viernes, 12 de febrero de 2016

FELIX BETANCES! La política y los heliogábalos.

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Por FELIX BETANCES.
El término heliogábalo, es ampliamente conocido por personas que han tenido la oportunidad de leer durante mucho tiempo, aunque quizás no tanto así, por los más jóvenes; se refiere específicamente a personas dominadas por la gula, que a su vez, es un impulso incontrolado de querer comerse todo lo que haya, sin pensar en que los demás también merecen disfrutar.


La política en nuestro País, nunca ha podido ser exitosa debido a las condiciones en cómo se ha manejado en busca del poder y desde el mismo, y es que los políticos dominicanos aprendieron la mala práctica de procurar llegar a las posiciones incluyendo a la Presidencia de la República, a base de zancadillas, mentiras entre otras diabluras, sin importarles otra cosa que no sea llegar.

En cada período electoral vemos una práctica que se ha hecho una constante y que en un lenguaje un tanto eufemístico, se la ha llamado “transfuguismo”, que no es más que el traslado a altas velocidades de las Estrellas en el Firmamento.

Los políticos en forma olímpica, se van de un Partido a otro como si se tratara de un deporte cualquiera, dejando a la vista de todos que su único interés es llegar a las posiciones para satisfacer sus necesidades pecuniarias, donde no existen criterios personales ni familiares, sin observar ningún principio ético. Es como se dice en el argot popular: “Vendido al mejor postor”.

De qué forma puede creerse ni seguirse a ningún político que con ese comportamiento no se respeta a sí mismo y en el entendido de que quien no se respeta a sí mismo, mucho menos puede respetar a los demás.

Con mucha vergüenza ajena, vemos como los principales Partidos que tercian en el Certamen político actual, se intercambian en una forma comercial, a líderes que no se detienen a pensar ni siquiera en el tiempo que han tenido de militancia ni mucho menos los cargos y méritos que hayan tenido en los mismos; lo que importa es otra cosa.

Y lo peor de todo es que ningún Partido al que se les vayan “esas cosas” llamadas miembros o militantes, puede darse el lujo de decir que se ha limpiado o librado de algo que no le convenía, ya que lo que se produce, no es más que un reciclaje de individuos, que en ese ir y venir, pesan menos que un copo de algodón y esto hay que definirlo como lo reza la enseñanza popular que dice así: “Cuando se cambia un Tocino por otro, hiede uno y hiede el otro”.

¡Qué futuro el nuestro!, donde los principios, están de viaje hacia el Planeta Marte, con solo pasaje de ida!.