Lo remozó, amplió, le adicionó mejoras en todas las áreas de atracción y era ya un referente desde el punto de vista de oferta hotelera en nuestra provincia y la región, contribuyendo con el desarrollo del turismo interno.
Sin ánimos de crítica, ni de la forma como se produjo la transacción con el emblemático hotel, la verdad es que el Gobierno, a través de Corphotel lo asumió de nuevo, se llegó a decir que se había producido un acuerdo con una entidad contra la lucha del cáncer, y desde entonces el tema ha estado en el tapete en los medios escritos, radiales y televisivos locales y nacionales, incluido redes sociales, que provocaron intervenciones de funcionarios y legisladores del oficialismo, y hasta la mirada del presidente Luís Abinader.
Todo el apresto para construir un hospital oncológico en el área del hotel se detuvo, se hicieron promesas de construirlo en otro lugar, para que no se tocara ese patrimonio de los barahoneros.
Hoy el Hotel Guarocuya está totalmente abandonado, deteriorándose de forma paulatina, ante las miradas indiferentes de las actuales autoridades, incluso de los que se comprometieron con impulsar proyectos relacionados con alternativas turísticas.