jueves, 18 de agosto de 2016

DARIS JAVIER CUEVAS! El crecimiento económico

Economia
Daris Javier Cuevas
Cuando el pensamiento económico se organizó y fue reconocida la economía como ciencia, se dieron las condiciones objetivas que permitieron ponderar la importancia del crecimiento en el afán de dar el salto a las aspiraciones de desarrollo económico a las que aspiraban naciones como gran Bretaña. Por tales razones, la revolución industrial se convirtió en una gran esperanza en la concreción del desarrollo, esto así, porque está como tal supuso cambios significativos en múltiples sectores, cuyos avances se sustentaron en la tecnología como vía de penetración en toda la sociedad, la cual ha sido continua y sostenida hasta hoy en día.


A pesar de eso, la época más contundente del crecimiento económico mundial la encontramos en el período 1950-1973 cuando la economía registró un PIB promedio de 4.91%, lo que superaba de manera significativa al período 1913-1950, donde se alcanzó un anémico PIB promedio de un 1.85%. La diferencia abismal en el crecimiento del PIB en ambos períodos, tiene explicaciones multifactoriales que van desde la liberaciones comerciales, el incremento en el capital físico y humano que abundaban en el mundo, la innovación tecnológica de manera más intensiva, mejores criterios en la aplicación de las políticas económicas y, por supuesto, la recuperación y superación de los desastres derivados de la segunda guerra mundial.

El interés por el crecimiento económico, encuentra un fundamento importante en el hecho de que los países que resultaron con mayor destrucción de su economía, también duplicaron su esfuerzo en su afán por tener mayor rapidez en hacer crecer su PIB, razón por el cual se aprecia que Japón fue el de mayor crecimiento económico por el orden de 9.29%, Alemania 5.68%, Italia 5.64% y, en menor medida, Francia con 5.5%. En adición, está el surgimiento de los organismos de la comunidad financiera internacional como es el caso del FMI, el Banco Mundial, la Comunidad Económica Europea y el GATT, instituciones estas que se convirtieron en garantes para impulsar el crecimiento económico, el cual fue apoyada con la intervención del Estado en la economía como mecanismo de acelerar la reconstrucción de la economía mundial.

Sin lugar a dudas, el afán mostrado por alcanzar adecuadas tasas de crecimiento económico, a partir de 1945, impulsó la calidad de las estadísticas económicas y la contabilidad nacional, situación que permitió tener una mejoría objetiva en los indicadores coyunturales y una mejor efectividad de la aplicación de la teoría económica. Es ese marco que podemos identificar las razones por las cuales surgieron las denominadas súper potencias económicas, encabezada por Japón y Alemania, con grandes incidencias en la economía mundial.

A partir de 1973 en la economía mundial y, hasta la actualidad, se han registrado varias fases recesivas que han cambiado el rumbo y orientación de la economía y el modelo en que se había sustentado el crecimiento económico, explicado fundamentalmente por la concepción de cómo superar la crisis energética de esa época y los cambios de objetivos impulsados en las políticas económicas. Para llevar a cabo esa nueva visión de alcanzar tasas adecuadas de crecimiento económico, se ejecutó toda una estrategia de empequeñecer el papel Estado y otorgarle mayor protagonismo al mercado, por lo que se hizo énfasis en la recuperación y crecimiento económico mundial que se había desplomado, lo que relativamente tuvo éxitos en el corto plazo. 

Un balance objetivo de las tres últimas décadas del siglo XX, conduce a la conclusión de que existen grandes dudas sobre las teorías de las eficiencias de los mercados libres, la cual tiene mayor sustentación en el fracaso de las políticas desreguladoras y de corte monetaristas para favorecer los sistemas financieros, cuyo dinamismo lo que ha venido es a provocar un desastre mundial con la creación de múltiples productos financieros de vocación especulativas y que han desarticulado la capacidad y control de los organismos de regulación financiera en el mundo. La crisis financiera iniciada en USA en el 2007, la crisis bursátil de 1987, la recesión mundial de 1990 y la burbuja financiera del 2001, son pruebas irrefutables de esta afirmación, cuya mayor dimensión fue la pérdida de empleo derivada de la crisis global y la tragedia de empujar 200 millones de personas a la línea de pobreza en el mundo.

La situación de crisis, 2007-2012, ha colocado en una volatilidad riesgosa al sistema financieros mundial y dejado una secuela que se expresa en una enorme desigualdad entre las grandes naciones y los países pobres, ampliando la brecha entre estos, lo que induce a problemas político y económico que requiere soluciones urgentes y creíbles mediante la ejecución de políticas macroeconómicas que auspicie una mayor rapidez del crecimiento económico. Si se asume a este como la capacidad de una economía para incrementar su producción durante un tiempo prolongado, que para lograr un desarrollo adecuado los países han de recurrir a estrategia más viable como son una combinación del crecimiento hacia adentro y hacia afuera, lo cual implica impulsar la industria nacional, priorizando la producción de bienes transables, ya que continúa un ritmo de crecimiento lento del PIB, los países tendrán que redoblar sus esfuerzos para frenar la expansión de la desigualdad socioeconómica prevaleciente, lo que obliga a reorientar las fuentes del crecimiento económico.
El autor es economista