Tomado de El Nuevo Diario
VERÓN, HIGÜEY.- La multitud que
abarrotó la casa de Rafael Lidiano (Piti), el brujo más famoso de Verón,
Punta Cana de Higüey, comenzó a retirarse la tarde de este jueves de la
residencia, al ver que no resucitó como le prometió a familiares y
clientes fieles a sus prédicas budistas y de sortilegios.
A medida que pasan las horas
cada vez más se va quedando sin gente la casa, que ahora solo es
visitada por familiares y los vecinos más cercanos.
Se recuerda que “Pití”, como era
conocido ampliamente el hechicero, murió el pasado fin de semana y
sepultado el lunes en medio de un ritual lleno de realismo mágico,
envuelto en “loas” a los seres, toques de trompetas y baterías, y
salpicado de whisky y clerén.
La comunidad dominico-haitiana
residente en Villa Playwood, Verón, rindió el último adiós a los restos
mortales de Rafael Lidiano, “El Brujo Tití”, considerado el más famoso y
adinerado de la zona turística.
El sepelio más que una ceremonia
fúnebre se convirtió en una fiesta de palos, donde las “montaderas” y
las invocaciones a los espíritus que realizaban sus seguidores y
familiares más cercanos, matizaron el folklórico entierro.
Muerte rara
Para familiares y creyentes de
las manifestaciones mágico-religiosas, “la muerte de Tití fue
misteriosa, murió como un pajarito, pese a aplicarse sus propias
medicinas curativas”.
El Brujo fue declarado muerto,
pero no fue enterrado hasta bien entrada la tarde del martes, porque sus
familiares estaban esperando que reviviera a la media noche del martes o
ayer miércoles.
Creen está vivo
Para los fundamentalistas de la
religiosidad popular, el misticismo y la hechicería, su supuesta
resurrección tuvo lugar el pasado martes, a las 12:00 del mediodía.
Andrea Henríquez, que se
consideró la mejor vecina del difunto brujo, dijo que exactamente a las
2:15 de la tarde de ese día, el brujo llegó caminando a su residencia,
con su aspecto normal y vestido con su traje negro, tal como fue
enterrado, pero estaba descalzo.
“Lidiano saludó a todos los
vecinos que estaban en su casa, “aunque no habló con nadie, entró y fue
directamente a su altar, donde duró como cinco minutos haciendo
musarañas, cogió algunas cosas que tenía que coger de su altar y luego
desapareció”, sostiene con pasión desbordada la mujer.
Tanto Henríquez, como Jaison
Bautista Luna, María Pier y la que todos llaman “La Cocinera”,
testificaron que cientos de personas lo vieron vivo y caminando, el
martes.
Yolanda Lidiano, hermana del
fallecido, informó que su hermano murió muy joven, ya que al momento del
suceso apenas contaba con 35 años.
Entre lágrimas y sollozando
dijo: “Yo quería mucho a mi hermano, que era una persona muy buena y
siempre me llamaba con cariño para hablar conmigo, y ahora no tengo a
nadie que me llame ni que me ayude en el país, y no sé que voy a hacer”.
Murió en el hospital
El brujo murió en el hospital de
Higüey, donde fue llevado con fuerte dolores de cabeza y estómago, tras
tomarse una pócima o brebaje preparado por el mismo.
“Fui a verlo y de ahí en
adelante no volvió a reaccionar más”, dijo su hermana, para más adelante
agregar que “creo que a mi hermano lo mataron por envidia porque estaba
progresando mucho”.
Al brujo Pití le sobreviven sus
hijos Eriberto, Leonel y Rafael, que creen también que la muerte de su
padre fue provocada, aunque no explican por qué y con qué.
Lo cierto es que ahora Rafael
Lidiano o el “Brujo Pití” pasó con su muerte a ser una leyenda de la
religiosidad popular en la zona Este del país, muy particularmente de
Verón, Punta Cana de Higüey.
Autor: MANUEL ANTONIO VEGA