César Medina/Tomado de Listin Diario
Desde
que se perfiló la reelección de Danilo Medina en la primavera del año
pasado --después que lo endiosó la campaña rabiosa contra Leonel por
grupos beligerantes de la sociedad civil--, la oposición se percató que
no tenía forma de abrirse espacio por vía legítima.
Percibió,
sin embargo, que la población se mostraba sensible al sensacionalismo
de la denuncia alegre y superficial sobre niveles estrambóticos de
corrupción administrativa que excedía cualquier imaginación, y a partir
de ahí el resto fue agregar ceros a la derecha.
Lo
que más daño hizo fue la cuña del mismo palo: gente aposentada en la
estructura judicial del Estado operó como caja de resonancia para
proyectarse como flor de fango pensando que ahí hallaría fertilidad a
sus aspiraciones políticas… Ahora se paga el error.
Bastaría
echar un vistazo a los “análisis objetivos de la prensa imparcial” del
fin de semana para apreciar la magnitud del daño que se le causó no sólo
al Partido de la Liberación sino al presidente Danilo Medina y
fundamentalmente al sistema democrático que le sirve de sustento.
Los
argumentos que buscan escandalizar a la opinión pública con ruidos
altisonantes que se incrementarán en lo que resta de la campaña
electoral, han sido servidos en bandeja de plata por figuras del
peledeísmo que tratan ahora de enmendar un daño irreparable…
… Parecía inocente
Empezó en los inicios del gobierno de Danilo en agosto de 2012. Lo que
parecían denuncias legítimas contra “el exceso brutal” del gasto público
en la campaña electoral para hacer posible el triunfo de Danilo --que
cifró un “déficit fiscal” en 150 mil millones de pesos--, ha terminado
revertida contra el PLD y sus dirigentes más encumbrados.
La diferencia es que ahora no es Leonel el sumun de la corrupción sino Danilo.
Algunos
de quienes propiciaron aquella campaña contra Leonel llegan al descaro
de ensalzar al expresidente y ponderar “su extraordinario valor” al no
sumarse al reeleccionismo “desafiando la estructura del poder que busca
aniquilar sus posibilidades futuras”.
Pero
sólo engañan a los incautos de siempre, entre ellos dirigentes
peledeístas que aquella vez no alcanzaron a dimensionar los propósitos
reales y se sumaron a su juego para darse hoy golpes en el pecho,
incluyendo a gente de la cercanía de Danilo o que aún sigue en la
estructura judicial.
Esas
son las primeras víctimas del acoso, acusados ahora de farsantes,
mentirosos, cretinos, politiqueros… epítetos bien merecidos y advertidos
hace tres años por el autor de esta columna.
La cara de Peralta
Lo que dijo Peralta en un programa televisivo dominical debió haberlo
dicho hace tiempo, sólo que ni él ni nadie en Palacio percibieron la
magnitud del daño que se estaba causando --que no al PLD ni a Leonel ni
al gobierno, repito--, sino al sistema democrático y al actual esquema
de partidos.
Porque
a fin de cuentas la verdadera víctima de esta campaña es ella --la
democracia--, que se llevará de encuentro a Danilo, a Leonel, al PLD, al
PRD, al PRSC, y es muy probable que para las elecciones de 2020 sean
otros los grupos hegemónicos y otros los líderes en escena.
Algunos
cacos de maco no alcanzan a entender que es esa la única razón por la
que no existe un bloque opositor capaz de derrotar al PLD. Tienen claro
que Abinader “es más de lo mismo…”.