Lic. Mayobanex De Jesús Laurens/DDB/IB/OSD...Estilo BLoguero
OBJETIVIDAD POLITICA: Hasta tanto no se defina situación de la candidatura presidencial en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Luís Abinader estará encabezando todas las encuestas de prestigio, aunque sea por diferencia de puntos mínima. Los liderazgos de Danilo y Leonel son muy fuertes y se dividen el voto, mientras que Luís no tiene competencia dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y se vislumbra como el seguro candidato presidencial de esa organización política. Una vez los peledeístas elijan su candidato presidencial y todo el partido armonice en torno a ellos, entonces habrá dos grandes bloques de campaña: PLD y Aliados-PRM y Aliados. De nuevo las aguas volverán a su nivel acostumbrado.
PASADO Y PRESENTE: En las pasadas elecciones del 2016, el PLD y Aliados ganaron las elecciones con el 61.61%, en tanto que el PRM y Aliados fue favorecido con el 35.22%. Como se desprende, para que se produzca una victoria perremeísta, esa organización política deberá lograr hacer descender a los morados del anterior porcentaje y ellos sobrepasar el 50%. El principal partido opositor y sus aliados se deberán beneficiar del desgaste del poder de los oficialistas y un posible descontento de la población, que se pudiera expresar en avalancha de cambio. Pero la organización fundada por Juan Bosch tiene el poder, mantiene una maquinaria política intacta, y si logran salir airosos de sus procesos de selección de candidaturas y unir la militancia en torno al candidato elegido, de nuevo el Bloque Progresista sería fuerza poderosa con capacidad de retener el poder.
REPARTO DEL PASTEL: Las elecciones presidenciales, congresuales y municipales del 2020 serán más cerradas. El congreso y los ayuntamientos se repartirán en proporción muy distinta al 2016, con la posibilidad de que el PRM y sus aliados conserven gran cuota de poder en el Senado, la Cámara de Diputados, las alcaldías y juntas distritales.
EL GANADOR SE LO LLEVA TODO: El próximo presidente lo será el que logre armar una estructura electoral de movilización y logística capaz de atraer a los jóvenes, las mujeres y los adultos varones, con discurso, ofertas y otras modalidades de estrategias políticas, sobre todo con mucha fuente de financiamiento legal, ante una Ley de Partidos que penaliza los recursos dudosos, y una carrera electoral que será sumamente costosa en términos de publicidad, combustibles para caravanas y mítines, eventos artísticos, acciones sociales y el “dame lo mío”, que nunca falta…