Por: Gabriela Esquivada
¿Y si en lugar de tratar las enfermedades se atrasara el envejecimiento que las provoca?
Crédito: Shutterstock/Tomado de Infobae.com
Una
medicación económica y segura que se usa para la diabetes tipo 2 puede
ser la clave para demorar el envejecimiento y las enfermedades propias
de la edad que causan la muerte. Un estudio investiga si las personas
podrían vivir con salud más allá de los 100 años.
Con este año 2016, en el invierno boreal comenzará también un ensayo clínico muy particular. Se estudiará en seres humanos una sustancia que se conoce hace unos cinco siglos, y que desde 1957 se utiliza, en una versión sintetizada, para tratar la diabetes de tipo 2.
¿Por qué se estudia la droga metformina luego de tanto tiempo de utilizarla con éxito en una enfermedad?
Porque
se cree que puede tener otra aplicación: extender la vida al demorar la
aparición de las enfermedades que se presentan con el envejecimiento. Un estudio investiga si las personas podrían vivir con salud más allá de los 100 años.
Aunque
la prensa internacional anunció este estudio de la metformina como la
nueva droga antiedad que podría extender la vida hasta los 120 años, en
realidad "eso es falso", según la página web de la Federación
Estadounidense para la Investigación del Envejecimiento (AFAR por sus
siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que patrocina
este estudio cuyo costo podría llegar a los 65 millones de dólares. "El
objetivo es sumar salud a nuestros años. 'Apuntar contra el
envejecimiento con metformina' (TAME, Targeting Aging with Metformin),
es un ensayo clínico novedoso que comprobará si esta droga puede demorar
la aparición de condiciones vinculadas a la edad como el cáncer, la
enfermedad cardiovascular y el mal de Alzheimer".
La
hipótesis central del experimento supone que demorar el envejecimiento
es una manera efectiva (por ahora, la única sobre la cual se especula)
de postergar las enfermedades relacionadas con la edad y en consecuencia
reducir la morbilidad debida a ellas. Shutterstock
Se
especula que con el uso de la metformina las personas de 70 años
podrían presentar un cuadro de salud más parecido al de las personas de
50 años. Y el enfoque de los médicos de adultos mayores no se centraría
en combatir enfermedades diversas como el cáncer, la diabetes, los
problemas del corazón o la demencia, sino en el mecanismo que subyace a
todas.
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Cómo actúa la droga antiedad
La
doctora Jill Crandall, especialista en endocrinología y profesora del
Departamento de Medicina de la Escuela de Medicina Albert Einstein,
miembro del comité ejecutivo del proyecto de investigación, explicó a
Infobae: "Lo revolucionario de nuestro enfoque no es tanto la droga que
hemos elegido sino nuestra hipótesis: que al apuntar a la biología del
envejecimiento, potencialmente podemos prevenir o demorar al mismo
tiempo muchas enfermedades relacionadas con la edad".
—¿Por qué la metformina?
—Es
la primera droga que probamos de esta manera porque es conocida, segura
y económica. Además, muchos estudios de laboratorio y en animales
(entre ellos lombrices, insectos y roedores) han generado prueba de que
la metformina puede interferir con los mecanismos básicos del
envejecimiento. Nuestra esperanza es que este estudio abrirá el camino
al desarrollo en el futuro de drogas nuevas y más poderosas.
La
metformina ayuda a aumentar el flujo de oxígeno en el nivel celular,
por lo cual demora las divisiones de las células. Esa renovación celular
es necesaria para que el cuerpo humano funcione correctamente: miles de
millones de divisiones de células suceden para que la vida humana sea
posible, pero también la limitan ya que con el tiempo las divisiones
presentan problemas o daños que las células no pueden reparar, y causan
enfermedades, decadencia o cambios.
Cuantas
más divisiones celulares suceden, más posibilidades hay de que se
produzca un error en el proceso: en el caso del cáncer, esas mutaciones
se replican; en el caso del Alzheimer, las neuronas no pueden eliminar
las placas de fragmentos de proteínas que se acumulan e impiden las
sinapsis. Al aumentar la cantidad de moléculas de oxígeno que se liberan
en las células, la metformina parece mejorar su fortaleza y contribuir a
extender su vida sana.
—¿Cómo funciona esta droga en la división de células, que es necesaria pero da lugar a errores que causan daño?
—Se
ha visto que la metformina afecta muchas vías importantes entre las
células —dijo la doctora Crandall— porque actúa con moléculas como la
AMPK [proteína quinasa activada por el monofosfato de adenosina: una
enzima que interviene en la autorregulación de la energía en las
células] y el mTOR [objetivo de rapamicina en células de mamífero, una
proteína que participa de la regulación del crecimiento y la muerte
celulares], con el resultado de menos inflamación y un menor estrés
oxidativo [un desequilibrio en las células debido a un aumento en los
radicales libres o una disminución en los antioxidantes]. La metformina
es un ejemplo de droga que afecta muchas vías moleculares. La biología
de la acción de la metformina es bastante compleja, y todavía se la está
descubriendo.
El camino al nuevo estudio
Distintas
observaciones avalaron el ensayo clínico que aprobó la Agencia de
Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, Food and Drug
Administration), y que se propone estudiar durante seis años el efecto
de la metformina en 3.000 personas de entre 70 y 80 años que tienen, o
corren el riesgo de tener, cáncer, enfermedades coronarias o demencia.
Un
grupo de investigadores liderados por el doctor Gordon Lithgow,
director del Consorcio de Investigación Interdisciplinaria sobre
Gerontología del Instituto Buck para la Investigación del
Envejecimiento, probó la droga en la lombriz microscópica Caenorhabditis
elegans, y verificó que se demoraban tanto la decadencia celular (que
daba lugar a las enfermedades) como el envejecimiento.
En
la Universidad de Cardiff (Gales) se observó de modo colateral (en un
experimento dedicado a otra cosa) que los pacientes con diabetes que
recibían metformina vivían más que otros pacientes no diabéticos, aunque
la diabetes de tipo 2 resta un promedio de ocho años de vida. Un
estudio sobre la proyección de la diabetes en el Reino Unido encontró
que los pacientes que recibían metformina tenían un riesgo menor de
enfermedades cardiovasculares que los que trataban su diabetes con otras
medicaciones. Varios análisis epidemiológicos asociaron el uso de la
metformina con una disminución del riesgo de cáncer y con una baja en la
tasa de mortalidad por cáncer, a punto tal que en la página web de los
ensayos clínicos que se realizan en los Estados Unidos
(clinicaltrials.gov) hay más de 100 proyectos que investigan la
metformina por sus efectos positivos contra el cáncer.
Por
último, el médico Nir Barzilai, director del Instituto para la
Investigación del Envejecimiento (IAR, Institute for Aging Research), de
la Escuela de Medicina Albert Einstein, comparó la información de
78.000 pacientes diabéticos tratados con metformina durante cinco años
con la de 78.000 individuos sin diabetes, y la de 12.000 pacientes
diabéticos tratados con sulfonilureas durante el mismo tiempo con la de
12.000 individuos sin diabetes. Encontró que los diabéticos que recibían
sulfonilureas tenían una tasa de mortalidad 40% mayor que la de su
grupo de control, mientras que los diabéticos que recibían metformina
tenían una tasa de mortalidad similar a la de su grupo de control, e
inclusive un 15% menor en aquellos entre 70 y 80 años.
—Vivir
más tiempo parece indisociable de vivir con más salud. ¿Por qué creen
que la metformina puede detener enfermedades como el mal de Alzheimer,
el cáncer o los problemas coronarios? —preguntó Infobae a la doctora
Crandall.
—Más
allá de las pruebas recogidas en animales de laboratorios, existen
otras pruebas, de varios estudios en humanos, según las cuales el
tratamiento con metformina puede reducir el riesgo de ataques cardíacos,
cáncer y mal de Alzheimer. Dado que el envejecimiento es en sí un
factor grave para todas estas enfermedades, una droga (como la
metformina) que apunte al envejecimiento tiene el potencial de prevenir o
demorar a todas ellas.
—Si
el envejecimiento se puede demorar o detener, ¿quiere decir que no es
una parte inevitable de la vida? ¿Cómo se interpreta esa idea desde el
conocimiento genético?
—Es
verdad, el envejecimiento es inevitable. ¡No estamos buscando la fuente
de la juventud! Nuestro objetivo consiste en descubrir tratamientos que
puedan retrasar el proceso del envejecimiento y demorar el desarrollo
de las enfermedades relacionadas con la edad, de modo tal de incrementar
el período saludable: el tiempo que se pasa con buena salud, con buena
calidad de vida.
Ni pseudociencia antiedad, ni gran negocio
En
contacto con Infobae, el doctor Barzilai facilitó materiales sobre su
historia como médico y sobre el proyecto TAME, del cual es el
investigador principal, como el doctor Jay Olshansky, profesor de Salud
Pública e investigador del Centro sobre Envejecimiento de la Universidad
de Chicago en Illinois. Entre los integrantes del comité ejecutivo de
TAME se cuentan también el doctor Lithgow, la doctora Crandall, la
oficial médica Tamara Harris del Laboratorio Científico sobre
Epidemiología y Población del Instituto Nacional sobre Envejecimiento de
los Estados Unidos.
Una
de las cosas que se destacaban en los textos de Barzilai —un médico que
cumplió servicio en el ejército de Israel y hace décadas trabaja en la
investigación de lo que el tiempo hace en el cuerpo humano— es que para
él resultaba muy natural hablar de una droga antiedad al ensayar ante
sus colegas de TAME la presentación que haría ante la FDA, mientras que
el concepto erizaba a los demás investigadores.
Para
ellos, hablar de factores antienvejecimiento evocaba menos la ciencia
médica que los suplementos dietarios o los cosméticos, detrás de los
cuales suele haber menos conocimiento que engaño, charlatanería y
marketing. "Sabemos que a la FDA le preocupa eso", comprendió Barzilai, y
se deshizo de la expresión polémica.
Para
todos la importancia de la aprobación del estudio era un parteaguas: si
la FDA concebía el envejecimiento como una condición, la metformina
sería sólo la primera de muchas —y potencialmente mejores— medicinas
para tratarla. En tanto la FDA no considerase el envejecimiento como un
problema a tratar, ningún laboratorio investigaría drogas que no
resultarían comercializables: para que los seguros las cubran es
necesario que estén indicadas contra algo que la FDA defina como una
condición. Un dato interesante desde esta
perspectiva es que la metformina, una de las drogas más utilizadas en la
diabetes de tipo 2, es muy económica (tiene un costo de entre 10 y 35
centavos de dólar por píldora diaria, según la concentración y la forma
de absorción)
Un
dato interesante desde esta perspectiva es que la metformina, una de
las drogas más utilizadas en la diabetes de tipo 2, es muy económica
(tiene un costo de entre 10 y 35 centavos de dólar por píldora diaria,
según la concentración y la forma de absorción) y ya es genérica.
Barzilai destacó el punto porque no sólo ninguno de los investigadores
que participan en el estudio obtendrá un beneficio económico de su
éxito, sino porque si se verifica la hipótesis, no sólo se podría lograr
que los individuos vivan más al postergar las enfermedades que
acompañan al envejecimiento, sino que el sistema de salud ahorraría
mucho en tratamientos costosos a cambio de un desembolso mínimo.
Y
un problema igualmente interesante es que la FDA funciona según el
modelo de una enfermedad-una droga. ¿Cómo tomaría la propuesta de un
ensayo clínico sobre una medicación para una condición pero muchas
enfermedades asociadas?
Un
capítulo de la serie Breaktrhough (Descubrimiento) del canal National
Geographic, "The Age of Aging" ("La era del envejecimiento") se dedicó a
las bambalinas de la presentación de TAME ante la FDA: se mostraron las
reuniones de los investigadores en las oficinas de AFAR, sus
discusiones, y luego su encuentro con un oficial de la FDA para
presentar el valor potencial del estudio.
Cuando
Barzilai entró a la reunión con los representantes de la FDA, bromeó
que había demasiada gente joven para hablarles sobre los asuntos de la
longevidad. Pero —escribió Stephen S. Hall en la publicación científica
Science— el encuentro duró media hora más de lo que se había acordado,
debido al interés de los funcionarios, y terminó con luz verde para
TAME. La agencia reconoció ante AFAR "el valor potencial de una droga
que podría mejorar la calidad de vida y la tasa de supervivencia", según
Hall.
Infobae
preguntó a la doctora Crandall por la articulación metodológica de un
estudio tan diversificado en la geografía, porque aunque la sede son los
Estados Unidos colaboran científicos europeos:
—¿Cómo funcionará el TAME, con tantos expertos involucrados en la investigación, y cuánto durará?
—Como cualquier ensayo que se desarrolla en lugares distantes, tendrá
un protocolo de estudio común, desarrollado con gran cuidado por los
investigadores, que se aplicará en cada sitio de acuerdo con reglas y
pautas estrictas para asegurar la coherencia en todos los lugares. El
equipo de investigación de TAME tiene muchos años de experiencia en este
tipo de ensayos y está bien preparado para llevarlo a cabo. La
propuesta de este estudio es que dure aproximadamente seis años.