De todas maneras, adiós hasta que haya justicia.
No debió ser tú, no sabía.
Por Hidalgo Rocha Reyes
Por más descripciones que me dieron, nunca llegue a saber que eras tú. Pregunte y pregunte quien era y todos te conocían y me decían que quizás si tenía que saber quién era. Que era una mujer muy aguerrida, militante de estos y de aquellos, mas nunca llegue a divisarte.
Todo el país supo de tu herida y posteriormente de tu muerte. Todos hablaron de tus batallas, de tu fidelidad y de tu buen compañerismo. Todos, menos yo que no llegue a tu última morada, no porque no quería, sino porque soy poco visitador de muerto ajeno y el nombre tuyo no me llegaba en el momento.
Las fotos que presentaban de tu dolor después de recibir la herida que te hizo partir, no me hicieron ver tu rostro como te conocí, siempre afable, siempre cordial con tus amistades, siempre dispuesta a dar una sonrisa, aun en las adversidades, aun en los momentos difíciles por lo que todos pasamos y que nos da la vida.
Y es hoy, cuando se que fuiste tu. Es hoy, Angela amiga, que siendo ver tu partida de la forma más estúpida y cruel. Es hoy cuando se que una mujer buena como tu pierda la vida de esa manera. Es hoy que Teuddy pone tu foto como realmente era y como todos te veíamos y conocíamos, siempre dispuesta a dar de ti tu mano amiga, tu entrega en todo los que hacías. Por eso digo que no debió de ser tú.
Si era militante de un partido o si seguía una ideología, tampoco lo sabía. Solo de ti, Ángela Moquete Méndez me queda recordar hoy esa vecina tan exquisita que en mis años de adolescencia me corregía y me llamaba a tu casa a compartir lo que con tus frutos ponía en la mesa junto con tu familia.
Hoy, después de saber que era tu, te doy mi adiós, mi saludo de siempre, como cuando nos encontrábamos en las calles de esta ciudad maldita, y que aunque no nos cruzaremos mas, se que tu sonrisa la tendré por toda la vida exigiendo justicia.