22 agosto, 2025/Tomado de El Caribe
La publicación de resultados de “encuestas” para fines de mercadeo electoral, se ha convertido en una de las estrategias de marketing de mayor uso para el posicionamiento electoral y generar confusión entre los votantes. Si da resultados a los que se apoyan en ese mecanismo, no tienen por qué cambiarlo, pues lo que está bien se deja tranquilo.
Un dirigente del PRM, del más alto nivel, reconocía en una conversación privada que para las pasadas elecciones de 2024, en los años 2022 y 2023, Leonel Fernández punteaba en las encuetas (no en las “encuestas”) entre 34% y 36%, mientras que Abinader marcaba 38% sin alcanzar el 40%. Cuando eso ocurría, Fernández y su equipo lo repetían, pero la estrategia de las “encuestas” les ganó la narrativa en la opinión pública y la gente terminó pesimista sobre la posibilidad de un triunfo verde en las elecciones del pasado año.
A muchos les sorprendió que Fernández alcanzara casi un 30% a pesar de que la gran mayoría de las predicciones lo colocaban en máximo, un 24%. Las encuestas, en las pasadas elecciones, no fueron certeras en el 60% o más que proyectaban para el presidente Abinader ni el 24% que asignaron a Leonel. La Gallup del 9 de mayo, dio 60.5% a Abinader y 24% Fernández. El resultado final fue 57% para Abinader y 28%, Leonel. Un dato a resaltar es que a pesar de que los gobiernos tienen mayor capacidad de movilizar el voto, el PRM sacó 4% menos que lo proyectado y Leonel, de oposición, 5% más.
El pasado debe servir a los verdes para vacunarse con tiempo ante la estrategia de las “encuestas”, especialmente porque no controla el relato de la opinión pública.
Un grupo empresarial encargó un estudio sobre el posicionamiento de los principales proyectos presidenciales del 2028. En esa encuesta (no “encuesta”), con datos levantados a principio de este mes, Leonel marca entre 37% y 39%. En el PRM, David Collado mantiene el control de la simpatía, con 35%; Carolina Mejía, 21%; Yayo Sanz, 17% y Raquel Peña, 14%. La unidad de dos de esos proyectos, garantiza la victoria en el PRM, frente a Collado. Abinader jugó esa carta con Hipólito Mejía en 2011. El éxito rotundo de esa apuesta está cosechando sus mejores frutos.