Cacería de perros en Vietnam para vender su carne
Por Mike Ives /Tomado de Infobae.com
Por Mike Ives /Tomado de Infobae.com
Los enfrentamientos entre
ladrones y propietarios han dejado decenas de muertos. El robo de
mascotas crece al final de cada mes lunar, cuando muchos las comen con
la esperanza de librarse de la mala suerte
Cuando Nguyen Van Cuong escuchó a
un vecino gritar “¡Ladrón, ladrón!” ya era demasiado tarde. Dos hombres
en una motocicleta habían agarrado a su perro y habían huido a toda
velocidad. Ambos se echaron a correr en vano, mientras los delincuentes
les lanzaron piedras, una de las cuales alcanzó a un transeúnte en la
cabeza y lo mató.
Encuentros similares han
ocurrido en todo Vietnam entre ladrones de perros que venden los caninos
a restaurantes y aldeanos hastiados que, ante la incapacidad de la
policía, están tomando la justicia en sus manos para perseguir a los
culpables. Turbas han capturado a ladrones para matarlos a palos,
incluso a uno lo mataron prendiéndole fuego. Pero los bandidos están
usando desde ladrillos hasta flechas para rechazar a los aldeanos y
asegurarse su paga.
“Los ladrones de perros se están
volviendo más agresivos, se roban los perros en plena luz del día”,
dijo Tran The Thieu, jefe de policía en la aldea de Hung Dong, en la
provincia central de Nghe An. “La gente está muy furiosa porque les
están robando los perros y los ladrones raramente son arrestados”.
La carne de perro es un manjar
en Vietnam, especialmente en el norte. Los restaurantes especializados
en perro a la barbacoa son especialmente populares al final de cada mes
lunar, cuando muchos comen carne de can con la esperanza de librarse de
la mala suerte.
Los restaurantes de perros en la
capital, Hanoi, están prosperando, estimulados por el auge de una de
las economías de mayor crecimiento en Asia. Pero al aumentar la
inflación, algunos vietnamitas están buscando formas alternativas de
ganar dinero.
Como los perros usualmente
merodean las calles libremente, son presas fáciles. Perros vivos en
Hanoi se venden por unos seis dólares el kilogramo -un poco más caros
que los pollos. Un can de 20 kilos puede venderse por más de 100
dólares- aproximadamente el salario mensual promedio.
Es una buena ganancia para los
ladrones que recorren barrios en motocicletas, atrapando perros más
rápidamente que lo que toma a un ladrón de autos llevarse un Cadillac
Escalade. A veces incapacitan a los animales disparándoles dardos o
flechas con una carga eléctrica.
Muchos vietnamitas tienen una
dualidad hacia los perros. Pueden tenerlos para que protejan sus casas y
a menudo les dan nombres, pero no los consideran parte de la familia,
como en Occidente. Pero eso no quiere decir que no quieran a sus
mascotas.
Impunidad
En la provincia de Nghe An, el
jefe policial Thieu dijo que la violencia relacionada con el robo de
perros está aumentando. En junio, un ladrón de perros fue perseguido y
muerto a garrotazos por una turba que entonces prendió fuego a su
cadáver y lo dejó como advertencia en un camino. Siete aldeanos fueron
heridos en otros incidentes en los que ladrones perseguidos respondieron
con cuchillos, botellas y hondas.
La mayoría de los residentes ni
siquiera llaman a la policía. “Dicen que solamente multa a los ladrones y
los deja en libertad”, le dijo el teniente coronel Ho Ba Vo, vicejefe
investigador en Nghe An, al periódico Thanh Nien. “Es cierto. Un ladrón
solamente enfrenta cargos criminales si la propiedad robada vale al
menos 2 millones de dong (97 dólares). Un perro es mucho más barato y el
ladrón solamente es multado”.
No existen cargos específicos para el robo de perros, y la multa promedio por robo menor es de entre 50 y 100 dólares.
En la sureña provincia de Soc
Trang, dos hombres se entregaron a la policía el 26 de septiembre, un
día después de haber matado de un flechazo al corazón a un dueño de
perro que les perseguía.
El lucrativo negocio ilegal cruza fronteras
En septiembre, la policía en el
norte de Tailandia arrestó a dos hombres que trataban de llevarse de
contrabando a Vietnam a 120 perros metidos en bolsas. En agosto, 1.800
perros débiles amontonados en jaulas en un camión fueron confiscados
también en Tailandia en camino a Vietnam. La mitad de ellos murieron,
dijo la prensa local.
Es común ver perros en jaulas de
alambre en la parte trasera de motocicletas en Vietnam. Los animales
son sacrificados, desollados y asados, y pueden ser vistos colgados en
las afueras de restaurantes. Los platos van desde barbacoas hasta sopas
servidas con pasta de camarones. La carne tiene un sabor fuerte y una
textura similar a la del venado.
Dos tendencias
La tradición, popular también en
partes de China, Surcorea y Filipinas, enfrenta resistencia de los
defensores de los animales. Un ex empleado de la embajada estadounidense
en Hanoi se sintió tan repugnado por los restaurantes de perros que
creó en California la agrupación sin fines de lucro Kairos Coalition
para promover el tratamiento humano de las mascotas. Dice que más
vietnamitas están desarrollando un amor a sus perros al estilo
occidental, lo que pudiera explicar el aumento de los choques entre
ladrones y dueños.
“Estamos presenciando la
convergencia de dos tendencias”, dijo Robert Lucius, que hace notar que
la Coalición se ha asociado con grupos vietnamitas de derechos de los
animales y estudiantes de veterinaria. “La tradición del mercado de
carne de perros, en la que los animales no contaban para mucho, se
enfrenta ahora a la nueva tendencia de mantener a los animales como
acompañantes que son queridos, cuidados y valorados”.
Mientras, el residente de Hanoi
que recientemente perdió al perro de 15 años que había tenido desde que
era un cachorro dijo que la policía le dijo que había arrestado a los
dos ladrones que presuntamente lanzaron el ladrillo que mató al
transeúnte de 54 años.
Cuong dijo que la policía e
informó que su perro, identificado a causa de la falta de pelo en parte
de la cola, fue vendido por 900.000 dong (45 dólares). “Es muy difícil
criar un perro bueno e inteligente”, dijo el hombre, que estima que ha
perdido 10 perros a lo largo de los años a causa de robos. “Si yo
hubiese agarrado al culpable le hubiera apaleado”.
Pero Cuong es reflejo de la
ambivalencia hacia los perros en el país. A la pregunta de si alguna vez
se comería uno de sus perros, sacude la cabeza enérgicamente: “Si
quiero carne de perro, me voy a un restaurante”.
Fuente: AP
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