Por: Mario Pérez Santana
Permítanme definirles
en resumen la palabra “conciencia”, la cual de acuerdo al diccionario
de la real academia de la lengua española, no es más que la propiedad
del espíritu humano de conocerse en sus atributos esenciales y en sus
modificaciones, el conocimiento interior del bien y del mal
“conocimiento exacto y reflexivo de las cosas”.
Entonces partiendo
de esa definición, lamentablemente podemos decir y reafirmar que en
esta provincia de Barahona existen algunos políticos y funcionarios que
no tienen ni un ápice de conciencia, porque al estar encaramados en la
cúspide del poder disfrutando de las mieles de este, han quedado
emborrachados y convertidos en verdugos.
Lamentablemente la
política bien definida del presidente de la República, Danilo Medina, de
concientizar a la clase más desposeída para detener la pobreza en todo
el territorio nacional, ha sido contrariada en esta provincia de
Barahona por algunos funcionarios que no conocen el sentir libérrimo de
las clases más desposeídas, porque su accionar mira hacia su propia
solución ubicándose como los extraños a los pobres “de sangre azul”.
Propicia
es la ocasión para solicitarle al presidente Medina, que dentro de sus
visitas sorpresivas a las que ya nos tiene acostumbrados, pueda hacer
una parada en este municipio de Santa Cruz de Barahona, se lo
agradeceríamos los que luchamos día y noche para verlo en la escalinata
del poder resolviendo los más acuciosos problemas de la sociedad, porque
de verdad las cosas no andan bien. Mi familia necesita de mayor
conciencia de parte de los funcionarios.
Cuando me dirijo al señor
presidente en procura de solucionar los problemas de mi familia, lo
hago por la simple y sencilla razón de que en usted vi una salida
satisfactoria. Quien apela a usted honorable presidente lo hace porque
ya se le agotaron todos los recursos y exigencias para lograr ser
colocado en las nominas públicas como empleado, ya que aquellos con los
que trabaje de la mano durante su campaña electoral, luego de obtener el
triunfo me han dado la espalda sin importar la suerte que corre mi
familia y sin tener en cuenta que los periodos de elección presidencial
se realizan cada cuatro años.