NUEVA YORK.- Luis Alberto Ruiz Pérez, un pastor pentecostal que lideraba la iglesia Movimiento Internacional Pentecostal en el poblado de Toa Alta (Puerto Rico), se declaró culpable ayer miércoles ante una jueza de haber violado a sus cuatro hijas y será condenado a 20 años en la cárcel.
El reverendo, de 55 años, fue acusado de agresiones sexuales, actos lascivos, incesto y sodomía en los casos de dos de sus cuatro hijas.
Durante tres meses, cuando fue denunciado, Ruiz Pérez, se mantuvo rechazando las alegaciones en su contra, pero ante la contundencia de las evidencias y los resultados forenses de los investigadores, se vio forzado a admitir su responsabilidad en las repudiables violaciones a sus hijas que ahora tienen 18, 25, 31 y 36 años.
Sólo se le radicaron cargos por los casos de dos de ellas, debido a que los expedientes de las mayores prescribieron como establece el Código Penal de Puerto Rico.
El pastor hizo un acuerdo con los fiscales y será condenado a 20 de los 35 años que acuerda la ley. La jueza del caso Awilda Mejías Ríos aprobó el pacto entre el acusado y el Ministerio Público. Será sentenciado el 15 de marzo.
El abogado del depravado, doctor Roberto Rivera Irizarry y la fiscal Ginny Andreu, acordaron que la sentencia será sólo de cárcel sin que el abusador tenga que cumplir años en probatoria cuando salga de la prisión.
Fue tan descarado que se atrevió a preguntarle a la jueza que si tiene que estar los 20 años en la cárcel a lo que la magistrada le respondió que dependerá del Departamento de Correcciones y la decisión está fuera de su alcance.
Originalmente el defensor del agresor sexual había insistido en que las acusaciones eran una "trama" para desacreditar a su cliente. La fiscal aclaró que la defensa propuso el acuerdo y que las hijas de Ruiz Pérez lo aceptaron.
Las víctimas que no son identificadas por el tipo de caso, dijeron estar satisfechas con el acuerdo pero advirtieron que estarán vigilantes para que su diabólico padre cumpla la sentencia completa.
Cuando las mujeres denunciaron a su violador con la madre, señora Blanca Iris Ramos Méndez, esta no les creyó y apoyaba el esposo.
Las muchachas fueron violadas una, desde los 5 años hasta los 16 y la otra desde los 6 a los 17 en el caso de las más jóvenes. Las ultrajaba en la casa paterna, en moteles y prosiguió después que se mudaron a Toa Alta.
Los crímenes se conocieron en agosto del 2012, cuando la de 17 le narró los hechos a su hermana de 25 y luego todas dijeron haber sido violadas también.
Al parecer, el maquiavélico depredador lo hacía sin que una supiera que forzaba a la otra y así sucesivamente.
Pero la mayor de las hermanas perdonó a su padre y no se presentó al tribunal a respaldar a las demás.