domingo, 25 de agosto de 2024

LOS 70 EN LA MÚSICA: Las mejores bandas de la década dorada del rock

Redacción: Fran González | 18 agosto, 2023
Especiales/Tomado de dodmagazines.es
Led Zeppelin (1968)
Aunque seamos firmes y acérrimos defensores del talento joven y de las bandas emergentes que pueblan nuestra escena y la internacional, es innegable que hay clásicos imbatibles en la historia de la música que de forma inmediata conquistan nuestros oídos y nos transportan a tiempos pasados –que no mejores-, a golpe de himnos y baladas inmortales pertenecientes a la época dorada del rock. 

Efectivamente, hablamos de los 70 y de las mejores bandas que esta década nos dejó, figurando entre sus interminables propuestas lo más granado del rock y un eterno arsenal de referentes que aún a día de hoy continúan siendo vigentes entre los más jóvenes.

Los puentes de guitarra de Jimmy Page, la narrativa de Roger Waters, el misticismo de Stevie Nicks, la oscuridad innata de Siouxsie Sioux, el poderío de Debbie Harris, la poesía de Jim Morrison o la rabia de Joan Jett son solo un pequeño porcentaje de todo lo que sucedió a lo largo de los 70s y un mero reflejo de la cantidad de voces, melodías, ritmos y temas para el recuerdo que aquí comenzarían a gestarse. Bien sabe Dios que reunirlos a todos bajo un único artículo no es cosa fácil, pero desde aquí nos proponemos confeccionar una generosa lista que aglutine las mejores bandas de los 70 y los grupos musicales que marcaron una época durante la década dorada del rock, a fin de no olvidarnos nunca de su eterna contribución a la música.

Grupos musicales de los 70: las mejores bandas de la década dorada del rock
 

Led Zeppelin

Si hablamos de grupos influyentes y bandas destacadas dentro de la década dorada del rock, es de recibo comenzar nuestro particular recuento con Led Zeppelin, los maestros del género y los creadores de un sonido propio y único a partir de ensambles virtuosos en los que aunaban rémoras de rock duro, blues y folk psicodélico. La trayectoria de este cuarteto, originalmente compuesto por Jimmy Page, Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham, nos dejó un histórico registro de nueve álbumes y cientos de pistas para el eterno recuerdo (Immigrant Song, Whole Lotta Love, Stairway to Heaven, etc), hasta que trágicamente procedieron a disolverse tras la muerte de Bonham, su baterista. Su ruptura fue saldada con diversos proyectos paralelos por parte de sus miembros en los que, a pesar de contar con otros músicos categóricos entre sus filas, nunca llegarían a igualar del todo el impermeable legado que dejaron escrito con Led Zeppelin.


Black Sabbath

Cuando se habla del origen del heavy metal el nombre de esta banda de Birmingham siempre sale a la palestra, con fuertes papeletas a llevarse el gato al agua y terminar portando el título de pioneros. No nos meteremos en ese eterno debate, pero sin duda Ozzy Osbourne y los suyos contribuyeron de forma notable a la conformación y establecimiento del género, entre otras cosas, gracias al lanzamiento de su homónimo debut en 1970, entregando a sus primigenios seguidores un trabajo inconcebible para la época, lleno de matices oscuros, riffs de guitarra poderosos y letras que exploraban temas sombríos y macabros. Un precedente único que años más tarde vería recompensado su arrojo, convirtiéndose en la chispa de ignición de una veintena de subgéneros derivativos del rock más salvaje y oscuro.


Pink Floyd

Es más que probable que, si no hubiera existido The Dark Side of the Moon (1973) en su día, muchas de las bandas que escuchamos hoy día no sonarían como lo hacen. Exagerado o no, éste es un pensamiento compartido por muchos que consideran a Pink Floyd como una de las bandas más influyentes de la historia, no solo por su sonada colección de temas geniales y legendarios (Another Brick In The Wall, Money, Great Gig In The Sky, Coming Back To Life, Wish You Were Here), sino por el arrojo que sus miembros demostraron siempre a la hora de experimentar y llevar a un siguiente nivel el rock progresivo, convirtiendo su propuesta en una sofisticada amalgama de recursos e ingenios que terminarían reinventando la música para siempre. A pesar de la separación de la banda y de las siempre conocidas tensiones entre sus miembros, el legado de Pink Floyd se expande a las nuevas generaciones como los sonidos atmosféricos e insólitos que un día poblaron sus discos, confirmando así la inmortalidad de su trabajo.


The Who

Tras pegar el petardazo de salida en 1965 con My Generation, poco o nada tardó la formación de Roger Daltrey, Pete Townshend, John Entwistle y Keith Moon en despuntar, convertirse en todo un icono mod y traer a la década de los setenta algunos de los discos más importantes de su trayectoria, como Who's Next (1971) Quadrophenia (1973) o Who Are You (1978), entre otros. A pesar de su incuestionable éxito, la banda tuvo que sortear muchas desavenencias a lo largo de su trayectoria, entre ellas la más dura: la pérdida de su batería, Keith Moon. Sin embargo, la banda consiguió reinventarse ante las circunstancias en varias ocasiones, hasta demostrar en plena actualidad seguir más vivos que nunca con la publicación de su último trabajo, Who, fechado en 2019. Una muestra de cómo la estela de esta formación continúa intacta a pesar de que las décadas se acumulen en su bagaje.


Deep Purple

Sí, lo sabemos, es leer su nombre y escuchar en nuestra cabeza los acordes de Smoke On The Water. ¿Cuántos pre-adolescentes aprendimos a guarrear la guitarra en nuestra pubescencia con esa canción? Sin duda alguna, Machine Head (1972) cambió muchas cosas dentro del rock, como la contundencia que éste podía tener y la acentuación de sus raíces blueseras y enraizadas que más tarde supondrían el caldo de cultivo del heavy metal y la explosión del hard-rock en los 80s. Aspectos que marcaron la diferencia en el hacer de Deep Purple con respecto a sus coetáneos y que quedan patentes en actos como el uso distintivo del teclado Hammond (tan icónico en pistas como Child In Time), además de esos solos imposibles de Ritchie Blackmore o de la voz épica de Ian Gillan.


Eagles

El rock del sur tiene un único nombre y es de los Eagles, banda inigualable e inimitable cuyo sonido, a caballo entre el soft rock y el country, nos traslada directamente a páramos agrestes y carreteras infinitas bajo un tórrido sol de justicia y a lomos de una motocicleta. Poco importa que no hayamos salido de nuestro barrio en la vida, pero la voz de Glenn Frey (acompañando con su guitarra temas inmortales como Hotel California, Take It Easy y Witchy Woman) es capaz de eso y mucho más. Tras varios tiras y aflojas, dejaron atrás una década plagada de éxitos para posteriores reuniones que no llegaron a ningún puerto, y que desgraciadamente concluyeron con el fallecimiento de Frey en 2016, disolviendo oficial y totalmente la banda.


Blue Öyster Cult

Hay muchos que clavan la chincheta en (Don’t Fear) The Reaper cuando se trata de encontrar el punto de origen del heavy metal y tal vez no vayan desencaminados. Lo que está claro es que el estilo distintivo de Blue Öyster Cult, caracterizado por riffs de guitarra melódicos, letras enigmáticas y armonías vocales, supuso el comienzo de algo inédito hasta la fecha, arrancando el nacimiento de un sonido proto-metal que abrazaba temas misteriosos, mitológicos, sobre ciencia ficción y lo oculto. Un impacto duradero en la música rock y metal, cuyo enfoque lírico y musical influyó en muchas bandas posteriores, aunque no gozara en sus orígenes del reconocimiento que otras de sus bandas contemporáneas tuvieron.


KISS

Aunque en las últimas décadas el face-painting se terminara asentando como una de las principales señas de identidad del black metal y de la música dark, en los setenta una banda estadounidense con nombre de beso ya atemorizaba al público más rockero y casual con su monstruosos rostros, lenguas viperinas, armaduras brillantes y riffs de locura. Efectivamente, hablamos de KISS, la banda compuesta por Paul Stanley, Gene Simmons, Ace Frehley y Peter Criss, que tras su despegue en los 70 con sus baladas inolvidables (Rock and Roll All Nite y Detroit Rock City, por poner solo un par de ejemplos), construyeron toda una mitología a su alrededor, basada en sus espectaculares puestas en escena, donde se daban la mano sus maravillosas tonadas con un espectáculo de pirotecnia, plataformas, y efectos especiales increíbles.


Fleetwood Mac

Si eres centennial es probable que les conozcas por ser “la banda esa que se hizo viral hace unos años en TikTok”. Bueno, no has faltado a la verdad, querido y joven amigo, pues a todos nos sorprendió descubrir la nueva vida que tuvo Dreams a raíz de su uso en redes sociales, pero obviamente el legado de Fleetwood Mac trasciende las fronteras de la vida internetil y bien sabemos que su nombre se escribe con mayúsculas en el hall of fame del rock de los setenta. A lo largo de su trayectoria han experimentado diferentes fases que han alterado la naturaleza de su propuesta y dibujado un proceso de etapas diferenciadas a lo largo de la carrera de sus miembros, pero por mucho que pasen los años, su disco Rumours (1977) es y seguirá siendo uno de los mejores discos de la historia, gracias a su infinito surtido de éxitos, las tensiones entre sus miembros del todo expresas en sus canciones, y la magia emotiva que sobrevuela sus pistas.


Genesis

Cuando se habla de Genesis se determinan dos fases muy diferenciadas y claras en la banda: primero, una que va desde su origen hasta la mitad de la década de los setenta, con Peter Gabriel al frente (quien le entregó al legado de la banda álbumes como Foxtrot, 1972, y Selling England by the Pound, 1973, así como una teatralidad única a la puesta en escena y las letras de la banda), y segundo, a partir de 1975, cuando Phil Collins reemplazó a Gabriel en el rol de vocalista y frontman, donde el sonido de Genesis comenzó a ser más accesible y más pop, aunque conservando ciertos elementos progresivos como revelan álbumes como A Trick of the Tail (1976) o Wind & Wuthering (1976). Desde entonces, la banda ha sufrido diversas idas y venidas, así como también sucesivas reuniones (la última, en 2021 de hecho), pero el mejor sonido de Genesis se quedará ahí, en la década que les vio nacer.


Aerosmith

Los setenta también vieron nacer otra gran banda de Boston (además de Boston, claro), y por supuesto nos estamos refiriendo a Aerosmith, la formación liderada por el carismático Steven Tyler, y una de las bandas más influyentes y exitosas de todos los tiempos (con más de 150 millones de discos vendidos en todo el mundo, que se dice pronto). La banda se hizo conocida por su combinación de rock clásico, blues y elementos de glam rock, lo que les valió una base de fanáticos diversa a lo largo de la década de los 70 y 80, donde su nombre comenzó a consolidarse gracias a álbumes como Toys in the Attic (1975) y Rocks (1976). Con múltiples Grammy en su haber, Aerosmith ha dejado tras de sí una estela de himnos inmortales (Dream On, Sweet Emotion, Walk This Way, Crazy o I Don't Want to Miss a Thing) que a día de hoy gozan de la categoría de reivindicables entre los más acérrimos fans del AOR.


King Crimson

A pesar de que su debut y epítome musical, In the Court of the Crimson King (1969), se estrenase a las puertas de cerrar la década pasada, la banda liderada por Robert Fripp continuó su estela vanguardista, rompedora e incomparable a lo largo de los años 70, con múltiples trabajos nada desdeñables como Lizard (1970) o Red (1974). La influencia de la formación de Fripp continúa a día de hoy siendo un referente considerable dentro de las influencias de las bandas más creativas y progresivas de nueva época, y es que El enfoque mutante y evolutivo en la música de King Crimson ha logrado convertirlos en una banda influyente y única que ha dejado una marca imborrable en la historia del rock progresivo y la música experimental.


The Stooges

Años antes de que viéramos a la Iguana provocando incansablemente sobre los escenarios, su banda madre, The Stooges, ya andaba revolucionando el concepto de garage-rock y reinventando el punk, años antes de que artistas como los Ramones o Patti Smith tuvieran a bien hacerlo de forma más centralizada. Gracias a su sonido áspero, crudo, ruidoso y lleno de energía, la formación liderada por Iggy Pop nos entregó dos álbumes que pasarían a la historia del género, Fun House (1970) y Raw Power (1973) –este último, con producción de Bowie, casi nada-, y supusieron la piedra de toque para una autenticidad y simplicidad que años posteriores tratarían de emular cientos de bandas. El corto vuelo de la banda llegó a su fin en 1974, dando el pistoletazo de salida a una no menos reseñable carrera en solitario de Iggy, y aunque en los dosmiles la banda tuvo a bien juntarse de nuevo y hacer el amago de volver a funcionar, en 2009 las posibilidades de volver a ver a la formación original completa de nuevo se disolvieron del todo con la triste pérdida de Ron Asheton.


Grateful Dead

Grateful Dead no solo fue una banda, sino también un movimiento cultural que promovía la libertad, la paz y la experimentación. Los Deadheads, sus leales seguidores, formaban una comunidad apasionada y única que la hacen, incluso a día de hoy y muchos años después de su disolución, una formación musical única. Por su parte, la banda exprimió a fondo la década de los setenta publicando a lo largo de ésta algunos de sus mejores álbumes, como Workingman's Dead (1970), American Beauty (1970) o Terrapin Station (1977), pero sin duda la categoría de fenómeno absoluto entre los ávidos del rock más psicodélico les llegaría de la mano de su álbum en vivo, Europe '72 (1972), donde tuvieron a bien capturar toda la energía que la banda era capaz de disponer sobre el escenario y a día de hoy todavía se considera uno de los mejores álbumes en vivo de la historia del rock.


AC/DC

Aunque los australianos AC/DC son del todo intergeneracionales y continúan brillando con la fuerza de una banda emergente, la esencia primigenia de la formación tuvo lugar durante la primera mitad de los setenta, en la cual tuvo lugar su gestación y la publicación de sus primeros trabajos, firmados bajo la voz y seña de su primer vocalista, Bon Scott (High Voltage, 1975 y Highway to Hell, 1979). Desgraciadamente, la banda comenzaría la siguiente década con la trágica pérdida de su vocalista, siendo éste reemplazado por Brian Johnson en los ochenta y renovando el sonido de la formación, más próxima ahora al hard-rock de la época que al rock con tintes de blues que se intuían en sus primeros pasos como formación. Aun con todo, la formación continúa siendo famosa por sus electrizantes directos, en parte, gracias al incombustible guitarrista Angus Young, y a sus himnos inmortales (Back in Black, Highway To Hell, Thunderstruck, You Shook Me All Night Long) que aún a día de hoy siguen pasando de generación en generación sin atisbo de desgaste.


Joy Division

Ian Curtis se marchó terriblemente pronto, pero dejó tras de sí un legado único que todavía a día de hoy vemos reconocido y patente en un sinfín de bandas emergentes que han llevado a otro nivel el género post-punk y reivindican la raíz del mismo en pleno presente. Como todos sabemos, de las cenizas de Joy Division se formó New Order, y precisamente el bajista de ambas formaciones, Peter Hook, resume perfectamente esta transición entre bandas en sus libros Unknown Pleasures y How To Run A Club, donde además, podemos descubrir más sobre la personalidad misteriosa y encriptada de Curtis que nos dejó temas para el infinito recuerdo, como Love Will Tear Us Apart, Disorder, Atmosphere o Transmission entre otras.


Electric Light Orchestra

Si hablamos de grupos que se salieran de la norma y con ello crearan un base estilística reivindicable y única a un a día de hoy, sin duda la Electric Light Orchestra respondería con creces a ese patrón. Un conjunto musical, liderado por Jeff Lyne, que en plena década de los setenta no se contentó con hacer meramente rock al uso sino que decidió dotar a su propuesta de un toque caprichoso, mágico y orquestal que iluminaría su vasta discografía a lo largo de los setenta (precisamente, donde nos encontramos con sus trabajos más populares, como Out of the Blue, 1977, y Discovery, 1979). A pesar de que en 2020 el COVID le parase los pies, Lyne recuperó el legado de ELO en 2014 y desde entonces no ha dejado de reivindicar su trabajo, girando por todo el mundo y demostrando la valía de su proyecto.


Blondie

Nueva York, 1974. Todo por hacer y una escena por construir. La carismática Debbie Harris se propone renovar la escena punk neoyorquina con el sabor único de sus melodías desvergonzadas y románticas y la firme convicción de ofrecerle al público algo que nunca habían visto antes. Y efectivamente, el Parallel Lines (1978) de Blondie supone el primer escalón hacia una nueva línea de artistas que renovarían el rock y le darían a la presencia femenina en escena un nuevo significado. Sin Harris no tendríamos a Florence Welch, ni a las hermanas HAIM ni a Lykke Li, ni a tantas y tantas voces femeninas que hoy son referentes absolutos en el pop alternativo, por ello el legado de Blondie es intergeneracional y clausurarlo a una única década sería absurdo. Pero que conste, que los 70 les vieron nacer y desde entonces no han dejado de ser reivindicables y necesarios.


Talking Heads

En plena década de los 70 el punk más sucio y salvaje ocupaba la atención de medios y seguidores que atestiguaron la llegada a tiempo real de un género revolucionario y único. Sin embargo, el gran David Byrne parecía tener claro desde el principio que su propuesta debía ser especial, y romper cualquier tipo de semejanza con lo que se estuviera haciendo en el momento. Una ambición que le empujó a llevar a cabo una propuesta diferente, marcada por letras sofisticadas e inteligentes y una puesta en escena visual del todo arrebatadora y especial. ¿El secreto de Talking Heads? Seguramente el hecho de haber carecido de prejuicios a la hora de confeccionar su particular sonido, acogiendo entre sus distintas épocas rémoras de punk, post-punk, new wave, funk, músicas del mundo y todo tipo de influencias dispares que hicieron de sus discos un parte distintiva y singular de la historia de la música.


Ramones

Mucho antes de convertirse en una mera marca de prendas modernas, los Ramones colocaron la primera piedra de una extensa estructura llamada punk-rock en 1976 con la publicación de su homónimo debut (un disco que contendría himnos imborrables del imaginario punk, como Beat on the Brat, Judy is a Punk, I Wanna Be Your Boyfriend o, por supuesto, la eterna Blitzkrieg Bop). La formación original, compuesta por la voz nasal y característica de Joey, los riffs desenfrenados de Johnny, las gruesas líneas de bajo de Dee Dee y la vasta percusión de Tommy, sufrió varias alteraciones a lo largo de los años, con varios miembros abandonando el barco o siendo reemplazos por otros nuevos; pero la energía cruda y directa, convertida como estandarte de la rebeldía juvenil y de la iconografía y la cultura punk, alargó su mecha a través de la década de los 80s e incluso la de los 90s, con varios trabajos en su haber que continuaron enseñando a nuevas generaciones la importancia de su lugar en la historia de la música.


Boston

Tomando como nombre para su formación el de su ciudad de origen –no se mataron, no-, Boston supusieron una de las bandas de rock estadounidense más importantes de la década de los 70, gracias a un sonido característico capaz de fusionar elementos del rock clásico y del rock progresivo con armonías vocales elaboradas y una producción cuidadosa. Su debut homónimo, lanzado en 1976, se convirtió en uno de los álbumes más vendidos de la historia y estableció a la banda como el fenómeno que ya sabíamos que sería y a su principal artífice y brazo ejecutor, Tom Scholz, como el genio que la historia terminaría reconociendo. Apelando tanto a los fanáticos del rock como a los oyentes más casuales, el estilo de Boston apuesta por ritmos melódicos, riffs de guitarra pegadizos e inmortales, armonías vocales bien trabajadas y letras introspectivas que quedarán para siempre capturadas en canciones como More Than a Feeling, Peace of Mind y Foreplay/Long Time.


Roxy Music

Antes de que los New Romantics de los 80s copasen el emblema de la música pop anglosajona, unos pioneros del género se abrieron camino con sofisticada elegancia y sobria impronta. Roxy Music, la banda liderada por Bryan Ferry, fue una de las formaciones pioneras en sumar a su sonido elementos experimentales, tiznas de rock y pop, glam rock, art pop y música electrónica, obteniendo como resultado una propuesta vanguardista que quedó explícita en sus primeros trabajos: Roxy Music (1972), For Your Pleasure (1973), y Stranded (1973).


Cheap Trick

Para aquellos que buscaran un rock más satinado y pijo, la banda de Robin Zander y compañía daba directamente en el clavo con su power-pop chulesco y sus melodías luminosas, a caballo entre el glam sureño y el rock más clásico. Su debut homónimo de 1977 supuso la piedra de toque de un estilo propio, desenfadado y enérgico, al que en los años subsiguientes les acompañaría un buen surtido de piezas imborrables de la historia del rock, como Dream Police, Surrender, o I Want You To Want Me.


The Runaways

Si hay una banda de absoluta referencia dentro del movimiento rrriot girl y que cambió el paradigma de lo que hasta entonces se concebía como arquetípico dentro del masculinizado mundo del rock, esas son The Runaways. La eterna formación liderada por la aún más eterna Joan Jett, abrió la veda a una nueva forma, no solo de entender el género, sino de abrir camino en la industria a cientos de jóvenes que por fin veían representado un modelo a seguir en una banda de primer nivel y de la mano de perlas tan radiadas y populares como la genial Cherry Bomb, perteneciente a su debut homónimo de 1976. Rabia, carácter, desenfreno, hedonismo y reivindicación a partes iguales en las letras de una banda cuyo impacto cultural aún se recuerda a día de hoy.


Siouxsie & The Banshees

Mientras otros andaban sacándole punta a una parte más incendiaria y rabiosa del punk, una mujer llamada Siouxsie Sioux (o Susan Janet Ballion, para los amigos) nos adentraba en esa fina línea que separa aquello que llaman post-punk y new wave, revolucionando de forma pionera la escena más underground de Londres. Su propuesta, oscura y etérea, caracterizada por la emotiva voz de Sioux y por la combinación entre sintetizadores y guitarras, eclosionó con The Scream (1978), su primer trabajo y la puerta de entrada a una estética gótica y dark wave que marcaría una época en los años venideros. Por su parte, Siouxsie volvió a los escenarios en 2023, por cuenta propia y a sus 66 años y reavivando la llama de su carrera en solitario que comenzó a principios de los dosmiles.


ABBA

Lo creamos o no, más de cincuenta años después ABBA (acrónimo de los nombres de sus miembros, Agnetha, Björn, Benny y Anni-Frid) siguen siendo un icono de la música dance y su vigencia queda patente con tan solo recordar que en 2021 tuvieron a bien brindarnos un “last dance” entrañable, protagonizado por Voyager, su primer álbum en cuarenta años y la prueba de que el cuarteto sueco seguía en plena forma. Recordados por sus melodías románticas y pegadizas pero llenas de euforia, ABBA se convirtió en uno de los actos musicales más exitosos y populares de la década de 1970 tras alzarse con la victoria en el Festival de la Canción de Eurovisión de 1974 con la canción Waterloo, hecho que les permitió obtener el crédito y el cariño de una gran base de fans en todo el mundo que a día de hoy reconocerían sus legendarias tonadas con tan solo escuchar un acorde (Dancing Queen, Mamma Mia, Gimme! Gimme! Gimme!, y muchas más).


 

Rush

Canadá también tuvo las espaldas bien cubiertas durante los setenta en lo que a buen rock se refiere, contando entre sus bandas más representativas con Rush, la formación liderada por el carismático Geddy Lee y una de las bandas de rock progresivo más influyentes de la mencionada década. Pero como dato curioso cabe destacar que la tarea de la composición de letras residía en su baterista, Neil Peart, quien haciendo uso de un excelso y brillante sentido para la escritura elaboró reconocidas y emblemáticas letras basadas en temas filosóficos, ciencia ficción, fantasía y reflexiones introspectivas. Rush destacó por ser una banda pionera en la integración de sintetizadores y elementos no-analógicos en su propuesta, dejando claro su afán por la experimentación desde que clavaran su bandera en el Olimpo del rock con su 2112 en 1976.


Fanny

Con el pistoletazo de salida ocurriendo justo en el umbral de los 70 y de la mano de un debut homónimo, Fanny comenzaron su andadura con la prerrogativa de ser una banda diferente y única, para la época en la que nos encontrábamos. Y es que June y Jean Millington, Nickey Barclay y Alice de Buhr conformaron nada menos que una de las primeras bandas íntegramente formada por mujeres, todo un hito para la época y una carta de presentación que las convertía en un portento inigualable en una década marcada por bandas masculinas. Sin embargo, y a pesar de su habilidad para mezclar rock duro y blues con talento y pasión, la realidad es que Fanny permanecieron en el ostracismo durante gran parte de los setenta, sin llegar nunca a superar del todo el nivel comercial en el que se encontraban sus homónimos masculinos pero sin dejar de evidenciar el hecho de haber sido un referente para las nuevas generaciones gracias a haber allanado el camino para las mujeres en la industria musical y en un mundo predominantemente masculino.


Triana

Formados en 1974 en Sevilla, Triana son una de las caras más destacadas y reivindicables de nuestra escena añeja, no solo por el legado que dejaron con su fusión y su estilo único –a día de hoy, todavía vivo en voces y propuestas patrias actuales-, sino por la forma en la que tuvieron de demostrarnos la fragilidad de las fronteras entre los géneros a la hora de crear un género particular que les definiera, gracias a esa fórmula que aunaba elementos del rock progresivo, la psicodelia, y el flamenco. La característica y reconocible voz de Jesús de la Rosa Luque se apagó en 1983 tras un trágico accidente de coche, pero bien sabemos que aún a día de hoy continúan resonando sus versos en el imaginario de un buen puñado de generaciones.


The Doors

A pesar de que gran parte de su discografía –y de los discos más destacados de la misma- pertenecieran a la década anterior, Jim Morrison y su banda tuvieron a bien regalarnos un último baile en los tres primeros años de los setenta, con la entrega de un par de discos que aún terminarían colándose en su personal histórico (Morrison Hotel, 1970 y L.A. Woman, 1971). Lamentablemente, y como todos ya sabemos, Morrison fallecería ese mismo año (1971), dejando tras de sí una estela fugaz de lo que el rock podría haber llegado a ser. A su pérdida le siguieron una serie de trabajos póstumos con los que sus miembros trataron de creer en la posible longevidad de The Doors (como esos Other Voices de 1972 y Full Circle de 1973, donde Ray Manzarek y Robby Krieger compartieron la responsabilidad de cantar, o ese poemario en spoken-word titulado An American Prayer de 1978, que recopilaba varias letras y grabaciones que Morrison dejó antes de morir), pero sin duda, nunca volvería a ser lo mismo sin Jim.


Donnie & Joe Emerson

Imagínate publicar un disco en 1978 y que su éxito no se vea reconocido hasta 2008, donde por azares del destino tu obra termina en manos de un coleccionista de discos quien la rescata de un viejo anticuario y que, luego de hacer un concienzudo ejercicio de proselitismo, consigue que la fama termine llegándote más de tres décadas después. La historia de Donnie & Joe Emerson suena a ficción, pero esto es tal cual lo que le sucedió a esta dupla de hermanos de Estados Unidos, los cuales ahora inspiran una película titulada Dreamin’ Wild (en honor a ese único disco que publicaron) y que estará co-protagonizada por Casey Affleck y Zooey Deschanel. Sin lugar a dudas, uno de esos relatos increíbles y únicos que nos hacen creer en el insondable poder de la música.


Goblin

Si te gusta el rock progresivo y el cine fantástico para la cinta porque Goblin son tu banda. Injustamente olvidados cuando se trata de recordar a esas bandas que cambiaron el paradigma musical de los 70s, la formación italiana Goblin supusieron todo un ejemplo en el desarrollo y la revolución de la música atmosférica, cosechando notorios éxitos como responsables de un sinfín de bandas sonoras para  películas de terror, especialmente en colaboración con el director italiano Dario Argento. Estas bandas sonoras a menudo presentaban un enfoque innovador y experimental, utilizando sintetizadores y otros instrumentos electrónicos, del todo pioneros en la época, para crear una atmósfera única y escalofriante que complementaba perfectamente las películas de terror de Argento (entre otras, Suspiria, Tenebre y Phenomena). Una banda irrepetible que sobrevivió al paso del tiempo tras diversos cambios en su alineación, pero que dejará un legado musical del todo inspirador y particular