sábado, 15 de enero de 2011

Periodista Julio Gómez expone amplio relato histórico sobre la economía de Barahona y sus principales incidencias

Historia económica de Barahona
“The Barahona company” y el Desarrollo de Barahona
Autor: Julio Gómez Féliz/Escritor-Comunicador-CDP- de Barahona.

Cuando “The Barahona company” –empresa comercial de matrícula norteamericana se instaló en Barahona en la primera década del siglo XX, lo cual sucedió cinco años después, aproximadamente, de ésta población marítima haber sido elevada a la categoría de provincia (año 1907), Barahona (en el Barahona urbano, por supuesto) no era más que una pequeña villa con una escasa población, concentrada en una reducida cantidad de viviendas un tanto rústicas. Se trataba entonces de una ciudad en ciernes.

Eso es lo que se conoce, a juzgar por la visión que tienen y que nos dan muchos barahoneros que vivieron en esa época.

Fue a partir de la primera década del siglo veinte (XX) cuando comenzaron a ser construidas las primeras casas de concreto, más precisamente de mampostería; de las que ya para el año 1923 habían sido edificadas alrededor de una docena, en puntos específicos del casco urbano de la incipiente ciudad caribeña.

Volvamos a “The Barahona company”; Fue a partir de la inauguración y entrada en operaciones del ingenio Barahona, propiedad de dicha corporación transnacional, cuando Barahona comenzó a alcanzar y a producirse un cierto impulso (que al paso de los años fue haciéndose más notable y efectivo) de la economía, no sólo del casco urbano, sino incluso de toda la provincia, que entonces era como decir la región, puesto que la provincia abarcaba a poblaciones distantes como Pedernales, Jimaní y Neyba.

También, con ocasión de la realización de las primeras moliendas producidas por el ingenio azucarero de los americanos, se inició en Barahona una etapa de notable ensanchamiento urbano, iniciada con la construcción de casas de concreto y de madera. Las primeras pertenecían a comerciantes de cierta prosperidad y solvencia económica, que lo eran por ejemplo Manuel González Sánchez, Manuel Tezano, Miguel Pons; Antonio Mota, Luís E. Del Monte (todos ellos de procedencia española). En tanto que de las últimas sus dueños eran moradores de la ciudad de clase media hacia abajo, obreros, medianos y pequeños comerciantes, agricultores, pequeños ganaderos, etc.

En vista de que, para ese período (y hablamos de la década del veinte en adelante) el ejido (de la Común de Barahona) disponía de pocos terrenos propios, de los cuales disponer para destinarlos (donados o en venta) para efectuar las construcciones que el aumento de la población requería en ese momento, muchos de estos sectores medios y bajos de la Común, optaron por ocupar terrenos localizados en la parte alta de la ciudad; se trataba de tierras que en teoría o de boca tenían sus dueños, pero que en realidad eran terrenos sin dueños definidos legalmente (comuneros).

En este período se crearon una serie negocios y de importantes establecimientos comerciales, iniciados por los primeros comerciantes-empresarios que ya desde el último cuarto del siglo XIX se habían instalado en la ciudad portuaria, que lo fue la familia Mota, creados por medianos y pequeños capitalistas extranjeros, de procedencia libanesa, turca, árabe, franceses, españoles, italianos, etc.

Todos esos negocios fueron dinamizados y estimulados primero por la construcción del ingenio Barahona, y segundo por el éxito obtenido por The Barahona Company Corp. con las primeras zafras en la molienda de caña de azúcar, las cuales fueron notablemente exitosas, gracias a los elevados precios alcanzados en ese momento por los azúcares en los mercados internacionales, debido a la alta cotización del dulce.

Esa coyuntura internacional sin duda generó un dinamismo y una actividad comercial en la ciudad tan notable, que obviamente marcó el inicio de una época de notable bonanza económica y social, e incluso cultural en la ciudad, particularmente.

Los americanos, los ejecutivos dueños del Ingenio Barahona y de The Barahona Company Corporation, sus ejecutivos procedieron a habilitar lo que sería convertido y conocido como el sector del Batey central, donde construyeron más de una docena de casas de ladrillo, concreto y madera elaborada, donde alojaron a los principales ejecutivos y funcionarios de la empresa cañera extranjera.

De igual manera, los ejecutivos de la empresa cañera procedieron a construir en dicho sector otras casas de menor calidad, en la que fueron alojados los funcionarios y empleados de mediana categoría (que no eran tantos), como también al personal obreros y braceros que habían sido favorecidos con un empleo en el ingenio azucarero, la mayor parte de ellos emigrantes provenientes de otras islas del Caribe.

6 de noviembre, 2010.

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