Por: Kilssy Méndez
No me sorprendió que al encontrarme con una colega periodista que se
desempeña en un medio reconocido de este país y que al enterarse de que
ejercía mí profesión, o más bien intento ejercerla en Barahona, me haya
puesto cara de ¡¿En serio?!
Y es que no es un secreto que en esta provincia los grandes periodistas
y comunicadores después de 10, 20 y hasta más de 30 años desempeñándose
con éxito en esta profesión de forma respetable, sigan siendo tratados
como aprendices o como aquellos chicos eufóricos que acaban de salir de
las aulas de alguna universidad y desean de buena gana ejercer su
profesión.
Se me hace oportuno resaltar que el comunicador social es en esencia y
para desarrollar un concepto propio, el gestor de una sociedad, porque
siendo una voz autorizada que posee cierta representación a nivel
general, se encarga de abogar y de solicitar soluciones ante las
diferentes problemáticas que enfrenta la sociedad. Mientras el
periodista informa para dar a conocer un problema equis, el comunicador
social mira, analiza y aporta para resolver dichos problemas.
A pesar de esto y conociendo la importancia de un comunicador, en
nuestra provincia se trata a este gestor no como un profesional, sino
como aquella persona que realiza un “pasa tiempo” útil y termina siendo
utilizado; es decir, aportan sus conocimientos obteniendo muy pocos y en
muchos casos ningún beneficio, aún cuando el comunicador debe dedicar
más horas al día que muchos trabajadores mejores remunerados
económicamente para hacer eficientemente su trabajo.
Traigo este tema a colación porque me causaron indignación las
declaraciones del director de las Empresas Radiofónicas, Tito J. Vargas,
al que debo mencionar le tengo mucho respeto (independientemente de que
hoy nos encontremos en puntos de vista diferentes) porque es una viva
representación de trabajo arduo y superación en nuestra provincia, de
llamar complot al intento tardío de varios comunicadores que
pertenecieron por años al staff de los diferentes programas interactivos
de Palma FM, de vivir dignamente de lo que saben como cualquier otro
profesional, debido a que esta empresa, que es una de las más
importantes del país como medio de comunicación radial, no les
correspondiera de la misma forma en que estos comunicadores lo hicieron
con ella día tras día y como otros comunicadores lo siguen haciendo.
El Pseudónimo de “La universidad de la información” con que se conoce a
los programas interactivos de esta emisora, se debe a la capacidad y
conocimientos que poseen los profesionales que pertenecen a dichos
espacios y no porque estos sean estudiantes y estén realizando una
pasantía en dicha empresa.
Ya es tiempo de que además de reformular la razón social de dichos
programas y de que sean un espacio realmente interactivo donde la
población pueda hacer sus denuncias y donde la colectividad se pueda
sentir representada, y no un grupo, sirva también de crecimiento para
todos los que ayudan al crecimiento contínuo de esta empresa.