Jesús Moreno/Tomado de BBC Mundo
En las América Latina y el Caribe se bebe 2,2 litros más por persona que el promedio mundial.
Una
cultura de consumo de alcohol se ha instalado en Latinoamérica y
amenaza con convertirse en un auténtico problema de salud pública en la
región.
Ese
es el contundente resumen de la situación que le hace a BBC Mundo
Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol
de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Su
traducción numérica es que, en las América Latina y el Caribe, las
personas consumen una media de 8,4 litros de alcohol puro por año, lo
que supone 2,2 litros más que el promedio mundial, según el primer
informe sobre alcohol especializado en la región que ha elaborado su
organismo.
El desarrollo económico de la región está haciendo que aumente el consumo de alcohol, según la OMS.
Sólo en Europa se bebe más, algo motivado, sobre todo, por el gran consumo en los países del Este del continente.
Los países que más beben
Según los datos de la OMS, los países que más beben en la región son los siguientes:
Chile: es el que más, con un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol puro.
Argentina: 9,3 litros per cápita.
Venezuela: 8,9 litros de alcohol per cápita.
Después de los tres primeros, se encuentran los siguientes:
Paraguay
(8,8 litros), Brasil (8,7), Perú (8,1), Panamá (8), Uruguay (7,6),
Ecuador (7,2), México (7,2), República Dominicana (6,9), Colombia (6,2),
Bolivia (5,9), Costa Rica (5,4), Cuba (5,2), Nicaragua (5), Honduras
(4), Guatemala (3,8) y El Salvador (3,2).
Razones del aumento
Pero, ¿a qué se debe este cambio de tendencia en el consumo de alcohol en la región?
"Algo
está cambiando en Latinoamérica", dice Monteiro. "Nunca hubo una fuerte
cultura de consumo en la región, pero el desarrollo económico y nuevos
valores importados de la globalización está haciendo que el consumo
excesivo y abrupto sea una tendencia", sostiene.
Además, menciona factores como el crecimiento de la industria de productos alcohólicos.
"El
alcohol llega a todas partes, se han mejorado las cadenas de
distribución, hay más establecimientos y oferta y tampoco es desdeñable
la presión que la industria sabe ejercer sobre los gobiernos para que
los precios del alcohol estén bajos y no haya regulaciones".
Dentro
de la industria, la cerveza es la bebida alcohólica más popular, al
representar el 55% del total del alcohol consumido. Después licores
(como vodka o whisky) con más de un 30% y casi un 12% el vino.
Los datos que deja el informe dan forma a su reflexión, dejando una radiografía "preocupante", utilizando sus palabras.
300.000 muertes en un año
La primera consecuencia clara se mide en vidas humanas. La cerveza es la bebida alcohólica más consumida por los latinoamericanos.
El
consumo de alcohol contribuyó a la muerte de alrededor de 300.000
personas en 2012, según sus cifras. Y más de 80.000 no habrían fallecido
si el efecto de las bebidas alcohólicas no hubiera estado presente en
sus vidas.
Según
la OMS, el consumo de alcohol contribuye con más de 200 enfermedades y
lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer.
También hace que las personas sean más susceptibles y menos adherentes
al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y la
tuberculosis, y es, además, el principal factor de riesgo de muerte en
adolescentes.
Y en las Américas, además, la situación empeora año a año, a la luz de las cifras.
Los
bebedores masculinos que se dejan llevar por consumos episódicos
fuertes (cuatro o cinco bebidas en al menos una ocasión en 30 días)
pasaron de ser apenas un 18% a casi el 30% entre 2005 y 2010.
Y en las mujeres el incremento no es menos preocupante: el porcentaje pasó de un 4,6% al 13%.
El impacto sobre la salud del consumo de alcohol es muy grave en todos los países.
En
la región, uno de cada cinco bebedores (22%) practica episodios de
consumo alcohólico excesivo, un porcentaje superior al promedio global,
situado en un 16%.
Un
último dato ofrece también una pista sobre un problema de alcoholismo
agudo en las América Latina y el Caribe: sólo un 10% de los bebedores
ingiere, en promedio, más del 40% del total de alcohol consumido en la
región.
"Este dato es muy relevante", opina Monteiro.
"No
hay hábito de tomar una cantidad moderada por gusto o por salud, como
por ejemplo en el vino: el consumo se concentra en grandes dosis.
Especialmente en los jóvenes, que lo ven como una especie de rito con
prestigio social".
En 2010, alrededor de 14.000 jóvenes de menos de 19 años murieron en la región por motivos atribuidos al alcohol.
Consecuencias sociales
Esta primera radiografía ha generado gran preocupación en el organismo internacional.
Y es que las consecuencias van más allá de la propia salud del consumidor de alcohol.
"La
región de las América Latina y el Caribe (…) ha pagado un alto costo en
salud, recursos financieros y productividad", asevera también Anselm
Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y
Salud Mental de la OMS.
La OMS recomienda a los gobiernos medidas como subir los precios del alcohol y restringir horarios de venta.
Monteiro
lo explica: "El alcohol no afecta sólo a quien bebe. Aumentan los
episodios de violencia, también los accidentes de tráfico, baja la
productividad del país por culpa no sólo de ausencias al trabajo sino
por lo que se conoce como 'depresentismo', es decir, personas que acuden
a su puesto de trabajo sin fuerzas".
En
ese sentido, explica que en un estudio realizado en los Estados Unidos
en 2006, se estimó que el consumo nocivo de alcohol le costó al país
cerca de US$224.000 millones (un promedio de US$750 por habitante); de
ese total, un 72% se atribuyó a la pérdida de productividad en el lugar
de trabajo.
Pero, una vez que se conoce la magnitud del problema, ¿cuáles serían las soluciones que podrían aplicarse?
Los accidentes por consumir bebidas etílicas son otra problemática añadida.
"Hay muchas cosas que pueden hacer los gobiernos", dice Monteiro a BBC Mundo después de suspirar.
Y
lanza como una ametralladora una batería de medidas: subir los
impuestos al alcohol para encarecerlo, limitar horarios y días de venta
en los establecimientos, subir la edad legal mínima para consumir,
reducir o prohibir su publicidad (70% de países no tienen reglamento
sobre ello), etc.
También
hace hincapié en las leyes de tráfico. Y es que solo cinco países de la
reción (Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay) han fijado el
límite legal recomendado de menos de 0,04 g/dl para la concentración de
alcohol en la sangre.
Y, por último, menciona la educación. "Hay que acabar con el prestigio social de beber alcohol", dice. Compartir Acerca de co