¿Realmente pudo Danilo subir en las encuestas?
Por R. Osiris de León
El pasado lunes,
la firma encuestadora Gallup dio a conocer los resultados de su más
reciente muestreo representativo de la intención del voto que la gente
habría de emitir en el proceso electoral de mayo próximo, muestreo que
indica que el candidato presidencial del PLD, Danilo Medina, ha subido a
60.3% y que el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, ha bajado
a 30.6%, es decir, números reversos, (60.3 es el reverso de 30.6),
sorprendiendo a muchos analistas políticos porque en la encuesta Gallup
publicada el 01 de febrero pasado Danilo aparecía con 51.8% y Abinader
aparecía con 35.7%, lo que les llevó a creer, y a decir, que si Danilo
había descendido desde el 80% hasta el 51.8%, y si Abinader había subido
desde un 15% hasta un 35.7%, entonces había una clara tendencia
descendente de Medina y una clara tendencia ascendente de Abinader.
Algunos
de esos analistas llegaron inclusive a extrapolar lo que ellos
denominaban línea recta descendente casi “en picada” de Danilo y línea
recta ascendente indeteniblemente de Abinader, argumentando que antes
del 15 de mayo de 2016 las líneas se encontrarían de forma cruzada;
mientras los más conservadores planteaban que el ascenso de Abinader
seguiría provocando el descenso de Medina, aunque no tanto como para que
Abinader superara a Medina, pero sí lo suficiente para colocar a Medina
muy por debajo del 50% y obligar a una segunda vuelta electoral, y
sobre un escenario de segura segunda vuelta electoral se articuló el
discurso general.
De
ahí que siguiendo lo que esos analistas políticos denominaban tendencia
descendente de Medina y tendencia ascendente de Abinader, era de
esperar que en esta nueva encuesta Medina apareciera con un 46-48% y
Abinader con un 40-42%, lo que hubiese demostrado que sus proyecciones
en base a ecuaciones matemáticas eran totalmente correctas; pero al
producirse todo lo contrario de lo esperado por esos analistas, pues
Danilo ha subido mucho y Abinader ha bajado mucho, entonces se han
producido los obligatorios cuestionamientos a la encuesta, quizás no
porque realmente crean que la encuesta esté manipulada, o contenga
errores, sino porque esos resultados indican que sus cálculos no fueron
válidos, y a nadie le gusta quedar mal en sus cálculos.
Todos
hemos visto que muchos de esos analistas políticos han planteado
públicamente que los números presentados ahora por la Gallup no se
corresponden con la realidad electoral que hoy vive nuestro país, por
considerar que desde el muestreo anterior publicado el 01 de febrero
2016, hasta el muestreo actual publicado el 14 de marzo 2016, no se ha
producido nada importante que haya cambiado lo que ellos llaman la
tendencia descendente de Danilo y la tendencia ascendente de Abinader, y
que por tal razón los resultados de esa encuesta podrían responder a
presiones políticas contra la encuestadora, o a errores de diseño de la
muestra.
Esos
analistas políticos no han considerado que el valor tope de 80% que
ellos utilizaron como referencia para aplicar la ecuación lineal de lo
que ellos denominaban tendencia descendente de la intención del voto
hacia Danilo Medina no se corresponde con la realidad que mostraban las
encuestas, siendo evidente que tomaron el 80% de valoración que la
población da a la gestión del presidente Medina y lo confundieron con la
intención del voto hacia Medina, siendo dos cosas totalmente
diferentes, pues una cosa es que la gente tenga alta valoración de la
gestión de gobierno de Medina, y otra cosa es que esa misma gente vaya a
votar por Medina.
Pero
el detalle más importante pasado por alto por muchos de los analistas
que han cuestionado la fiabilidad de los resultados de la más reciente
encuesta Gallup es la variable tiempo crítico, ya que la encuesta fue
realizada faltando apenas dos meses para el proceso electoral, cuando la
gente que no estaba definida ya comienza a definirse, y todos sabemos
que el pueblo dominicano no tiene cultura perdedora (la gente no va al
play cuando su equipo está perdiendo los juegos), y si bien es cierto
que los partidos tienen un voto duro, que no cambia por nada, también es
cierto que hoy día hay un 40% de la población que no tiene militancia,
ni simpatía política, y una parte importante de esa gente se inclina
finalmente a favor del candidato presidencial que tiene más
posibilidades de ganar; y esa inclinación electoral a favor de quien
luce que va a ganar, fruto de que a mucha gente no le gusta perder, es
la que ha provocado el ascenso de Danilo y el descenso de Abinader.