Por Mayobanex De Jesús Laurens…Estilo Bloguero.
Es
loable, impactante, digno de elogios, la unidad que se ha venido
expresando por distintas vías durante muchos años en la provincia de
Barahona en torno al tema de la presa de Monte Grande.
Desde
el 29 de julio de 2010, fecha en la cual el presidente de ese entonces,
Leonel Fernández Reyna, diera el primer picazo en nuestro malecón de
esta ciudad para la construcción de la presa de Monte Grande, se ha
venido expresando una voluntad monolítica para que el proyecto
pluvial-hídrico se haga realidad, gestiones que ahora son impulsadas con
más fuerzas.
Senador,
diputados, alcaldes, directores de juntas distritales, concejos de
regidores y de vocales, autoridades gubernamentales y municipales,
actores de primer orden de la llamada sociedad civil, incluido las
iglesias, directores y rectores universitarios, han mantenido esa unidad
expresada desde antes del 2010 relacionada con la construcción de la
presa de Monte grande.
Si
esa misma unidad monolítica se estuviera dando en lo referente a temas
puntuales de nuestra provincia, muchas obras de infraestructuras se
hubieran logrado durante ese período, sin dejar de reconocer que varias
necesarias se han construido a la fecha.
Hay
obras que necesariamente requieren el concurso de las
alcaldías-ayuntamientos para que se puedan lograr los recursos
necesarios y poder impulsarlas con éxito.
En
lo referente a Barahona, la carretera Barahona-Enriquillo, la avenida
circunvalación, proyectos habitacionales para personas de escasos
recursos y de clase media, el mercado modelo municipal, construcción y
reconstrucción de las aceras, contenes y calles en los barrios y
sectores, infraestructuras para el despegue turístico, puerto turístico,
comercial e industrial, encachamiento del río Birán en cauce, la planta de aguas residuales, proyectos de
incentivos a los productores agropecuarios, el matadero municipal, entre
otras obras vitales en la provincia, con esa verdadera y real unidad
monolítica estuvieran puestos en la mesa gubernamental y tomados en
cuenta en el presupuesto de la nación.
Sin
una unidad de propósitos, basada en interés colectivo, pensando en el
desarrollo provincial en su conjunto, deponiendo cualquier otro interés,
sería imposible que logremos ponernos de acuerdo e impulsar el
desarrollo pleno que anhelamos los “cuatriboliaos y minosos”.
La
unidad expresada desde antes del 2010 en torno a la presa de Monte
Grande debe ser la misma que se mantenga para canalizar los recursos de
las obras que hemos descrito anteriormente en este artículo.