A
un partido como el PRM, con tantos presidentes en funciones y que los
cambia hasta por capricho, como si fuera batería de un celular, no debe
afectarlo que el titular esté preso.
La
reacción es desproporcionada, o por lo menos improvisada, pues con
hablar de persecución política o que Andrés Bautista y los demás
compañeros son “presos de Danilo”, no resuelve ninguna de las partes del
problema.
¿Qué
decir de Temístocles Montás, Radhamés Segura y Julio César Valentín?
¿También “presos de Danilo” y perseguidos políticamente por ser del PLD?
No juegues, Magino.
¿Qué
decir de Chú Vásquez, que presidió el Senado, aprobó contrato de
Odebrecht y fue interrogado por la Procuraduría? No puede decirse que lo
dejaron fuera para que asistiera al compañero Andrés, lo que hace de
manera admirable y como el más consecuente de los amigos.
El
PRM tiene que ocuparse de sus dirigentes y defender su honra, si está
convencido de su inocencia. Lo que no puede es irse por la tangente y
creer que la política lo cubre todo.
Si en Brasil no lo mencionan, seguiría tranquilo en Moca criando sus pollos, sus cerdos y sus vacas.