El es el joven Raelky Guzmán de 24 años, el cuál se quitó la vida recién afectado de una depresión que le privó la paz interna.
Esa enfermedad que no se nota físicamente es una fiera sin piedad que te destruye por dentro, y te reduce de tal manera hasta aislarte y conducirte al suicidio.
El es una víctima más de esta patología indolente que ataca con agresividad a la juventud, hasta llevarlos a un laberinto y tener una sola decisión: morir.
Perdí a mi querida Cároli producto de la depresión, y estos casos deplorables me trasladan al momento cuando creí que el cielo me caía encima y la impotencia me cubría por completo.
Esa enfermedad ha enseñado a los padres a enterrar a sus hijos, y cambiado la normalidad de que los hijos sepultan a sus progenitores.
La depresión es un mal en progreso que seguirá dejando dolor y luto a las familias, apagando luces brillantes en la flor de su juventud , y con un mundo de posibilidades a sus pies.
Mi Cároli era joven, bella, profesional, ciudadana americana, trabajaba, disponía de lo material, y la depresión inefable apagó su luz, me dió dónde más me dolía y me arrancó un pedazo del corazón.
Se el infierno que vive la familia del joven Raelky, mi solidaridad y condolencias para sus padres y todo el parentezco.