César Medina/Tomado
Que
Luis Abinader no esté punteando mejor en las encuestas es preocupante
faltando sólo seis meses para los comicios de mayo y sin nadie que le
dispute seriamente el escenario opositor, un polo contestatario que ha
tenido siempre asegurado por los menos el 40 por ciento del electorado.
La
preocupación debería ser también del gobierno y del PLD, contrario a la
algarabía que suscita en su seno el fracaso de la candidatura del PRM…
Porque las condiciones empiezan a proyectar una posibilidad ominosa para
los intereses oficialistas: la clásica aventura electoral cada vez con
mayor presencia en la región.
Si
Guillermo Moreno y Minou Tavárez se despojaran de sus egos inflados
para sentarse con humildad a discutir la posibilidad de una alianza
nueva y refrescante, pudieran entusiasmar a una parte importante del
electorado nacional y dar la gran sorpresa el 15 de mayo.
La
figura de Moreno encandila el voto opositor y hasta a sectores y grupos
sociales que se sienten neutralizados por el fracaso de la candidatura
de Abinader --que no pasa de entre un 20 y un 25 por ciento--, mientras
crece la franja del “no sabe no contesta” que al final se inclina casi
en su totalidad por una opción opositora.
El
empuje que necesita Moreno para dar batalla en la próxima contienda se
lo puede dar Minou, que en realidad no tiene gran significación en
términos partidarios pero aporta la frescura de la impolución moral que
lleva en el ADN y la deuda histórica que tiene esta sociedad con su
padre Manolo y con su madre Minerva…
…Franja inadvertida
Lo difícil sería poner de acuerdo a Moreno y a Minou para que presenten
una fórmula electoral de entrada atractiva que signifique una opción
diferente y provoque esperanzas en dos grupos sociales mayoritarios: las
mujeres y los jóvenes de entre 18 y 35 años.
Captaría
de inmediato la franja de indecisos que excede el 10 por ciento
cuantificado de la población electoral, y crecería exponencialmente en
cuestión de semanas para desplazar a Abinader del liderazgo opositor que
ha mantenido estancado por meses.
Debería
ser esa la preocupación de la candidatura oficialista distraída de
forma absurda por un candidato que no pega ni con cola y dejándose
provocar por declaraciones altisonantes que buscan garantizar
bipolaridad en un escenario que está de un solo lado.
Si
los estrategas del danilismo fueran un poco más detallistas, notaran un
fenómeno extraño que no debería pasar inadvertido: Danilo baja, pero
Abinader no sube… ¿Habrán calculado hacia dónde rueda esa franja amplia
del electorado…?
Abinader no… ¿Y Moreno?
El presidente Danilo Medina dijo una verdad incontrastable: nadie gana
las elecciones con el 20 por ciento de los votos… Se refirió,
obviamente, a las mediciones que tiene a mano para descartar las
posibilidades de Abinader.
Está
claro que Abinader no despierta el entusiasmo necesario para remontar
la diferencia porcentual que lo separa de Danilo… Si no ha crecido casi
nada en casi un año que lleva siendo candidato, ¿va a crecer ahora…?
Ninguna proyección seria plantea semejante posibilidad.
Pero
el peledeísmo no es invencible, y en este momento está francamente
abierta la alternativa de una tercera opción que encante al electorado…
¡Aunque sea una aventura!
A fin de cuentas las aventuras son encantadoras, en especial cuando uno está bien acompañado…