CADA DIA UNA IMAGEN Y PENSAMIENTOS
Robert Greene y Joost Elffers/Las 48 Leyes del Poder
Ley Nº 1- Nunca le haga sombra a su amo
Esfuércese siempre por lograr que quienes están jerárquicamente
por encima de usted se sientan cómodos con su sensación de
superioridad. No permita que sus deseos de complacerlos o impresionarlos
lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos y de su capacidad, ya
que ello podrá generar un efecto opuesto al deseado, es decir, inspirar
temor e inseguridad en sus superiores. Hágalos aparecer siempre más
brillantes de lo que en realidad son… y accederá a la cumbre del poder.
Ley Nº 2- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos
Desconfíe de los amigos; suelen ser los primeros en
traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen
convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya
sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer
mayores esfuerzos por demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe
temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque
la forma de creárselos.
Ley Nº 3- Disimule sus intenciones
Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor ignorancia
posible, sin revelar nunca el propósito de sus acciones. Si no tienen la
menor idea de qué es lo que usted quiere lograr, les resultará
imposible preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas
suposiciones, envuélvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin
caigan en la cuenta de las verdaderas intenciones de usted, ya será
tarde para ellos.
Ley Nº 4- Diga siempre menos de lo necesario
Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en
cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor
control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea sólo
banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga,
abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por
su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna
tontería.
Ley Nº 5- Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte
Su renombre y su prestigio constituyen la piedra angular del
poder. Basta el prestigio para intimidar y ganar. Sin embargo, una vez
que decae, usted se tornará vulnerable y será atacado por todos los
flancos. Convierta su prestigio en una fortaleza inexpugnable.
Manténgase alerta frente a cualquier tipo de ataques potenciales y
desbarátelos antes de que se produzcan. Al mismo tiempo, aprenda a
destruir a sus enemigos abriendo brechas en la reputación de ellos.
Luego dé un paso al costado y deje que la opinión pública lo crucifique.
Ley Nº 6- Busque llamar la atención a cualquier precio
Todo es juzgado por su apariencia; lo que no se ve no cuenta.
Nunca acepte perderse en el anonimato de la multitud o ser sepultado por
el olvido. Ponga toda su fuerza en destacarse. Conviértase en un imán
que concentre la atención de los demás, mostrándose más atractivo y más
misterioso que la gran masa, tímida y anónima.
Ley Nº 7- Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles
Utilice la inteligencia, los conocimientos y el trabajo físico
de otros para promover su propia causa. Ese tipo de ayuda no sólo le
permitirá ahorrar mucho tiempo y energía, sino que le conferirá un aura
divina de rapidez y eficiencia. A la larga, sus colaboradores serán
olvidados y todos lo recordarán a usted. Nunca haga lo que otros pueden
hacer por usted.
Ley Nº 8- Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo
Cuando obligue a otro a actuar; deberá ser usted quien en todo
momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante
se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes.
Atráigalo con ganancias fabulosas… y después proceda a atacar. Usted
tiene todos los ases en la mano.
Ley Nº 9- Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos
Cualquier triunfo circunstancial que usted obtenga a través de
argumentación verbal en realidad es sólo una victoria pírrica: el
resentimiento y la mala voluntad que así genera son más intensos y
duraderos que cualquier acuerdo momentáneo que haya logrado. Es mucho
más eficaz lograr la coincidencia de otros con la coincidencia de otros
con usted a través de sus acciones, sin decir palabra alguna. No
explique, demuestre.
Ley Nº 10- Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados
La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los
estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad
infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se
está hundiendo, lo único que logrará con ello será acelerar su propia
caída. A menudo, los perdedores, son los artífices de su propia
desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos
y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices.
Ley Nº 11- Haga que la gente dependa de usted
Para mantener su independencia, es indispensable que los demás
lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, tanto
más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para
lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca
enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin
su ayuda.
Ley Nº 12- Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva
Un gesto sincero y honesto compensará docenas de actitudes
dictadas por la hipocresía y la falsedad. El gesto de franca y honesta
generosidad hace bajar la guardia aun al individuo más desconfiado. Una
vez que su sinceridad selectiva haya abierto una brecha en la armadura
del otro, podrá manipularlo y embaucarlo a su antojo. Un obsequio
oportuno -especie de caballo de Troya- podrá cumplir el mismo objetivo.
Ley Nº 13- Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo
Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en
recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado o sus buenas acciones.
Lo pasado se ignora o se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido
de colaboración, usted muestre elementos que beneficiarán a la otra
persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con
entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener.
Ley Nº 14- Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía
Es de fundamental importancia saberlo todo sobre su rival.
Utilice espías para reunir información valiosa que le permita mantener
siempre una ventaja sobre él. Y mejor aún: haga usted mismo de espía.
Aprenda a sondear con cuidado a la gente en corteses encuentros
sociales. Formule preguntas indirectas para lograr que el otro revele
sus intenciones y sus debilidades. Toda ocasión es buena para ejercer el
arte del espionaje.
Ley Nº 15- Aplaste por completo a su enemigo
Empezando por Moisés, todos los grandes líderes de la historia
sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían.
(En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes).
Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se
corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha
perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación
total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Destruyalo por
completo, no sólo física sino también espiritualmente.
Ley Nº 16- Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor
Demasiada oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan,
tanto menos necesario lo considerarán los demás. Si ya ha afirmado su
posición dentro de un grupo determinado, un alejamiento temporario hará
que hablen más de usted, e incluso que lo admiren. Deberá aprender
cuándo alejarse. Recuerde que la escasez de un recurso incrementa su
valor.
Ley Nº 17- Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible
El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad
insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo
rodean. Si usted se muestra predecible, confiere a los demás la
sensación de tener cierto control sobre usted. Invierta los papeles:
muéstrese deliberadamente impredecible. Las actitudes que en apariencia
carecen de coherencia o propósito desconcertarán a los demás, que se
agotarán tratando de explicarse sus movimientos y acciones. Llevada a un
extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar.
Ley Nº 18- No construya fortalezas para protegerse: el aislamiento es peligroso
El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por
doquier; todos necesitan protegerse. Una fortaleza se presenta como la
alternativa más segura. Pero el aislamiento lo expone más de la que la
protege de los peligros que la rodean, ya que la aisla de información
valiosa y la destaca como un blanco difícil para los demás. Es mucho más
seguro circular, mezclarse entre la gente y buscar aliados. La multitud
lo protege de sus enemigos.
Ley Nº 19- Sepa con quién está tratando: no ofenda a la persona equivocada
En el mundo hay muchas clases de personas diferentes, y usted
no puede suponer que todos reaccionarán de la misma manera frente a sus
estrategias. Hay ciertas personas que, si usted las manipula o engaña,
pasarán el resto de su vida procurando vengarse. Serán, desde el momento
de la ofensa, lobos con piel de oveja. Elija con cuidado a sus víctimas
y a sus contrincantes, y nunca ofenda o engañe a la persona equivocada.
Ley Nº 20- No se comprometa con nadie
Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar partido. No se
comprometa con ninguna posición o causa, salvo con la suya propia. El
hecho de mantener su independencia lo convierte en el amo de los demás.
Obtenga beneficios oponiendo a las personas entre sí.
Ley Nº 21- Finja candidez para atrapar a los candidos: muéstrese más tonto que su víctima
A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo
tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus
víctimas y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez
que las haya convencido de esto, nunca sospecharán que usted tiene
motivaciones ocultas contra ellos.
Ley Nº 22- Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder
Cuando usted sea el más débil, nunca luche simplemente por
salvar su honor. Opte, en cambio, por la capitulación. Rendirse le dará
tiempo para recuperarse, tiempo para atormentar e irritar al vencedor,
tiempo para esperar a que el poder de éste se diluya. No le dé la
satisfacción de luchar y ser vencido por él. Capitule antes de ser
derrotado. Al volver la otra mejilla, enfurecerá y desconcertará a su
contrincante. Convierta la capitulación en un instrumento de poder.
Ley Nº 23- Concentre sus fuerzas
Conserve sus fuerzas y su energía manteniéndolas concentradas
en su punto más fuerte. Ganará más descubriendo un rico yacimiento y
explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro:
la intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes
de poder que puedan promoverlo, procure encontrar siempre el patrón
clave único, la vaca lechera que puedan ordeñar durante largo tiempo.
Ley Nº 24- Desempeñe el papel de cortesano perfecto
El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y
alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en tomo del poder y
de la habilidad política. Domina a la perfección el arte de la
oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre
los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa.
Aprenda a aplicar las leyes del cortesano, y su ascenso dentro de la
corte no conocerá límites.
Ley Nº 25- Procure recrearse permanentemente
No acepte los papeles que la sociedad le ha endilgado. Fórjese
una nueva identidad que atraiga la atención y nunca aburra al público.
Sea el dueño de su propia imagen, en lugar de permitir que otros la
definan por usted. Incorpore elementos dramáticos en sus gestos y
acciones públicas, y su poder se verá reforzado y su personalidad
crecerá en forma asombrosa.
Ley Nº 26- Mantenga sus manos limpias
Es necesario que, en todo momento, usted aparezca como
paradigma de la corrección y la eficiencia. Sus manos nunca se
ensuciarán por ilícitos o descuidos. Mantenga esa apariencia impecable,
utilizando a otros como testaferros o pantallas para ocultar, cuando sea
necesario, su participación personal en hechos de esta índole.
Ley Nº 27- Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales
La gente tiene una necesidad irrefrenable de creer en algo.
Conviértase en el centro focalizador de esa necesidad, ofreciéndoles una
causa o una nueva convicción a la que adherir. Formúlela en términos
vagos pero pletóricos de promesas. Enfatice el entusiasmo por sobre el
pensamiento claro y racional. Dé a sus nuevos discípulos, rituales que
realizar y exíjales sacrificios. Ante la ausencia de una religión
organizada y grandes causas en las que puedan creer, su nuevo sistema de
convicciones le conferirá un poder inaudito.
Ley Nº 28- Sea audaz al entrar en acción
Si se siente inseguro frente a determinado curso de acción, no
lo intente. Sus dudas y titubeos se transmitirán a la ejecución del
plan. La timidez es sumamente peligrosa; lo mejor es encarar toda acción
con audacia. Cualquier error que usted cometa por ser audaz se
corregirá con facilidad mediante más audacia. Todo el mundo admira al
audaz; nadie honra al timorato.
Ley Nº 29- Planifique sus acciones de principio a fin
Un final brillante constituye el corolario que da énfasis a
todo su accionar. Planifique su camino teniendo en cuenta todas las
consecuencias posibles, todos los obstáculos y todos los giros del azar
que puedan incidir de manera negativa sobre su trabajosa elaboración y
otorgar la gloria a otros. Planificar todo un proceso, de principio a
fin, evitará que lo abrumen los factores negativos y le permitirá saber
con exactitud cuándo detenerse. Maneje la fortuna con cuidado y
determine el futuro planificando a largo plazo.
Ley Nº 30- Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos
Su accionar deberá parecer natural y de fácil ejecución. Toda
la práctica y el esfuerzo que usted realice, así como todas las
habilidosas artimañas a las que recurra, deberán permanecer ocultos.
Cuando actúe, hágalo como si la tarea que tiene entre manos fuese algo
de lo más sencillo, como si pudiese hacer todavía mucho más. Evite la
tentación de revelar lo mucho que usted trabaja, pues con ello sólo
generará cuestionamientos. No le enseñe a nadie sus trucos especiales, o
los usarán contra usted.
Ley Nº 31- Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte
El mejor engaño es aquel que aparenta ofrecer opciones al otro:
sus víctimas sienten que controlan la situación. Pero en realidad no
son sino títeres en sus hábiles manos. Presente opciones que siempre le
sean favorables, independientemente de cuál de ellas elijan los demás.
Obligúelos a optar entre el menor de dos males y logre que cualquiera de
las dos elecciones resulte a favor de usted. Haga que cualquier
alternativa por la que se decidan sus rivales, los perjudique a ellos y
lo beneficie a usted.
Ley Nº 32- Juegue con las fantasías de la gente
Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y
desagradable. Nunca recurra a la verdad, ni a la realidad, salvo que
esté dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es
tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar
ilusiones o conjurar fantasías son como oasis en el desierto: todos van
hacia ellas. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa
de poder.
Ley Nº 33- Descubra el talón de Aquiles de los demás
Todo individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla
que rodea su fortaleza. Por lo general, esa debilidad es algo que le
causa inseguridad, o una emoción o una necesidad que lo supera. También
puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que fuere, una vez que usted
la haya descubierto, esa debilidad se convierte en un elemento de
presión que podrá manejar a su antojo y, por su puesto, siempre a su
favor.
Ley Nº 34- Actúe como un rey para ser tratado como tal
Su forma de actuar determinará cómo lo tratarán los demás: a la
larga, una presencia vulgar o común hará que la gente le pierda el
respeto. Porque un rey se respeta a sí mismo e inspira el mismo
sentimiento en los demás. Al adoptar una actitud de rey, mostrando
confianza en su propio poder, logrará que lo consideren destinado a
llevar una corona real sobre la cabeza.
Ley Nº 35- Domine el arte de la oportunidad
Nunca demuestre tener prisa, ya que el apuro delata una falta
de control sobre el tiempo y sobre su propio accionar. Muéstrese siempre
paciente, como si supiera que, con el tiempo, todos sus deseos se
cumplirán. Conviértase en especialista en el arte de detectar el momento
propicio para cada cosa. Descubra el espíritu de los tiempos actuales y
las tendencias que lo llevarán al poder. Aprenda a mantenerse a la
expectativa cuando el momento propicio no haya llegado, y a golpear con
fuerza cuando la oportunidad le sea propicia.
Ley Nº 36- Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas
Al prestar atención a un problema trivial, lo convierte en real
y le confiere importancia. Cuanta más atención le preste a un enemigo,
más lo fortalecerá. Y a menudo, un pequeño error se magnifica en el
intento de corregirlo. A veces, lo mejor es dejar ciertas cosas por
completo de lado. Si hay algo que usted desea pero no puede obtener,
menosprecíelo. Cuanto menos interés demuestre, mayor será el nivel de
superioridad que verán los demás en usted.
Ley Nº 37- Arme espectáculos imponentes
Una imaginería impactante y gestos simbólicos grandiosos
generan aura de poder, ya que ejercen gran atracción sobre todos.
Presente espectáculos imponentes para quienes lo rodean, plenos de
elementos visuales fascinantes y radiantes simbolismos que enfaticen su
presencia. Encandilados por las apariencias, los demás no se darán
cuenta de lo que usted está haciendo en realidad.
Ley Nº 38- Piense como quiera, pero compórtese como los demás
Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, alardeando
acerca de sus ideas poco convencionales y sus actitudes heterodoxas, la
gente pensará que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a
los demás. Encontrarán la forma de castigarlo por hacerlos sentir
inferiores. Es mucho más seguro confundirse con la masa y adoptar un
cierto aire “común”. Limítese a compartir su originalidad con amigos
tolerantes y con aquellas personas de las que está seguro que aprecian
su forma de ser diferente y especial.
Ley Nº 39- Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca
La ira y las emociones son estratégicamente contraproducentes.
Siempre deberá mantenerse sereno y objetivo, pero si puede enfurecer a
sus enemigos mientras usted conserva la calma, obtendrá una ventaja
decisiva. Desoriente a sus enemigos: descubra la grieta, a través de la
cual pueda sacudirlos y manejarlos.
Ley Nº 40- Menosprecie lo que es gratuito
Todo lo que es gratuito es peligroso, ya que por lo general
implica alguna treta o un compromiso oculto. Las cosas que tienen valor
valen la pena pagarse. De esta manera, no estará obligado a gratitud
alguna, se verá libre de culpa y evitará fraudes y engaños. Lo más
inteligente es, a menudo, pagar el precio total. Cuando hablamos de
excelencia no hay gangas. Sea generoso con su dinero y hágalo circular,
dado que la generosidad es señal e imán de poder.
Ley Nº 41- Evite imitar a los grandes hombres
Lo que se produce por primera vez siempre parece mejor y más
original que lo que viene después. Si usted sucede a un gran hombre o
tiene padres célebres, deberá lograr el doble para superar la imagen de
ese “modelo”. No se pierda en la sombra de esos “grandes” ni se quede
estancado en un pasado que no es obra suya: encuentre su propia
identidad y reafírmela con su accionar diferente. Elimine a ese padre
dominante, reniegue de su herencia y gane poder a través de sus propios
méritos.
Ley Nº 42- Muerto el perro, se acabó la rabia
Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo
fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas
y resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este tipo
de individuo, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a
que los problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar
con él, pues es irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o
eliminándolo. Recuerde que, muerto el perro, se acabó la rabia.
Ley Nº 43- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás
La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede
actuar contra usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de
seducción, que los demás se muevan en la dirección que usted desea. Una
vez seducida, la persona se convierte en su leal servidor. Y la forma
más eficaz de seducir a alguien, consiste en manejar con habilidad las
flaquezas y la psicología del individuo. Debilite la resistencia del
otro a través de la manipulación de las emociones, jugando con lo que el
otro ama y valora, o lo que teme. Si usted ignora el corazón y la mente
de los demás, terminarán odiándolo.
Ley Nº 44- Desarme y enfurezca con el efecto espejo
El espejo refleja la realidad pero también es el arma perfecta
para el engaño: cuando usted refleja a sus enemigos, haciendo
exactamente lo que hacen ellos, sus rivales no lograrán deducir su
estrategia. El efecto espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a
reaccionar en forma desmedida. Al poner un espejo frente a su psique,
usted los seduce con la ilusión de que comparte sus valores. Al reflejar
sus acciones en un espejo, les enseña una lección. Son muy pocos los
que pueden resistirse al poder del efecto espejo.
Ley Nº 45- Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez
En teoría, todo el mundo comprende la necesidad del cambio,
pero en el nivel cotidiano el ser humano es hijo de la costumbre.
Demasiada innovación resulta traumática y conducirá a la rebelión. Si
usted es nuevo en una posición de poder, o un tercero que intenta
construir una base de poder, haga alarde de respetar la forma
tradicional de hacer las cosas. Si se impone un cambio necesario, hágalo
aparecer como una leve modificación positiva del pasado.
Ley Nº 46- Nunca se muestre demasiado perfecto
Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo
más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad. La
envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de
manifiesto, de vez en cuando, sus defectos y admitir vicios inofensivos,
a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los
dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente.
Ley Nº 47- No vaya mas allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse
El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro.
En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en
sus fuerzas pueden llegar a impulsarlo más allá de la meta que se había
propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los
enemigos que le creará que los que logre vencer. No permita que el éxito
se le suba a la cabeza. No hay nada como la estrategia y la
planificación cuidadosa. Fíjese un objetivo y, cuando lo alcance,
deténgase.
Ley Nº 48- Sea cambiante en su forma
Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo
el mundo, usted se convertirá en el blanco de ataques diversos. En lugar
de brindar a sus enemigos algo concreto que atacar, manténgase
flexible, adaptable y en movimiento. Acepte el hecho de que nada es
absoluto y de que no existen leyes fijas. La mejor manera de protegerse
es mantenerse tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apueste a la
estabilidad ni a un orden perdurable. Todo cambia.
Fuente: http://www.geocities.com/davidrichardson2000/las48leyes.html