Las autoridades no han podido precisar el paradero de la droga, la cual, reveló una fuente, era parte de un cargamento de 400 kilos sustraídos mediante un “tumbe” ejecutado por 11 agentes, quienes al momento del hecho estaban uniformados y a bordo de unidades patrulleras en las cuales transportaron lo robado.
Sin embargo, hasta el momento el cabo Esteban Armando Féliz Batista, secuestrado por otros agentes que no participaron en el robo pero que exigían parte de botín, solo ha develado el destino de unos 200 kilos de cocaína.
Robos frecuentes
Los robos de drogas por parte de agentes policiales es una acción que se ha detectado en numerosas oportunidades.
El primer gran escándalo se registró en la década de los ochentas cuando se descubrió que el jefe del entonces llamado “Departamento de Investigaciones contra Narcóticos y Drogas Peligrosas de la Policía Nacional”, coronel Descarte Pérez, se quedaba con parte de la droga incautada y la vendía a distribuidores para que la vendieran en la calle, además de proteger a capos locales.
El problema había calado tanto entre la Policía, que se decidió crear un cuerpo especializado para combatir el narcotráfico. Con la asistencia técnica de Estados Unidos se creó la Dirección Nacional de Control de Drogas, adscrito a la Presidencia de la República.
Sin embargo, 20 años más tarde, en 2008, en una de las tantas luchas de poder que se generan entre agencias militares y policiales, se impuso recusitar las competencias policiales en la persecución de la drogas y el Consejo Superior Policial creó la Dirección Central Antinarcóticas.
No bien se había instituido cuando empezaron a darse los casos de policías detenidos al apoderarse de drogas decomisadas para ellos venderlas a capo, hasta que un director del Dican se vio involucrado en esas andanzas.
En 2015 el jefe del Dican, Coronel Carlos Fernández Valerio fue procesado por el robo de 950 kilos de cocaína.
Los casos no se detuvieron, aunque entre policía de menor jerarquía, por lo que el presidente Luis Abinader dispuso volver a eliminar esa dependencia policial.
Confesión
De acuerdo al expediente de solicitud de medida de coerción, el cabo Féliz Batista confesó que su secuestro a principios de mes se produjo luego de que junto con 10 compañeros de armas sustrajeron un alijo de cocaína, tres pistolas marca Glock y un fusil el pasado 28 de agosto mientras se encontraban de servicio, luego de que un hombre identificado como Gustavo el Guardia les informó que en las costas de Las Salinas de Villa Central, Barahona, se realizaría una transacción.
Féliz Batista confesó que el equipo de policías de servicio en Barahona, llegó al lugar de la transacción a bordo de varias patrullas con las centellas encendidas, logrando ahuyentar a las personas que se encontraban desembarcando el cargamento.
Agrega que posteriormente los agentes procedieron a llevarse el vehículo cargado con los sacos de la sustancia, los cuales transportaron en una de las patrullas y luego se repartieron y vendieron a un narcotraficante identificado solo como Álvaro.
Temor
El pasado lunes, previo a la audiencia donde se le conocería medida de coerción a los agentes involucrados en el “tumbe”, el capitán Rafael Medina Pérez (Patú) gritó a viva voz: “el coronel Morillo, coño, queremos a Morillo aquí”, presuntamente en alusión a otro agente involucrado en el caso y que no está en el expediente acusatorio.
Una fuente ligada a la investigación indicó que Medina Pérez reveló que teme por su vida.
El actual director de la Policía, mayor general Eduardo Then, se desempeñaba como director Regional Sur de la uniformada en Barahona cuando los agentes policiales hicieron el tumbe de 400 kilos de cocaína. Le dijo a EL DÍA que en ese momento pidió investigar lo que era una sospecha.
Pesquisas
—1— Acusados
Por el secuestro del cabo Féliz Batista el Ministerio Público acusa a los policías Wellington Francisco Ferreras Féliz y Jonathan Andrés Pérez Pérez y los civiles Jorge Díaz Féliz y Cherlyn Estefan Suero.
—2— Coerción
El juez de Atención Permanente de Barahona le conocerá este martes medidas de coerción a los 11 implicados.
Precio
260 Millones de pesos.
Es el costo en el mercado local de los 400 kilos de cocaína hace tres meses por un grupo de agentes.