Tomado de Listin Diario
22/10/2025 00:00 | Actualizado a 22/10/2025 00:00
La educación superior se encuentra en el umbral de una revolución que transforma sus fundamentos tradicionales.
Durante años, el enfoque STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) ha impulsado la innovación y la interdisciplinariedad de estas ramas, pero los desafíos globales, desde la crisis climática hasta el fenómeno disruptivo de la inteligencia artificial (IA), exigen un nivel de integración superior por encima de las ofertas programáticas actuales.
STEM es el mejor soporte para esa visión, porque ofrece un lenguaje común pedagógico e integrador.
La meta de la educación STEM en estos momentos es transdisciplinaria, es decir, la de capacitar a los estudiantes para abordar problemas complejos del mundo real, trascendiendo las fronteras de las disciplinas que le dieron origen. Sin embargo, lograr esta integración ha sido históricamente difícil debido a las barreras conceptuales y la heterogeneidad del conocimiento base. Hoy la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) con su capacidad de crear contenido cognitivo relacional y sofisticado emerge como el catalizador definitivo para fusionar disciplinas que antes operaban en compartimientos estancos, redefiniendo el perfil del profesional del futuro.
La nueva arquitectura curricular
La integración de la IAG en la educación STEM no es tan solo una opción de vanguardia es una necesidad económica y social urgente. Informes recientes de organismos como OCDE e IEEE estiman que hasta el 35% del empleo global estará potencialmente impactado por la IA en los próximos tres años. Si las universidades no transforman sus programas de estudio, corren el riesgo de graduar profesionales cuyas habilidades y competencias sean obsoletas frente a las necesidades emergentes del mercado laboral que, en forma creciente, se enfrenta a la solución de problemas complejos mediante la integración de diferentes disciplinas.
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STEM+IAG fortalece la transdisciplinariedad en tres dimensiones clave. Primero, los Entornos de Aprendizaje Personalizados (EAP) automatizan la nivelación de conocimientos básicos, permitiendo al docente enfocarse en mentoría avanzada, desplazando la carga educativa de la transmisión de información a la aplicación del conocimiento. Segundo, la simulación de sistemas complejos mediante IAG eleva el currículo hacia la ingeniería de soluciones, centrando el aprendizaje en diseño y arquitectura de modelos predictivos. Tercero, la sofisticación de la IA exige incorporar la ética como disciplina STEM, abordando sesgos, privacidad, equidad e impacto socioambiental. Esto impulsa una fusión con las Ciencias Sociales y Humanidades (STEM+IAG+CS+H), formando profesionales capaces de liderar con responsabilidad técnica y visión humanista.
Casos de éxito y enfoque de integración
El currículo transdisciplinario impulsado por la IAG varía según prioridades regionales. En los Estados Unidos se enfoca en competitividad económica; en Europa, en retos globales y liderazgo ético; en América Latina, en inclusión y equidad. Programas como el Máster in Data Science & AI Strategy de Emlyon Business School (Francia), el Máster of Science in Sustainable Business de la Universidad de Miami y el Experimento Blended de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile), integran técnicas, medio ambiente, ética y territorio, formando líderes capaces de transformar las empresas, la política pública y la educación.
En la educación superior nacional, STEM+IAG debe asumirse como un enfoque transdisciplinario basado en estrategias activas centradas en el estudiante, la resolución de problemas y proyectos. Este modelo fomenta la innovación desde la evidencia. Aplicado a desafíos como la movilidad urbana para nuestra ciudad, implica medir, modelar, simular y evaluar soluciones. Este “modo STEM” abre la puerta para que se sumen otras disciplinas como diseño industrial para repensar la experiencia de los usuarios de las vías, economía para entender incentivos de los individuos, sociología y psicología para captar sus hábitos, ciencias médicas para medir su impacto en la salud, derecho para revisar leyes y normas. La IAG, usando el Prompt Engineering como interfaz humano-máquina, actúa como herramienta transversal que potencia el análisis, la creatividad y la toma de decisiones informadas.
La urgencia de la gobernanza y la ética
La IAG no debe sustituir habilidades cognitivas esenciales, sino impulsar una transformación educativa profunda. Su uso acrítico exige reformar la evaluación, enfocándose en competencias, pensamiento crítico y ética. Las universidades deben adoptar marcos normativos claros, como recomienda la UNESCO, y colaborar con empresas, gobiernos y sociedad civil. El profesional STEM será un gestor ético de IA, no un ejecutor pasivo. Ante su impacto disruptivo, las instituciones deben transformar currículos, capacitar docentes, vincularse al sector productivo y asegurar una gobernanza equitativa y transdisciplinaria que fortalezca la resiliencia e innovación en la educación superior al servicio del desarrollo nacional.
El autor es Coordinador de la Maestría en Ciencia de Datos del INTEC
renato.gonzalez@intec.edu.do

