miércoles, 20 de enero de 2016

FUERA DE CÁMARA... ¿Un candidato emergente? Cuando una candidatura presidencial no pega, no pega ni con Coquí

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César Medina/Tomado de Listin Diario
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Si la tozudez de los políticos es libre, mucho más lo es su miopía para proyectar el futuro más allá de sus propias narices. No hay mejor ejemplo que el caso de Luis Abinader que tiró tanto el cántaro al pozo que le abrió un hoyo, como dice el viejo refrán...


...No fue capaz de comprender las circunstancias que moldearon su candidatura para asumirla como proyecto de futuro --“sembrar un voto duro”, le llamó alguna vez Vincho Castillo--, y en cambio se abrió un frente que devino cuña del mismo palo que lo descalifica mientras le disputa con soberbia y arrogancia el espacio opositor.

Ahora se demuestra que Abinader “no da el ancho” -- como dicen los españoles--, y corre el riesgo de hacer un papel ridículo el 15 de mayo, mientras avanza la opción de Guillermo Moreno, que empieza a aglutinar sectores de la juventud, contestaría que buscan aire fresco procurando mejor futuro.

Las encuestas que empiezan a conocerse dejan mal parada la candidatura de Abinader mientras proyectan el crecimiento de Moreno que al parecer terminará con una votación cercana a los dos dígitos que lo catapultaría al liderazgo de un tercer polo electoral con grandes posibilidades en 2020.

Eso podrá sorprender a algunos, no a mí que lo dije hace mucho...
Resulta infantil, además de injusto, pedirle a Moreno que sacrifique esa potencialidad por la candidatura de Abinader que definitivamente no prendió y que él mismo se encargó de aniquilar cuando suscribió una alianza suicida con el Partido Reformista que terminó de tapiar su fosa electoral.

... Cuando no pega Cuando una candidatura presidencial no pega, no pega ni con Coquí... ¿No fue eso lo que le pasó a Danilo Medina en el proceso electoral del 2000? Ese ejemplo fue exactamente el que no acopió Abinader para iniciar un proceso de crecimiento.

No entendió que los procesos políticos no maduran con carburo ni con inmediatismos poco inteligentes; obvió que tenía que construir una figura presidenciable mirando el futuro más que el presente; no valoró la coyuntura actual que favorece circunstancialmente a Danilo, y menos entendió que la recomposición electoral empieza a ser forzada por los sectores emergentes.

Su entrega puramente electoralista al Partido Reformista --cediéndole, de paso, media boleta electoral--, es el argumento perfecto de Moreno y Minou Tavárez para renegar de un “bloque opositor” que ahora propone Abinader sin hallar eco en los grupos emergentes ni en las fuerzas sociales contestatarias.

Esa negativa se justifica en la coherencia de Moreno denunciando los grupos gobernantes del último medio siglo empezando por PRSC, el PRD y el propio PLD. ¿Cómo aliarse ahora con uno de ellos tres?

Chin a chin, pero crece... Resulta riesgoso para el partidismo tradicional seguir subestimando a Guillermo Moreno... Los últimos meses he insistido en que su discurso está encontrando eco en sectores mayoritarios independientemente de que pueda levantar desconfianza en los grupos gobernantes que están por igual bajo serios cuestionamientos.

Los segmentos poblacionales que empiezan a definir su propio futuro son mayoritarios, y el mensaje de Moreno les está llegando bastante claro: el partidismo tradicional no tiene respuestas a ninguno de sus reclamos, y las alternativas de cambio no las ofrece Abinader por mucho que las reclame.

¿Cuál cambio...? ¿Aliado al Partido Reformista? ¡Dale ya!, dirían los españoles.