Así figura en un documento con fecha 4 de febrero firmado en Puerto Príncipe por el presidente del Senado, Joseph Lambert, y por el presidente de la Comisión de Asuntos Políticos, Patrice Dumont, que recoge la posición del Senado de la República a este respecto.
Aludiendo a la Constitución de 1987, el Senado “reconoce de manera indiscutible e incontestable el fin del mandato del presidente Jovenel Moise el 7 febrero de 2022” y, como “consecuencia lógica”, es el fin de la misión del primer ministro, que debe entregar la banda presidencial a la Cámara.
Henry, según el Senado, debe ir liquidando los asuntos vigentes “hasta que surja un amplio consenso entre los actores políticos y de la sociedad civil, protagonistas de los conocidos acuerdos políticos, tendientes a ofrecerle a la nación una salida de la crisis”.
En el texto se “invita al primer ministro en funciones, Dr. Ariel Henry, al Consejo Superior de la Judicatura y a los diversos polos políticos” a identificar las perspectivas de un retorno al institucionalidad y a establecer consensos globales para lograr “un rápido regreso a la normalidad”.
Este pronunciamiento del Senado se produce cinco días después de que, el pasado domingo, un amplio grupo de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil celebró una votación para elegir a un nuevo presidente interino de Haití y un Gobierno transitorio, ignorando la autoridad de Ariel Henry.
El proceso fue realizado por los miembros del autodenominado Consejo Nacional de la Transición (CNT), un organismo creado por los grupos opositores a Henry, entre ellos varios partidos políticos, así como sindicatos, movimientos sociales y estudiantiles, el Episcopado católico y la comunidad vudú.
Como presidente interino fue elegido Fritz Alphonse Jean, exgobernador del Banco Central, y como primer ministro, el exsenador Steven Ivenson Benoit, en una votación que no ha sido reconocida ni por las actuales autoridades ni por la comunidad internacional.