En torno a Jorge Luís Borges
Por Henrri Cuello
He releido, con inefable fervor, las Obras Completas de ese genio luminoso llamado Jorge Luis Borges. Aun dentro de su evidente ceguera fisica Borges es, ha sido, el necesario vidente de un siglo que,como el veinte,ha poco acaba de morir. Pero Borges no ha muerto. Más aún, tras su aparente muerte biologica,el helado resplandor de su memoriosa inteligencia nos sigue alumbrando y deslumbrando.
Borges, para quien suscribe estas líneas, es el escritor por antonomasia. De la misma manera que una de sus magníficas creaciones Pierre Menard, Autor del Quijote, es un guiño de ojos a la consagrada y solitaria labor del creador de mundos ficticios, asi mismo su vida, modesta,laboriosa y disciplinada,dedicada enteramente a la literatura,termino por convertirlo, a borges, no en un escritor cualquiera,sino en un símbolo de la misma.
Es ardua la tarea de elegir a un sólo Borges dada la naturaleza polifonica de este extraordinario creador: ensayista (Otras inquisiciones, 1952), poeta(El oro de los tigres, 1972), cuentista(El informe de Brodie, 1970) es tan sólo una minuscula muestra del vertiginoso Big Bang de su portento creativo. Para muestra bastan unos simples(aunque)inmortales versos:
¿Dónde estará mi vida,la que pudo haber sido y no fue,la venturosa o la de triste horror,esa otra cosa que pudo ser la espada o el escudo y que no fue? ¿Dónde estará el perdido antepasado persa o el noruego, dónde wl azar de no quedarme ciego, dónde el ancla y el mar, dónde el olvido?
¿Quién que se jacte y abrogue el don de ser poeta no se siente traspasado,allá en el hondón de su espíritu de la inefable ternura e inteligencia derramada en estos versos?
Para cerrar estas parcas disquisiciones sobre ese monstruo sagrado de la literatura universal hago acopio de lo expresado por la escritora y amiga personal de Borges, Maria Esther Vázquez: "Los libros de Borges son comprados por muchos, leidos por pocos y comprendidos por menos". No obstante la apodíctica afirmacion de esta escritora, el paso del tiempo no ha limitado la cada vez más creciente fama del escritor argentino. Al contrario,como esos clásicos eternos que terminan venciendo el corrosivo embate del tiempo, la trascendencia de Borges ha terminado difuminando las frágiles frontera de lo deleznable y perecedero, porque ya Borges dejó de ser un escritor,un mero oficiante de la literatura para convertirse él mismo en mito viviente...en LITERATURA VIVIENTE.
HENRRI CUELLO.