La Ejecución del Gasto del Gobierno Central entre el primero de enero y el 27 de mayo de 2022, publicado por La Dirección General de Presupuesto, revela que el resultado financiero se encuentra en una mejor posición que la presupuestada. En función de los datos a mayo se puede señalar que, si el gasto público mantiene ese mismo ritmo durante todo el año, el resultado financiero sería un superávit de más de 40 mil millones de pesos. Ese saldo contrasta considerablemente con el déficit presupuestado que fue de casi 175 mil millones de pesos. ¿A qué se debe la diferencia entre esos dos números?
Por el lado de los ingresos, si se anualizan los datos registrados hasta finales de mayo, el Gobierno Central recibiría un total de 932,364 millones de pesos, esto es un 7% por encima de lo presupuestado. Esa cifra se descompone en variación de gastos corrientes y gastos de capital. Los ingresos corrientes anualizados se colocarían en 929,985 millones de pesos, superando en 105,075 millones de pesos el nivel presupuestado.
Por el lado de los gastos, los datos anualizados revelan que se gastaría alrededor de 891,946 millones de pesos, quedando por debajo del monto presupuestado en más de 154 mil millones de pesos. De esa caída en el gasto, un total de 62,418 se debe a una subejecución del gasto de capital. Esto implica que sólo se ha ejecutado el 55.6% de lo que debió haberse ejecutado. El año pasado ocurrió algo similar con el gasto de capital, el cual entre noviembre y diciembre subió a un ritmo nunca registrado, principalmente por la realización de transferencias a instituciones públicas y fideicomisos que ejecutan recursos públicos.
El gasto corriente, excluyendo los intereses de la deuda, que se presupuestó en 712,469 millones de pesos también presenta una subejecución ascendente de 60 mil millones de pesos. La totalidad de esa menor ejecución del gasto corriente se explica por la reducción del gasto de consumo. En términos anualizados, los pagos de intereses de la deuda se colocaron por debajo del presupuesto en 31,891 millones de pesos.
Ese comportamiento de los gastos corrientes se destaca al tomar en consideración que, el gobierno ha tenido que destinar por varios meses más de 1,300 millones semanales para subsidiar el consumo de combustibles y otros miles de millones de pesos para hacer lo mismo con los precios de los alimentos y fertilizantes.