Desde la Direccion de Control de Pérdidas en las denominadas EDES (Edesur, Edeeste y Edenorte) hay un equipo que pernocta ahí con la misma estrategia: “dar menos luz a circuitos en sectores que menos pagan, para bajar las pérdidas, incrementar los ingresos y garantizar la sostenibilidad del sistema eléctrico en esas instituciones”.
Eficiencia gerencial, a nivel universal, es garantizar buen servicio de energía, menos apagones, gestión de cobranza efectiva e inversión en redes, materiales y suministros, y ataque a la ilegalidad o los llamados fraudes eléctricos, aplicando régimen de consecuencias basado en la ley de electricidad vigente, además del personal estrictamente necesario y control salarial de arriba abajo”.
Pero desde la Dirección de Control de Pérdidas de Energía de las EDES, la fase primaria es: “dar menos horas de energía a sectores que menos pagan”. Esto conlleva a protestas, roturas de contadores, complica la gestión de cobranza en los barrios afectados con los apagones y crean malestar contra el gobierno, disminuyendo su popularidad y la del presidente de la República.