
Lo que vale la pena preguntarse
es por qué Participación Ciudadana se resiste a cumplir con un requisito
razonable. Al mismo tiempo, debiera cuidarse de que no la acusen de
formar parte de un plan para “dañar” las elecciones.
Con la observación gana la democracia y gana la Junta.
atejada@diariolibre.com