De lo contrario, la plataforma advierte que comenzará a limitar sus funciones.
El servicio seguirá permitiendo la recepción de llamadas y notificaciones de mensajes, pero los usuarios no podrán responder a las conversaciones. Además, si en el transcurso de 120 días el usuario no acepta la nueva política, WhatsApp eliminará la cuenta y se perderán todos los chats, archivos y registros de llamadas.
La controversia se desató a principios de 2021, cuando WhatsApp publicó un aviso que informaba a los usuarios que tenían hasta el 8 de febrero para aceptar la nueva política de privacidad. Dicha política permite a la aplicación compartir detalles del usuario (como sus números de teléfono y datos de transacciones) con su empresa matriz, Facebook, y con otras compañías. Sin embargo, WhatsApp afirmó que el cambio no afectaría a "cómo las personas se comunican con amigos o familiares" en la plataforma. También especificó que continuaría brindando cifrado de extremo a extremo para mensajes privados y que no mantendría registros de los mensajes y llamadas de sus usuarios.
No obstante, la reacción del público ante esta noticia fue muy negativa. Tanto, que WhatsApp se vio obligada a retrasar la implementación de la nueva política de privacidad hasta el 15 de mayo, que ya parece ser la fecha definitiva.
Por otro lado, servicios de mensajería similares, como Telegram y Signal, se beneficiaron de la caída de popularidad de su rival y registraron un importante flujo de nuevos usuarios.
Representantes de WhatsApp señalaron en un comunicado que "hubo mucha desinformación que causa preocupación".