jueves, 11 de agosto de 2022

EL NUEVO MINISTRO DE EDUCACIÓN, sentencia del TC sobre directores regionales, PRM de marioneta y la moraleja final

Por Mayobanex De Jesús Laurens…Estilo Bloguero
Roberto Fulcar es un alto dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que contribuyó grandemente al proceso de organización y crecimiento de esa organización política, haciendo sus aportes en esfuerzos para que el otrora candidato Luís Abinader llegara a ganar las pasadas elecciones presidenciales, convirtiéndose en el hoy primer mandatario de la nación.

Hubo muchas elucubraciones respecto a la posición de ministro de Educación que ostentaba Fulcar, pues se dijo desde el principio que al parecer esa plaza la tendrían asignada para otra persona, a lo que se opuso acremente y logró que lo designaran como ministro titular.

Criticado por la denominada sociedad civil educativa y los partidos de oposición, al violentar el procedimiento de selección para designar los directores regionales y distritales, el hoy destituido ministro se ganó el apoyo de su partido, designando en esas posiciones a dirigentes del sector magisterial del PRM en todo el país, con lo que se inició un proceso de colocación de perremeístas por distintas vías en el Ministerio de Educación (Minerd).

“El grandote” ministro de Educación cayó en desgracia finalmente, tras las publicaciones de varios escándalos respecto a licitaciones para la adquisición de libros virtuales, en las cuales al parecer las mismas carecieron de la debida transparencia exigida, provocando los medios nacionales y las redes sociales fueran inundadas de publicaciones, dando lugar a la “ira del primer mandatario”, quien finalmente lo destituyó, dejándolo como ministro sin cartera.

El presidente Abinader trajo como ministro a un académico del área, Angel Hernández, con buen currículo, pero muy alejado del espectro político partidario, lo que obliga de inmediato a que se produzcan choques de ideas, de planes y de acciones con los directores regionales y distritales nombrados por Fulcar.

Luego de unos días de la designación, el actual ministro truena contra el sistema, señalando que con más de 250 mil millones de pesos en el presupuesto de Educación, la misma ha retrocedido en el tiempo, pues a su entender “los niños no han avanzado” en nuestro sistema educativo.

Pero Hernández va más lejos, y deja bien claro que los directores regionales y distritales serán evaluados en base a resultados, poniendo como meta que “los niños aprendan”, para lo cual ha pedido de inmediato un levantamiento de los técnicos del sector para medir sus competencias y tomar decisiones al respecto.

Y como si le cayera del cielo al recién designado ministro, ahora el Tribunal Constitucional de nuestro país acaba de emitir una sentencia en la cual se rechaza una acción directa de inconstitucionalidad de la anterior gestión de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), en la cual solicitaban que se derogaran los artículos 109 y 115 de la Ley General de Educación que establecen que el ministro seleccionará las personas que ocuparán las Direcciones Regionales y Distritales y la Ordenanza 24-17 que dispone la convocatoria del proceso competitivo de selección de candidatos para conformar ternas a ser presentadas al ministro para ocupar las posiciones en esos cargos. Se recuerda que los actuales 18 directores regionales fueron nombrados sin el aval de concursos, tal como establece la Ordenanza 24-17.

¿Qué tenemos ahora?

Por un lado, un ministro de Educación que no es político; es un técnico del área que vendrá “a trabajar por el libro”, apoyado por el presidente y la vicepresidenta de la República, que se enfocará en la mejora del sistema educativo, la educación de los estudiantes y los avances requeridos, aplicando el presupuesto en “lo que debe hacerse”.

Por otro lado, tenemos a un PRM y su sector magisterial que se verán imposibilitado de utilizar esa cartera como plataforma política para sus propósitos de nombrar “compañeritos”, lo que enfrentará más adelante al ministro con la dirigencia perremeísta.

La moraleja es simple: organizar un partido, contribuir a su crecimiento y llevarlo al poder, para que su Presidente ponga en el mejor puesto del Gobierno a uno totalmente desvinculado de esos menesteres, y que nada o poco hizo para que hoy estuvieran en el Poder.

Cosas veredes, Sancho!