Las elecciones de Estados Unidos entran ya en sus últimos compases. En 15 días se sabrá quién ocupará el próximo mes de enero la Casa Blanca, después de una de las campañas electorales más intensas que se recuerdan; con la renuncia de un candidato o un intento de asesinato entre alguno de los hitos que han marcado el proceso.
El asiento del Despacho Oval sigue muy disputado y las últimas encuestas dan a la demócrata, Kamala Harris, y al republicano, Donald Trump, un empate técnico.
Según señala The New York Times junto al agregador de encuestas FiveThirtyEight, Harris ganaría las elecciones por la mínima con el 49% de los votos, mientras que Trump quedaría con el 47%, a menos de 10 de los 270 necesario para alcanzar la presidencia. El margen de error de cualquier encuesta supone que esta escasa diferencia se tome como un empate. Lo mismo ocurre en los swing states o estados clave, que decantarán la balanza el 5 de noviembre.
En este sentido, la encuesta de la cadena de televisión pro-Trump Fox, da un 50% al magnate frente al 48% de Harris a nivel nacional, pero apunta a una ventaja de Harris entre los votantes de varios estados clave. Además, señala que los candidatos están empatados a un 49% entre los votantes de condados cercanos. Según esta cadena, la ventaja de Trump proviene de una mayor participación en los condados que ganó por más de 10 puntos en 2020 Biden.
A la caza del electorado clave
Uno de los objetivos de toda elección estadounidense es atraer el voto latino, uno de los grupos raciales y étnicos que más rápido crece en EEUU. En los comicios de este año están llamados a votar 36 millones de latinos, por lo que, para alcanzar la victoria tienes que hacerte con esta importante parte de la población. Aunque históricamente los latinos tienen una opinión más favorable del partido Demócrata, lo cierto es que Trump ha sabido ganarse a una buena parte de ellos pese a los discursos antinmigración. Sobre todo en estados como Florida. De hecho, una encuesta de The New York Times y el Siena College advertía de que en este momento ninguno de los dos bandos tiene una mayoría abrumadora del apoyo, algo que afectaría más a Harris al ser un grupo con el que hasta ahora siempre habían contado.
No obstante, como recoge un estudio del Real Instituto Elcano, dentro de los grandes grupos presentes en Estados Unidos hay importantes diferencias. En especial en el voto de la mujer y el hombre. En las votaciones del año 2020, dos tercios de las mujeres hispanas votaron a Joe Biden, aunque Donald Trump logró incrementar su apoyo entre este grupo en estados fronterizos como Texas, Arizona y especialmente en Florida, donde obtuvo un 45% de apoyo. Por otro lado, el 91% de las mujeres negras votaron a Biden y el 55% de las mujeres blancas apoyaron a Trump, aunque sobre todo en áreas rurales y pequeñas ciudades, ya que Biden tuvo un 60% de respaldo entre las mujeres blancas con estudios superiores.
En este sentido, la llegada de Kamala Harris ha tratado de marcar el hito de la llegada de la primera mujer a la Casa Blanca (y de ascendencia afroamericana y asiática), algo que Hillary Clinton no pudo conseguir en 2016. La actual vicepresidente ha sido muy activa en cuestiones como el derecho al aborto, algo que podría ayudarle a recortar la importante distancia que suele haber entre las mujeres blancas, un grupo históricamente votante del Partido