POR RAMON A. LOPEZ
El profesor Príamo Rivas ganó abrumadoramente el certamen electoral del que resultó electo director del hijo primado de la Primada de América. Los profesores y las profesoras de esta unidad académica votaron por él y lo hicieron confiados en que encabezaría una gestión que enrumbaría al centro por nuevos senderos, esperanzados en que crearía las condiciones para hacer de esta unidad una academia con verdaderas esencias universitarias de cara a las nuevas realidades sociales, económicas y culturales de la región, del país y del mundo.
En el discurso de lanzamiento de su candidatura el hoy director de la UASD-Barahona dijo que desarrollaría “una educación que dé respuestas a las necesidades internas, a las necesidades y expectativas de la sociedad y que esté alineada a los requerimientos de la internacionalización”.
Por eso y para eso votó la asamblea de la UASD-Barahona.
También votó por el maestro Manuel de la Cruz Fernández para la subdirección, un académico con amplia trayectoria y experiencia gerenciales en instituciones educativas públicas que les dan el aval suficiente para cogerenciar el desafío al que se afrenta la actual gestión del profesor Rivas.
A diferencia de las gestiones anteriores, el subdirector de los recintos y centros universitarios ahora tiene funciones asignadas en el Reglamento y que son de su exclusiva competencia. Pasó de ser la figura decorativa que sólo hacía lo que el director a discreción solía asignarle, que normalmente era nada, a ser el brazo ejecutor de la política administrativa y académica de los centros y recintos uasdianos.
Esta nueva configuración que le asigna funciones al subdirector no debe ser soslayada por el actual director y debe ser aprovechada para compartir responsabilidades y ampliar el horizonte de las ejecutorias de las aspiraciones de quienes decidieron que sean ellos los gestores 2014-2018 de la UASD-Barahona.
Apenas empiezan su mandato y por eso seguimos esperanzados en que la UASD-Barahona podrá en esta gestión superar el atraso institucional que ha acumulado a través de largos años de inmediatismo y de falta de un horizonte pensado y reflexionado en función de lo que es una verdadera universidad.
Seguimos creyendo que el binomio Rivas-De la Cruz hará una gestión que sirva para establecer la línea de “un antes y un después”.