Orlando Gil/Tomado de Listin Diario
LAS
EXPERIENCIAS.- El PRD, ahora PRM, sabe cómo se derrota la reelección,
pues el PRD logró desplazar del poder al reeleccionista por antonomasia,
a Joaquín Balaguer, en las elecciones de 1978.
Igualmente, el PRD,
ahora PRM, sabe que la reelección por la reelección no tiene triunfo
asegurado, pues vivió el fracaso de Hipólito Mejía en el 2004, cuando
intentó un nuevo mandato y el electorado le dijo que no. Entonces, si el
PRD, ahora PRM, conoce la reelección al revés y al derecho, no tiene
por qué pedir adelanto de campaña, ni querer que la Junta Central
Electoral sea más papita que el Papa, y mucho menos aplicar la línea
Boudreau al candidato presidente Danilo Medina, si se espera que no
batee un rodado, o un simple hit, sino que la saque del parque. Que de
un jonrón, y en su caso sería con las bases llenas: con muchos
senadores, diputados y alcaldes. Lo que propone Eddy Olivares, titular
de la JCE, fue usado contra Álvaro Uribe en Colombia, y Uribe se
reeligió con tanto apoyo que todavía sigue siendo un referente, o una
molestia, en la política de su país. Los recursos económicos son
importantes, en política y en campaña, y sí públicos, mejor, pues
permiten hasta dispendio…
LOS
DINEROS.- Sin embargo, y es lo que conviene decir, ninguna reelección
es invencible por mucho dinero que tenga a su favor. El fracaso de Mejía
no fue por falta de recursos, y se sabe que estos fueron tan abundantes
que la primera víctima fue la Constitución de 1994, que al igual que la
del 2010, prohibía la reelección consecutiva. La que procura Danilo
Medina transita por el mismo camino, solo que las encuestas adelantan
triunfo, y Mejía, en su caso, nunca tuvo números favorables. Entonces,
ponerse a denunciar el uso de fondos públicos en la campaña, no
aprovecha. No es que sea una práctica necia, sino que los resultados
citados demuestran que no surte el efecto esperado. Conviene ser más
creativo, diseñar una campaña que llegue al electorado, de manera que la
oferta de oposición sea más atractiva y efectiva que la oficial. Lo del
cambio en el año 1978 funcionó, y nada pudo alterar la decisión del
electorado, a pesar de todos los inventos. Esa batalla la perdió
Balaguer en las urnas, pero también los militares que se impusieron como
árbitros y quisieron pescar en un río que ellos mismos habían revuelto…
DEBUT,
DESPEDIDA.- La pregunta que había que hacerse es por qué Eddy Olivares,
miembro titular de la Junta Central Electoral, planteó ese adelanto de
campaña, pues era previsible que la misma sería como la vieja y conocida
canción “Debut y despedida”. Lo primero es la ley. Habla de no menos de
noventa días, por lo que ampliar esos noventa días sería violar el
estatuto que rige la materia. ¿Puede un organismo como la JCE, que
aplica en sus decisiones y procedimientos los rigores de la ley,
desconocerla, incluso sin tener razones y motivos propios? Los partidos,
todos, le están pidiendo ahora que deje de lado el mandato de la
Constitución que la obliga a distribuir los diputados de manera
diferente, y sin embargo, se niega y prefiere acogerse al designio de un
tribunal. ¿Por qué decir que no a toda la comunidad política y crear
una situación que solo favorece a una parte? Todavía el pleno no conoce
la sugerencia, la cual deberá poner en agenda, pero las respuestas que
adelantan los propios partidos no dejan dudas del resultado final. Como
en otras ocasiones, Olivares será “víctima” del efecto mayoría…
LA
MISMA VARA.- Hatuey Decamps, en una rara aparición (carta a este
periódico), recuerda al presidente Danilo Medina los plazos de ley, y
Decamps habla a nombre de un partido que forma parte de la oposición.
Entonces, habría que preguntar: Si los plazos de la ley deben aplicarse
al presidente candidato, de manera que aguante su inicio de campaña,
¿sobre qué base podría la Junta Central Electoral desconocer esos mismos
plazos? La ley debe ser igual para todos, aunque no siempre sea tan
igual, o a veces se pase de igual. Además está la costumbre, y si se
quiere, la tradición. El propio Olivares no tenía claro si en un proceso
anterior se hizo lo que ahora propone, y como disidente acucioso iba a
averiguarlo. Los demás afirman lo contrario, aunque alguien me dijo que
una vez la proclama se hizo a finales de enero. Enero no es diciembre, y
diciembre es Navidad, doble sueldo y parranda. El político o candidato
que sale a la calle en diciembre, o le roban la cartera o tiene que dar
canastas, cajas o fundas. Solo el gobierno se atreve, solo el gobierno…