Yanessi Espinal/Tomado de El Caribe
El
presidente Danilo Medina asumirá oficialmente su segundo mandato como
presidente constitucional en dos semanas y en esta ocasión llega a la
Presidencia de la República con un escenario nacional y personal muy
distinto al que le tocó en el 2012.
El jefe de Estado ahora tiene un
liderazgo nacional mucho más fuerte, no solo por su impronta como
presidente, sino por la alta votación de 61.74% que logró en las pasadas
elecciones. A lo anterior hay que añadir la influencia que su figura
tendrá para la recomposición de otros poderes del Estado cuyos
integrantes deben ser elegidos por el Consejo Nacional de la
Magistratura y un Congreso que el PLD controla ampliamente.
Pero
al mismo tiempo, Medina tiene un escenario de oposición más hostil que
en los pasados cuatro años, con partidos y dirigentes que enfilaron
cañones contra su figura desde la misma noche del 15 mayo y con cuyas
acciones deslucieron el histórico triunfo electoral que logró el
gobernante. Lo contrario ocurrió en los tres primeros años de su pasada
gestión, en cuyo periodo solo recibió elogios de todos los sectores
incluidos los partidos de oposición y las críticas fueron a caer en el
expresidente Leonel Fernández. Por tanto, para el próximo periodo la
gobernabilidad debe estar en el centro de los pasos del gobierno.
El
tema más sensible para el presidente Medina será la reforma fiscal o
pacto fiscal que siempre se traduce en descontento de la población por
el impacto directo en la economía de la gente. La reforma fiscal del
2012, no afectó la imagen de Medina porque recayó en la figura de
Fernández por el déficit fiscal que denunció la nueva administración.
En
la actual coyuntura hay varios sectores empresariales que han advertido
que se debe firmar primero el Pacto Eléctrico en lugar del Pacto
Fiscal, pero en la agenda del Gobierno está primero el ajuste fiscal,
según declaraciones del ministro Administrativo de la Presidencia, José
Ramón Peralta, en una entrevista que publicó este diario el primero de
junio de este año.
A
pesar de que la nueva administración deberá identificar nuevas fuentes
para obtener recursos, tiene a su favor el crecimiento y la estabilidad
económica que han caracterizado los gobiernos de los últimos 12 años. Y
de hecho, el pasado jueves el Banco Central anunció el pago total de la
deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno ha
proyectado un crecimiento de la economía superior al 5% al finalizar
este año.
Sin
embargo, los altos niveles de desigualdad social y la permanencia de
problemas como la energía eléctrica, el desempleo y el alto costo de la
vida, ponen presión sobre el próximo gobierno de un partido que ya va
para 16 años administrando el país.
Hay
que añadir la incertidumbre que genera la situación internacional, pues
recientemente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que
hay preocupación de que se pueda generar “un frenazo económico”
motivado por especulación de los mercados. Una advertencia similar lanzó
el expresidente Fernández y presidente del PLD, que mantiene la tesis
de que el manejo del sistema financiero internacional y especulación de
los mercados a futuro podría generar una situación de crisis económica
mundial de consecuencias impredecibles para la humanidad.
Reto de la recomposición de la JCE y altas cortes
Bajo
el liderazgo de Medina, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM)
elegirá a los nuevos jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE),
evaluará a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia y elegirá a
seis jueces del Tribunal Constitucional que cumplen su periodo en los
próximos cuatro años. Ese tema ha sido precisamente el principal foco de
crítica por parte de la oposición política, encabezada por el Partido
Revolucionario Moderno (PRM) y el PRSC. Las exigencias de los partidos
de oposición y la sociedad civil es que los integrantes de los órganos
electorales sean personas apartidistas.
En
los cuatro años transcurridos desde el 2012 hasta la fecha, uno de los
sectores más criticados del país ha sido el judicial, tanto en el nivel
electoral como de justicia ordinaria y sus principales críticos son los
mismos de ahora, el expresidente Hipólito Mejía y Luis Abinader, que
salieron del PRD y ahora encabezan el PRM. A Mejía y Abinader se han
sumado el PRSC y su presidente Federico (Quique) Antún Batlle, que
fueron aliados de Medina por más de tres años. También siguen en el
escenario Guillermo Moreno y entidades de la sociedad civil como
Participación Ciudadana y algunos sectores empresariales, que han sido
críticos de la supuesta parcialidad de la justicia.
A
Medina ya se le ha criticado porque su partido escogió como presidenta
de la Cámara de Diputados a su hermana Lucía (Yomaira), que además será
miembro del Consejo Nacional de la Magistratura. En este periodo el
Senado también elegirá a los nuevos miembros de la JCE, otro órgano que
ha sido objeto de duras críticas. También tendrá que escogerse a los
miembros de la Cámara de Cuentas.
Presión por funcionarios y cargos
Medina
también tiene presión de la opinión pública para que cambie
funcionarios de su gobierno que llevan hasta 12 años en el cargo, pero
esa exigencia es un dilema para el gobernante, pues en su mayoría se
trata de miembros del Comité Político del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) y que apoyaron el proyecto de reforma constitucional
que le permitió reelegirse.
Los
partidos aliados, en especial el Partido Revolucionario Dominicano
(PRD), representa otro nivel de presión para el gobernante, que esperan
posiciones en el gobierno. Pero Medina tiene poco rejuego, pues a pesar
de que el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) ya no es aliado del
PLD, los dirigentes de esa organización que estaban en el Estado
apoyaron a Medina y siguen en sus cargos y ahora sin partido porque
fueron expulsados.
Medina
tiene a su favor que su partido logró disipar la presión interna que se
generó una vez pasadas las elecciones y la solución de los presidentes
de las cámaras legislativas por los próximos cuatro años despejó el
ambiente interno.
Sin
embargo, las aspiraciones presidenciales de muchos dirigentes del PLD
pueden aparecer en cualquier momento, mientras que hay sectores del
partido oficial que tienen el temor de que el gobernante pueda intentar
una nueva reforma constitucional para una nueva repostulación, a pesar
de que Medina ha dicho una y otra vez que jamás volverá aspirar a la
Presidencia.
Aspectos
como el tema de una segunda reforma constitucional para hacer más
rígida la Carta Magna para futuras modificaciones, propuesta por el
expresidente Fernández, y que no han sido tocados por el PLD, generan
inquietudes.
Presión por aumento salarial
Los
médicos le han dado agua de beber al presidente Medina desde que Waldo
Ariel Suero ganó la presidencia del Colegio Médico Dominicano (CMD) que
presionan por un aumento de salarios pero el gobierno lo condiciona a
que cumplan con el horario establecido. Otro sector que espera por un
alza salarial son los profesores de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD) y el problema es mayor porque la academia es uno de los
principales escenarios de protestas en el país.
Reformas políticas y electorales
Aunque
uno de los temas que más se debate en la opinión pública es la
aprobación de la ley de partidos y el Presidente se comprometió a
impulsarla, en realidad es uno de los que menos problemas le genera a la
administración de Medina, pues no es propio del Ejecutivo, sino de los
partidos y el Congreso.
El
presidente Medina se comprometió a buscar el consenso y el apoyo
necesario para impulsar la aprobación de la ley de partidos que lleva
más de 15 años en discusión, pero no ha sido posible un acuerdo entre
los partidos políticos.
La
discusión inició la semana que recién finaliza y continuará el próximo
lunes, pero los partidos de oposición, en especial el PRM y el PRSC, han
condicionado su participación a que la discusión involucre a los
miembros de los órganos electorales que deben ser elegidos a partir del
16 de agosto.
Seguridad, el talón de Aquiles
La
situación de inseguridad ciudadana que vive el país sigue siendo el
“talón de Aquiles” del gobierno de Medina. Recientemente se aprobó la
Ley de Reforma a la Policía, que pone en manos del Gobierno un nuevo
instrumento para diseñar políticas orientadas a enfrentar el principal
problema de los dominicanos, según encuestas. Sin embargo, en el
programa de gobierno de Medina 2016-2020, no se aprecian planes para
enfrentar la inseguridad más allá de lo que se ha implementado y que no
han dado resultados.
Sigue su mismo ritmo de trabajo tras comicios
En
medio de los escarceos de la oposición por supuestas irregularidades en
las pasadas elecciones, el presidente Medina continuó su trabajo
habitual y retomó sus visitas sorpresa de los domingos, el programa
estrella que lo ha posicionado en el gusto de la gente. Igualmente,
Medina inauguró en el proceso de transición La Nueva Barquita, uno de
los proyectos que prometió el gobernante para el periodo que finaliza el
16 de agosto. El gobernante también supervisó el desarrollo de la
primera etapa del proyecto de viviendas Ciudad Juan Bosch que construye
el Gobierno en coordinación con el sector privado. Ya el presidente
Medina y su equipo trabajan en la elaboración de su discurso de toma de
posesión.