martes, 22 de enero de 2019

LO CONFIRMA ORLANDO GIL! Reunión en Juan Dolio con politicos del Gobierno y tendencia Danilo; participó OTAN PLD y aspirantes presidenciales

ORLANDO DICE…El almuerzo de Juan Dolio
Orlando Gil/Tomado de Listin Diario
orlandogil@claro.net.do/@orlandogildice
EL CHISME PRIMERO, EL HECHO NUNCA.- Los servicios de inteligencia de los grupos del PLD se desbordan a sí mismos y no son efectivos, como debieran serlo en la actual circunstancia de confrontación abierta, ya que prefieren los chismes a los hechos. El Almuerzo de Juan Dolio, por ejemplo. 


Los seguidores de Leonel Fernández dan al encuentro una sensación o notación que no tuvo. Fue político, porque los invitados y los asistentes se dedican a la política. Fue un acto oficialista, pues los comensales fueron o son partes del gobierno. La convocatoria la hizo el Presidente o se hizo a su nombre, de manera que la tendencia estuvo en primer plano. Los fieles, los leales. Ahora, lo que no se trató –como se dice– fue la reelección, y la razón muy sencilla. Entre los convidados pudo contarse a los aspirantes, y no hubiera sido elegante mencionar soga en casa del ahorcado. Además, aunque no se crea o no se sepa, nadie se atreve a tocar el tema delante del mandatario. Eso no quiere decir, sin embargo, que las ganas no afloraran o que hubiera gente lanzada como Monchy Fadul a quien hubo que aguantar, casi reprimir, en su propósito de salir con una gracia propia de Los Fadules…

LA OTAN EN SU AGUA.- El encuentro de Juan Dolio fue sugerido por el grupo de la OTAN, y tan cierto que fueron los primeros en llegar y en su casi totalidad. Era fácil convocar a sus miembros y fácil –igualmente- que acudieran a la cita, pues se las pasan de almuerzo en almuerzo, a manera de rutina, aunque a veces en situación de emergencia. También los que no pertenecen en la OTAN, y que podrían serlo en espíritu. Además gente que no es del comité Político, tal vez del comité Central, pero de la cercanía del Presidente. La Navidad congrega y era justo que se vieran la cara fuera de los despachos y que se conversara en ambiente de informalidad. Euclides Gutiérrez no podía quedarse quieto en su asiento, considerando la oportunidad. Se levantó apoyándose en el bastón y habló como el patriarca que cree ser. Felicitó al compañero, no al Presidente, pues la irreverencia es un derecho propio, por el buen año transcurrido y deseando que el siguiente fuera mejor. Sin pensar en marzo ni recordarse de octubre. Se bebió whisky, se bebió vino, pero ninguno de los comensales se chispeó, y pensar que algunos fueron objeto de observación. El Pacto de Varsovia (los leonelistas) puede idear o interpretar lo que le sea más conveniente, pero nunca la Casa Presidencial fue más inocente…