Por Mayobanex De Jesús Laurens
Ante una campañita en la cual siempre se
busca ofender, maltratar y ligar los nombre de Víctor Manuel Terrero
Encarnación y quien suscribe este artículo a la actual crisis de la
Regional IV de Salud, nuevamente exponemos lo que encontramos, hicimos y
dejamos a la salida de nosotros de esa entidad de salud en Barahona.
Se dispuso controles de inventarios
permanentes de los medicamentos, equipos médicos y material quirúrgico,
gastable y de limpieza en todas las UNAP y en el almacén regional.
Dispusimos que hubiera un solo almacén, en vez de ocho que existían, que
se prestaba al descontrol.
Se dispuso que todas las compras se
hicieran por licitaciones y comparaciones de precios, para lo cual se
hacían actos públicos con presencia de la prensa, auditoría y un
notario, y se publicaban los resultados en la prensa.
Se reajustaron los salarios de los
auxiliares, secretarias y choferes, que ganaban 5 mil pesos y se
llevaron a 8 mil y 10 mil pesos mensuales. Se aplicaron tres aumentos
salariales dispuestos por el gobierno y el Ministerio de Salud Pública,
que benefició al personal.
Se dispuso control absoluto de los
vehículos, manejo del gasoil y del gas propano, para que se utilice
realmente en lo que eran las necesidades de las UNAP y la Regional en
sentido general.
Dispusimos que se elimine el pago de
dietas a funcionarios medios y altos, que solo se pagara a los choferes y
auxiliares de mantenimiento y otras áreas, siempre que se justificaran.
Eliminamos el pago de completivos
salariales, que de forma arbitraria se pagaba en la Regional, a la vez
que eliminamos por completo que se paguen vacaciones compensadas y
licencias médicas, dejando que esas funciones fueran asumidas por otro personal
de la institución cuando se presentaran las mismas.
Establecimos controles administrativos,
contables y de auditoría para todo el proceso de entradas y salidas de
medicamentos, reactivos, materiales gastables, quirúrgicos, de limpieza y
de equipos, garantizando con ellos la salvaguarda de los mismos.
Siempre pagamos la nómina del personal a tiempo, mucho antes de la fecha.
Cumplimos a cabalidad con el pago al
personal de la regalía pascual y del pago del incentivo del 10% del
per cápita que se recibía de SENASA. Esto se hacía siempre los priemros
días del mes de diciembre de cada año.
Encontramos una deuda o cuentas por
pagar a suplidores de más de 26 millones de pesos. Cuando salimos de la
Regional IV de Salud la habíamos dejado en 8.9 millones, incluida la
deuda que no había pasado a Contabilidad, pues las facturas estaban en
el Departamento de Compras.
Los ingresos promedios que recibíamos de
SENASA, en pago del per cápita, lo encontramos en un monto de 7.4
millones de pesos. Ellos fueron paulatinamente disminuyendo de forma
arbitraria ese valor y al mes de octubre de 2012 solo nos estaban
pagando la suma de 4.2 millones de pesos, promedio mensual, mientras
todos los costos y gastos de los servicios de las prestaciones de salud a
esa ARS estatal se habían incrementado.
Dejamos al mes de octubre, a nuestra
salida de la Regional, un balance en banco de RD$10,277,402.57, en la
cuenta de la proveedora con el Banco de Reservas.
Al final de nuestra gestión, el auditor
de la Contraloría a nivel interno, el licenciado Anastacio Rodríguez
López, nos hizo una auditoría completa de la situación financiera, la
cual conservamos firmada y sellada por él, para la historia.