Marcelo
Odebrecht, que conducía la constructora, enfrenta cargos por pagar
sobornos, formar parte de una organización criminal y lavado de dinero.
En su misma situación está Otávio Azevedo, jefe del conglomerado Andrade
Gutierrez
Crédito: Reuters/Tomado de Infobae.com
Los
presidentes de las gigantes constructoras Odebrecht, Marcelo Odebrecht,
y de Andrade Gutierrez, Otavio Azevedo, fueron acusados hoy formalmente
por la Fiscalía brasileña de organización criminal, corrupción y lavado
de dinero en el gigantesco fraude a la estatal Petrobras.
"Las
acusaciones están basadas en amplias pruebas", dijo el fiscal Deltan
Dallagnol en una presentación en Curitiba, capital de Parana, al sur de
Brasil, donde se tramita la causa cuyas potenciales ramificaciones
políticas mantienen en vilo al país.
El
presidente de Odebrecht, la mayor firma de ingeniería de Latinoamérica,
fue detenido el mes pasado en una investigación emblemática que busca
demostrar que la élite del país no está por encima de la ley.
La
Fiscalía asegura que Marcelo Odebrecht, que lidera la tercera
generación del conglomerado brasileño administrado por su familia, sabía
que su firma participó y posiblemente lideró lo que denominaron un
cártel de compañías de ingeniería que cobró en exceso a la petrolera
estatal Petrobras y sobornó a ejecutivos y políticos, muchos de los
cuales integran la coalición del gobierno de la presidente Dilma
Rousseff.
La
detención de Odebrecht en la operación Erga Omnes, que significa 'para
todos', ha elevado las posibilidades de que la investigación se centre
en Petrobras.
Los
vínculos personales entre Marcelo Odebrecht y el ex presidente
brasileño Luiz Inácio Lula da Silva amenazan con acercar el escándalo al
oficialista Partido de los Trabajadores (PT), cuyo tesorero está en la
cárcel y enfrenta un juicio por corrupción.
El
escándalo de la petrolera brasileña lanzó esquirlas tan dañinas que ni
los intereses de la política pudieron ocultar. El fraude en Petrobras se
estructuró en torno a un "club" de empresas que amañó licitaciones para
adjudicarse obras contratadas por la estatal entre 2004 y 2014. Según
confesaron algunos investigados, los sobornos pagados para obtener las
concesiones fueron destinados a financiar partidos políticos y a
engrosar fortunas personales de los involucrados.
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El
mayor caso de corrupción en la historia del gigante sudamericano motivó
numerosas causas y la apertura de investigaciones a 13 senadores, 22
diputados y dos gobernadores en funciones, sospechosos de haber
participado en la trama de pago de sobornos a cambio de contratos en la
estatal. Entre los acusados de corrupción y lavado de dinero está el
ahora ex tesorero del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT,
izquierda) Joao Vaccari, que está arrestado desde abril.
El
estallido de la crisis de Petrobras expuso a las principales empresas
de infraestructura de Brasil por su actuación en las obras que licitaba
la petrolera, principal inversora del país. Sus problemas arrastran, a
su vez, a cientos de proveedores de menor escala.
La
nueva fase de la investigación, denominada Operación Lava Jato
('lavadero de autos'), reveló una gigantesca red de sobornos ligados a
la política que le costó más de 2.000 millones de dólares a Petrobras y
tiene en jaque a todo el sector político y que incluso podría hacer caer
al gobierno de Dilma Rousseff.