Orlando Gil
HALLARSE
CONFESADO.- Empezaron a publicarse encuestas, y lo mejor sería que los
candidatos se hayan confesado. Salió una colombiana, y otra
norteamericana, y parece que antes de que termine enero se conocerá una
patrocinada igualmente por un medio.
Y aunque posiblemente no se dé a la
luz una que actualmente está en proceso, en febrero podría producirse
uno de esos fenómenos en que los números se sorprenden entre sí. Lo
prudente es dejar que corran y observar la pista y no los caballos, pues
resulta engañosa la magia de algunos jinetes. No obstante, la
estrategia se devela por sí misma. El gobierno era hasta ahora el rey de
las encuestas, y la verdad que fue uno de sus hobbies preferidos. Cada
vez que se decía que perdía terreno, una medición desmentía. Los sastres
fueron prestos y oportunos, y los trajes ajustados al cuerpo. Entonces
era justo darle de su propia medicina, y sin lugar a dudas que tuvo que
tomársela en noviembre, aunque ya en diciembre se sintió recuperado, y
confía en que superada la prueba interna, ninguno de sus competidores
podrá alcanzarlo. ¿Fue percepción o impresión? ¿Puede una impresión
quitar y ponerse en el lugar de una percepción? Nunca una respuesta fue
tan crucial en el tramo final de una campaña…
LOS
ALMUERZOS.- Las encuestas seguirán siendo fascinantes, al margen del
candidato que favorezcan, y mucho más si todos se dejan llevar por la
corriente. Sin embargo, otros eventos tendrán igual importancia. Los
almuerzos, por ejemplo. La Asociación de Industrias ofrecerá el suyo y
los dos equipos compartirán estadio y fanáticos. La Cámara Americana de
Comercio, por su lado, dividirá el escenario, y un día comparecerá el
presidente Danilo Medina y otro Luis Abinader. Campeón y retador, aunque
ese no sea el orden. Ahora, de seguro que surgirá la inquietud de por
qué primero éste y no el otro. Si fuera por apellido, y de acuerdo a las
letras del abecedario, la A de Abinader estará siempre delante de la M
de Medina. Pero sucede que fueron escogidos entre todos los candidatos
atendiendo a sus porcentajes en las encuestas. ¿Cuáles mediciones?
¿Propias o ajenas? El dato tal vez no sea relevante, pero sí
interesante, pues los empresarios se cuidan de las emboscadas y se guían
por sus indicios…
EQUIVALENTE
A DEBATE.- Los almuerzos ante ambas congregaciones de empresarios son
importantes, y aunque la fascinación por las encuestas es permanente,
estos intercambios hacen historia. Y no solo por los candidatos, sino
también por los auditorios. O no solo por los discursos, sino igual por
las preguntas. Entre los registros se cuentan comparecencias memorables.
Como una de Joaquín Balaguer, en la que pudo comprobarse que se había
quedado atrás en cuanto al porcentaje que se recibía entonces como
comisión. Todos rieron y de buenas ganas cuando dijo que el 10%. Los
almuerzos, por demás, se convierten en la práctica en debates
presidenciales, pues los candidatos deben emplearse a fondo y por igual
responder las inquietudes de un público conocer de los asuntos
nacionales. Desde fuera puede apreciarse el sentimiento del sector, pues
no debe olvidarse que los empresarios no son ajenos a las simpatías, y
siempre se comenta que están con este o con el otro, y sin duda que
apuestan a uno o al competidor…
ENTRE
DECIRES.- En los inicios se pensó que Luis Abinader era el preferido de
la embajada norteamericana y del alto empresariado, y de lo primero se
lleva un registro favorable, y de lo segundo se recuerda que es hombre
de negocios. Esto es, uno de los suyos. Igual se comenta que el sector
privado resiente de la administración del PLD, y ese ánimo se
corresponde con una situación que dicen sufrir los capitanes de
industria: la competencia desleal. Los peledeístas que antes eran
profesionales, o simplemente políticos, ahora sacan ventaja de su
posición de poder, y casi arrebatan de las manos a los empresarios
habituales las oportunidades de comercio. Nadie conoce los casos, en
detalles, pero sí los susurros y las murmuraciones. Las palabras de
introducción de los presidentes, sea de la Asociación de Industrias o de
la Cámara Americana, serán reveladoras del clima. Si de distensión o de
confrontación. E incluso no tienen que ser iguales los ambientes.
Aunque, y es lo que vale, se estará atento al lenguaje corporal del
presidente Danilo Medina, en particular. De si se complace o se
disgusta. Tantas cosas que se dicen, o que se han dicho, que será la
hora de la verdad…